
Camagüey 2016 ya es un hecho. Otra cita que vuelve a aunar lo más sobresaliente de la teatralidad producida en el último bienio de la isla. Otra edición más para historiografíar la escena. Para guardar en la memoria por hacer tangible la permanencia y resistencia del teatro nacional, que se reafirma múltiple, expresivo y creativo contra viento y marea.
Un buen sabor entre el público y la crítica dejaron los espectáculos que se presentaron durante la última etapa de este 16 Festival Nacional de Teatro de Camagüey, que culminó ayer domingo.
Puestas de la muestra para adultos como 10 millones de Argos Teatro, escrita y dirigida por el Premio Nacional de Teatro Carlos Celdrán; Balada del pobre BB, de Impulso Teatro; y CCPC, the Cuban Coffe by Portazo´s Cooperative, de Teatro El Portazo; así como los montajes del segmento Derivas espectaculares Charlot Corday o el animal, de Teatro El Público-AHS; y Así quiero. La familia como teatro, del proyecto LI-PEE mostraron, desde sus diferentes estrategias de lenguajes y escenarios, la diversidad que convive en nuestro panorama escénico actual.
Mientras, del teatro de títeres y para niños sobresalieron los montajes de los habaneros Teatro El Arca con La Cuca; y La Proa con Érase una vez… un pato; Las noches del cafetal de Los Cuenteros, de Artemisa; y Superbandaclown, espectáculo coral de Teatro Tuyo, de Las Tunas, único grupo del oriente cubano que llegó en la cita agramontina.
Precisamente, la puesta del elenco tunero, dirigido por Ernesto Parra, formó parte del Encuentro con la Crítica, uno de los centros del evento teórico, un día después de su estreno. En el espacio, tanto los actores implicados como los especialistas y teatrólogos invitados al evento, intercambiaron ideas y experiencias sobre el proceso de montaje y el resultado del espectáculo.
Catalogado por los presentes como una obra consecuente con el teatro total, que conmueve, divierte y alcanza las altas cumbres del verdadero arte del clown, Superbandaclown es un espectáculo coral con música en vivo interpretada por los propios actores. Aboga por el discurso de la diversidad, habla del poder, la identidad musical nacional, la cubanía, lo universal y lo local haciendo uso del lenguaje extraverbal.
Sin embargo, para su director, quien creó hace 18 años el grupo que se ha convertido en la academia del clown cubano, la obra es ante todo «un acto de fe».
«Superbandaclown es una meta, un regalo y un acto de fe a muchas personas que nos inspiran. Es una devolución a tantos artistas, teatrólogos y dramaturgos y a todas las compañías que nos estremecen y nos hacen vivir el teatro», expresó durante el penúltimo encuentro del Festival, que volverá a ser una realidad en el 2018.
Es necesario destacar que todas las obras presentadas en la cita tuvieron un encuentro posterior con la crítica especializada. En la última jornada de ayer fueron los integrantes de La Proa, Los Cuenteros, El Arca y El Portazo quienes compartieron y debatieron con los asistentes los procesos de montajes de sus puestas.
NUEVE DÍAS PARA REPASAR
Recordemos que esta 16 edición estuvo dedicada a los jóvenes y que, precisamente, muchas de las obras que integraron la muestra de la línea curatorial y los segmentos especiales estuvieron protagonizadas por las más jóvenes generaciones de actores cubanos. Para ello, fueron motivo de agasajo en el evento teórico, los 40 años de la Universidad de las Artes (ISA) y el aniversario 30 de la AHS.
Hubo también dedicatorias particulares a los más recientes Premios Nacionales de Teatro 2016 y 2015, Carlos Celdrán y Carlos Díaz, respectivamente a la vez que ocurrieron foros temáticos, exposiciones y presentaciones de publicaciones.
«Todas estas actividades dieron la amplitud del evento. Creo que ha sido un buen festival y desde la comisión organizadora pienso que tenemos que seguir repensando lo que hacemos hacia el futuro», manifestó a Granma Noel Bonilla, comisionado artístico de esta edición.
«Al final, cuando se hace un examen valorativo tenemos por medio el trabajo que hicimos durante mucho tiempo previo a la realización del festival. Pero fue importante todo, desde la misma segmentación que se realizó para la ubicación en cartelera atendiendo a la tendencia, el género y el dispositivo que manejan los creadores. Pienso que eso nos puede esclarecer la programación hacia el futuro, en el sentido curatorial del festival.
«Por otra parte, creo que ha sido muy positivo todo lo que ha ocurrido, incluso el ciclón por medio cuando nos tuvo en una zozobra, yo diría, teatral, que posibilitó que los diferentes colectivos que convergieron aquí se encontraran desde otros puntos de vista, es decir, no solo frente al espectáculo sino en el sentido comunal en sí mismo que tiene el teatro».
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