
Snowden (Oliver Stone, 2016), abarca tres momentos importantes en la vida de un joven norteamericano marcado, primero, por un patriotismo fervoroso que lo vincula militarmente a los principios que dice defender su país, luego, una toma de conciencia a partir de las manipulaciones políticas y de espionaje en que se ha visto involucrado y, por último, la denuncia pública al sistema al que una vez le entregó el corazón y la mente y que termina por defraudarlo.
La historia es conocida: en el año 2013 el analista Edward Snowden expone el programa secreto de vigilancia mundial de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) mediante el cual esa entidad, junto a la CIA y el FBI, violan la intimidad y la privacidad de millones de individuos en el mundo, incluidos mandatarios extranjeros de países aliados. Para su labor, los servicios de inteligencia de Estados Unidos recabaron datos de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Skype, YouTube y Apple, entre otros.
Si algo quedaba claro es que Snowden quería decirle al mundo, y especialmente a sus compatriotas, que el gobierno norteamericano violaba los derechos humanos que tanto enarbolaban en su propaganda y, por lo tanto, debían detenerse.
Oliver Stone se las tuvo que ver con lo que parecía un obstáculo artístico, pues «el caso Snowden» acababa de ser tratado en un documental del año 2014, Citizenfour, de Laura Poitras, ganador de un Oscar. Su solución fue incorporar desde la ficción aspectos del documental, e incluso se detiene en los detalles de esa filmación para reconstruir un itinerario vital en el arrepentimiento del exasesor. No admite, comparación, sin embargo, el documental y la película, pues si bien ambos narran los hechos tal como fueron, Stone utiliza dramáticamente a su personaje como antes lo hiciera en otros filmes suyos, seres que van a evolucionar entre lo que creían ciegamente al principio y terminaron por creer finalmente.
Acuciosa mirada sobre Edward Snowden para retratar el derrumbe de su ingenuidad inicial dentro de un universo de mentiras y conspiraciones paranoicas, aprovechadas para dotar a la historia de dosis de suspenso, y un buen ejemplo es la escena en que el protagonista le tapa el ojo de la cámara a la computadora porque sospecha, o está casi seguro, de que pueden estar espiando las relaciones íntimas con su pareja, en lo que sería un desamparo absoluto de la humanidad frente a las llamadas «nuevas tecnologías» puestas al servicio del espionaje globalizado.
Stone se sirve de la «política oscura» que se cierne sobre los hechos para referirse a los jóvenes que tras los acontecimientos del 11 de septiembre del año 2001 pecaron de ingenuos-ignorantes y se dejaron arrastrar a una guerra de invasiones imperiales, y el mismo Edward Snowden sería un ejemplo de esa inocencia confundida, tragada por la maquinaria política-propagandística.
La relación del joven Snowden con su novia cobra especial interés por cuanto desde un inicio, y no obstante el amor que los une, ella va a representar lo contrario a lo que él piensa «debe ser lo correcto» por parte de su país para defenderse (invasiones, espionajes masivos, tortura, Base Naval de Guantánamo y otras cárceles más, tristemente célebres).
Snowden tiene un metraje algo extenso, pero se las arregla para resultar atractiva y no desfallecer, aun en unos dominios donde la técnica del espionaje, no muy abierta a la comprensión del público, desempeña un papel preponderante. Sin embargo, la pe-lícula ha sido ninguneada por lo que alegan que su director sigue siendo un hombre demasiado de izquierda, un «comunista manipulador», como lo llama la derecha estadounidense, para tratar de restarle méritos a sus análisis históricos y políticos.
Campañas que pretenden tachar la historia de tendenciosa, cuando lo cierto es que Snowden clasifica entre los filmes de Oliver Stone menos vehementes debido a que los hechos, duros como una piedra, no necesitan de subrayados. Solo que no faltan aquellos a los que les molestan las críticas, los «trapos sucios», las cosas que Oliver Stone dice, ya sea en una película, o a los cuatro vientos.
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Gualterio Nunez Estrada dijo:
1
23 de enero de 2017
08:08:13
Almir Mestre León dijo:
2
23 de enero de 2017
09:32:30
Pedro dijo:
3
24 de enero de 2017
07:49:39
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