
Es sabido la radical influencia ejercida por la música electrónica alemana en los djs y productores cubanos sobre todo a partir de la década de los 90, cuando comenzó a asomar la cabeza la escena electrónica liderada por arquitectos sonoros como Djoy de Cuba.
Que un selecto grupo de djs y productores hayan asistido al conversatorio con la icónica Ellen Allien en las instalaciones del bar Efe y a su set en La Chorrera no fue entonces fruto de la casualidad. Los cubanos estaban ante una de las figuras que representan las raíces del techno y aprovecharon para rendir culto a sus consabidas influencias. Ellen Allien, quien se acreditó a pleno pulmón en la escena subterránea alemana el calificativo de Diva del techno berlinés, cayó de repente por Cuba para acercarse a la electrónica local y despachó un concierto contundente hasta la madrugada que repasó el origen y la evolución de una de las escenas de la electrónica más fulgurantes del planeta.
Cientos de jóvenes compartieron el sudor, la adrenalina y la emoción por enfrentarse a una de las obras más originales en la actualidad del underground alemán, un concepto que Allien mantiene en pie a pesar de que se vea reducido a unas cuantas fiestas en las periferias ante el empuje de los clubes que promueven la escena más comercial de la electrónica y a los djs enfocados en engarzar ritmos para obtener los favores del mercado y las disqueras, sin prestar demasiada atención a sus variantes más creativas.
Los implacables remixes de Depeche Mode, esos clásicos ingleses del new wave, fueron la punta de lanza de una noche en la que Allien confirmó su lugar de privilegio en el circuito de la electrónica internacional. Su show, auspiciado por el Laboratorio Nacional de Música Electroacústica y los proyectos Analógica PMM y Coocuyo, fue un viaje enigmático hacia el auténtico origen de los ritmos hilvanados con el apoyo de las máquinas y propulsados por la imaginación de una dj que ha volcado en el techno el peso de su mundo interior, el espíritu punk y sus conexiones con los ambientes callejeros, esos de los que alimentó su talento para ponerse un día detrás de las máquinas.
Allien compartió la noche con Dvazz Brothers, Daniela Vázquez, Djoy de Cuba, quien en el último año ha logrado internacionalizar su música y la de sus colegas cubanos, llamando la atención de figuras como la propia dj alemana, que en una noche extendió su culto a la Isla como si en unas pocas horas La Habana, como Berlín, se hubiera convertido en una de las capitales mundiales del techno.












COMENTAR
Responder comentario