
CIENFUEGOS.—Tiene 37 años; desde los 19 se interesó por la música. Con menos de dos décadas en la práctica del arte sonoro, Sabdiel Madrazo Reyes es uno de los prestigiosos cantautores cienfuegueros que forman parte de una hornada trovadoresca avalada por los especialistas y seguida por parte del público, tanto en la provincia como en todo el país.
Los principales eventos trovadorescos de la nación le tendieron la invitación a actuar sobre sus escenarios.
Sin embargo, todavía el artista no resulta a rango masivo todo lo conocido que debiera, en virtud de la escasa difusión del género.
No es una cuestión personal, se sabe; sino una cuita colectiva atravesada por muchos de los cultores de esta manifestación tan significativa, basal casi para el espíritu cubano y mediante la cual se han expresado varios de los sentimientos e ideas más hermosos, nobles y apremiantes suscritos en nuestra Isla durante las cinco décadas más próximas.
Pero a este cienfueguero precisa escucharse, pensarse. Será el camino para amar su propuesta.
Él tuvo a bien recoger varias de sus primeras composiciones -como todo buen cantautor cubano, prioriza las suyas pero también incorpora en sus conciertos, peñas o fonogramas la de clásicos de la trova- en el puntero de sus álbumes: Litorales, del 2006.
En dicho fonograma, a guitarra, comienza a visibilizarse una poética social-amatoria, cuyas características fundamentales son la belleza del texto y la capacidad para mover ideas, suscitar reflejos, provocar asociaciones.
Algunas canciones remiten a un pozo sentimental irrigado por la amargura que le confieren una impronta personal e incluso poder de atracción, pues no hay buen arte sin su cuota de dolor aparejada.
Temas a la manera de Desde la cueva, Oasis, Samanta, Desafío, Comienzo o Litorales hablan de aprensiones y aprehensiones, amores, lamentos, desarraigo, certezas, redenciones. De la circunstancia del ser humano ante el contexto epocal, social y geográfico.
Bajo esta ciudad, producción discográfica perteneciente al año 2012, constituye un material contentivo de temas para un formato de banda, al estructurarse a través de otra factura e intención. Aquí no se diluye la esencia trovadoresca en ningún caso, si bien se manifiesta el discurso melódico del género a diferentes patrones ritmáticos. El trabajo lo anuncia
desde su mismo primer corte, de similar título al de la placa.
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