La alianza entre el pintor Nelson Domínguez, Premio Nacional de Artes Plásticas 2009, y los grupos creativos Guayza (Maribel Torres y Frank Pérez Perdomo) y Pauyet (liderado por Víctor Rafael Blanco Montaño) se presenta como uno de los más innovadores proyectos de confluencia entre el arte y la moda en nuestro país.
A la vuelta de cinco años de producciones conjuntas, la línea de trajes para la mujer desarrollados por Guayza, a partir de las imágenes concebidas por Nelson, quien trabaja casi todas las piezas como ejemplares originales y únicos, sin excluir técnicas serigráficas y reapropiaciones de la serie Telarte, todo lo cual se complementa con accesorios y orfebrería diseñados por Pauyet, ha conquistado no solo el reconocimiento de los públicos que han asistido a las exhibiciones efectuadas en diversos espacios del país —las más recientes en Fábrica de Arte Cubano, el Evento Exuberarte de Santa Clara y La Maison—, sino también han logrado un impacto significativo en la manera de apreciar y entender un fenómeno tan complejo y controvertido como la moda.
El proyecto de la colección-exhibición titulada Tríada esquiva y trasciende las relaciones convencionales entre diseño, mercado y consumo que tipifican esa industria. Ni los diseños se hallan determinados por la indagación mercadotécnica, ni la originalidad de la pieza se destina para una élite que funciona como catalizador para inducir necesidades de consumo, ni los argumentos puestos en juego responden a los términos de caducidad y obsolescencia que caracterizan los tiempos de vigencia y actualidad de las producciones.
Esto no significa que Nelson, Guayza y Pauyet desconozcan determinados códigos a la hora de integrar su labor. La funcionalidad utilitaria de las confecciones es atributo esencial así como la adecuación a las exigencias epocales y ambientales. Ninguno de estos artífices rechaza de antemano la posibilidad de que la obra realizada tenga, cuando existan condiciones y compromisos institucionales y empresariales serios y firmes una expresión industrial, pero de momento se han centrado en la consolidación de una experiencia estética compartida.
Esto se pone de manifiesto en la pasarela. Nelson ejecuta una obra en vivo, sobre una tela portada por una modelo, mientras dura el desfile. El público accede entonces a una representación del antes y el ahora del momento creativo.
La moda se traduce en modo. Es decir, de lo circunstancial a lo conceptual; de lo efímero a lo permanente, en un testimonio artístico de cubanía que rehúye de los tópicos.
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Linda dijo:
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1 de septiembre de 2016
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Elaine dijo:
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Ania dijo:
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jesus dijo:
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Thalia dijo:
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overlandys dijo:
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Julian dijo:
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alina dijo:
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