
El siempre activo panorama de las letras en Cuba cobrará una energía inusual este fin de semana, con la presentación en el Sábado del Libro de tres volúmenes de Alejo Carpentier. Tres perspectivas de la prosa inimitable del gran narrador, ensayista, musicólogo, periodista y editor cubano se ofrecerán a quienes asistan este 6 de mayo a la Plaza de Armas, de La Habana Vieja y, lógicamente al lector de cualquier rincón del país. Se trata de la novela El reino de este mundo y de los Ensayos, ambos de la editorial Letras Cubanas, así como de Lecturas de juventud, de la Casa Editora Abril. Probemos a hablar, por el momento, sobre dos de ellos.
El reino de este mundo, que apareció en 1949, anunciaba ya de varios modos la irrupción de la nueva novela latinoamericana, convertida poco después en el centro de la atención de lectores y estudiosos de cualquier latitud. Alejo Carpentier solía explicar cómo a través del movimiento surrealista, que vio su auge en París en la década de 1930, comenzó él a comprender a América Latina y su espíritu barroco, un estilo que describe como «formas en expansión». Cuando poco después desembarcó en Haití, acompañando a un amigo, se encontró con lo Real Maravilloso al estado vivo, llegó a aseverar y, para su mayor asombro y provecho, con un trasfondo político. Las tres primeras sublevaciones con cariz de revolución que se producen en Haití dan lugar a El reino de este mundo.
La presente edición de los Ensayos, con selección y prólogo de Graziella Pogolotti, ofrece un novedoso punto de vista del pensamiento cultural de Carpentier, gracias, entre otras virtudes, a que se entra a sus reflexiones con la convicción de que no lo
hemos leído –al menos nosotros, lectores comunes– con el cuidado que su sagacidad demanda. El mero orden de estos trabajos, la forma en que se avecinan, en que viajan de uno a otro asunto sobre la constante de lo latinoamericano, convierten al presente volumen en un suceso editorial.
Graziella Pogolotti, presidenta de la Fundación Alejo Carpentier, explica su intención como antóloga en esta frase: «Renuentes a pecar por exceso, optamos por una selección orientada a mostrar las nervaduras secretas del pensamiento de Carpentier con sus idas y venidas, con sus contradicciones, con la dura tarea de ir precisando ideas a través de la continuada maduración». De modo que podemos celebrar la energía concentrada de este libro y la advertencia que nos regala: no alcanza el tiempo conocido para familiarizarse con los espíritus excepcionales.












COMENTAR
Responder comentario