ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Alberto Alonso. Foto: Archivo

Un día como hoy, hace 100 años, nació el hombre que abrió el camino al desarrollo del ballet profesional en Cuba: Alberto Alonso. Su nombre tiene toda clase de significado para la danza en la Isla. Inspiración, innovación, genialidad, historia.

Considerado el coreógrafo cubano más relevante del siglo XX, Alberto forma parte ineludible, junto a Fernando y Alicia, de la génesis del ballet en Cuba y de la Escuela Cubana de Ballet. Basta recordar que Alberto fue el primer bailarín profesional de la Isla, el primer coreógrafo, y el primero en ser contratado por una compañía extranjera internacional.

Fue, además, el primero en tratar la cubanidad en la danza. Su coreografía Antes del alba es el primer ballet cubano con temática social, donde hizo converger la herencia afro y los ritmos de nuestros bailes populares a través de la técnica clásica.

La obra de Alberto -reconocida especialmente a nivel mundial por su versión de Carmen para el Bolshoi de Moscú- sin embargo, se extiende a todas las manifestaciones danzarias. De ello dan constancia sus creaciones para compañías nacionales como el Ballet Nacional de Cuba, el Conjunto Folclórico Nacional, el Ballet de Camagüey, el Conjunto Nacional de Espectáculos (que dirigió de 1975 a 1982), el Conjunto de Experimentación de Danza (del cual fue fundador, director y coreógrafo en 1962), el Teatro Musical de La Habana (dirigido por él en 1966), el Conjunto de Danzas de Alberto Alonso (1960), la televisión, el cine, el cabaret y el teatro.

Igualmente, su impronta quedó grabada en los repertorios de elencos extranjeros como el Teatro Estatal de Moscú; el Ballet Arabesque, de Sofía (Bulgaria); el Ballet de Pécs, de Hungría; el Tchaikovsky Memorial Ballet Company, de Tokio (Japón); la compañía del Teatro La Scala, de Milán (Italia); el Ballet de la Ópera de Berlín (Alemania); el American Ballet Theatre, de Nueva York (Estados Unidos); el Sodre, de Uruguay; la Compañía Nacional de Danza, de México; y el Ballet del Teatro Lírico Nacional, de España.

Alberto Alonso junto a Maya Plisetskaya durante el montaje de Carmen. Foto: Archivo

Para homenajear la obra y legado de este hombre imprescindible de la cultura cubana, el Departamento de Danzología de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes y la Sección de crítica de la Asociación de Artistas Escénicos de la Uneac organizó el pasado viernes el coloquio Alberto Alonso, por 100 años en la danza, espacio donde se reunieron amigos del maestro, discípulos, colegas, historiadores y estudiantes de danza.

El panel, integrado por los periodistas Marta Sánchez y José Ernesto González, los investigadores y profesores Mercedes Borges y Pedro Ángel González, el dramaturgo Norge Espinosa y la crítica de arte Marilyn Garbey, recorrió momentos de la vida personal y creativa del coreógrafo.

«El nombre de Alberto Alonso aparece en la historia de la danza cubana de manera esporádica y muy poco con la precisión que merece. Las menciones llegan a veces asociadas a otros dos cubanos imprescindibles en el desarrollo del ballet cubano: Alicia y Fernando Alonso, o se le nombra como el creador de una versión de Carmen que trascendió fronteras y épocas. Pero Alberto fue mucho más», aseguró Marta Sánchez, quien también hizo referencias a la relación con su hermano Fernando y a otra de sus famosas creaciones.

«Las creaciones de Alberto fueron numerosas y de altísimo valor. De todas sus piezas -indicó- resulta obligatorio llamar la atención sobre El solar, no solo por el hecho de que llegara a tener una versión cinematográfica, bajo el título de Un día en el solar, sino porque una de las grandes bailarinas del mundo, la rusa Maya Plisetskaya, la vio en Moscú y decidió que el coreógrafo de aquella obra era la persona ideal para cumplir su sueño de tener una versión propia de Carmen».

Por su parte, José Ernesto expresó que «no solo estamos celebrando el centenario de uno de los precursores del arte de la danza en Cuba, sino también los 50 años de su trabajo coreográfico más reconocido a nivel internacional; y resulta todo un reto en estos días volver sobre sus formulaciones, sus cuestionamientos, sus contextos, sus escenarios, sobre las intrínsecas particularidades que han hecho que Carmen Suite haya superado el tiempo y el efímero espacio de un escenario para convertirse en la obra danzaria cubana más universal».

Carmen Suite tuvo su estreno en abril de 1967, en el teatro Bolshoi de Moscú, con Maya Plisetskaya en el rol principal; en agosto de ese mismo año Alicia Alonso la estrenó en Cuba.

«La sensualidad expuesta en el personaje principal de Carmen Suite conllevó a la inserción desde la cubanidad, la insularidad, el mestizaje y la transculturación propia del cubano (…) Alberto supo llevarlos a la danza académica. Si bien Alicia puso a Cuba en el mapa del ballet, Fernando solidificó una metodología de una escuela, hoy reconocida en el mundo; Alberto comenzó un estilo propio de coreografiar lo cubano, y logró, con Carmen, una historia española, poner a Cuba en la coreografía universal», valoró el panelista.

Mientras, Pedro Ángel González rememoró anécdotas del coreógrafo y Mercedes Borges se refirió al lenguaje coreográfico de Alonso. Norge Espinosa subrayó la línea creativa de Alberto con la obra Un día en el solar, protagonizada por Sonia Calero.

Precisamente, de Sonia Calero -excepcional bailarina y compañera de Alberto- se leyó un mensaje enviado, para la ocasión a través de Facebook, a Lázaro Benítez, estudiante de Danzología.

En él, la artista cubana afirma: «Alberto era un artista siempre con ideas muy avanzadas (…) siempre fue un innovador. Él estaba preocupado por el desarrollo de un estilo cubano de ballet y lo logró. Fue un gran coreógrafo maestro y conocedor del mundo artístico. Aprendí mucho, diría que todo de él. Fui muy feliz a su lado».

Luego del panel, varios discípulos de Alberto como Gladys Alvarado, Nieves Riovalles, Cirita Santana, Santiago Alfonso, Miguel Iglesias y Johanes García compartieron con los presentes sus experiencias con el maestro y agradecieron la celebración del coloquio para reverenciar a esta figura indispensable de la danza cubana.

Alberto Alonso murió a los 91 años, el 31 de diciembre del 2007, en Gainesville, Florida, Estados Unidos. Al momento de su fallecimiento, era profesor de ballet de estudiantes del Santa Fe Community College Dance Program.

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Bibe Vazquez dijo:

1

22 de mayo de 2017

07:23:12


¡Que poco se sabe de este extraordinario Maestro! Gracias por este artículo.

LP dijo:

2

22 de mayo de 2017

08:54:54


Gracias por este articulo, pues no se puede hablar de la Danza y en especial del Ballet en Cuba sin hacer reverencia a este hombre que junto a su hermano Fernando y por supuesto con Alicia han llevado muy alto a CUBA

eloina porven dijo:

3

22 de mayo de 2017

09:29:08


considero muy importante este articulo para el reconocimiento de quien a'porto a la danza toda su vida incluso representando nuestro pais en muchos paises del mundo, con la danza cubana y su cubania, gracias por este articulo en Granma.

Guillermo Morán Loyola dijo:

4

22 de mayo de 2017

09:32:31


Los padres del ballet de Cuba, la gran diva del baile y bailarina absoluta de Cuba, y los hermanos estelares, y excelentes maestros, pedagogos, bailarines, coreógrafos y personas absolutamente entregadas a la danza: Alberto y Fernando. Sin ellos tres, Cuba no tendría el Ballet Nacional de Cuba que tiene hoy, y que esperamos que su legado trascienda no los 100 años de cumple, sino toda una eternidad en la historia del Ballet. Gracias por su legado y muchiiiiisiiimas felicidades en este día genial.