
Parecía que José Balmes iba a estar siempre, como lo estará su pintura. Lo conocí en Santiago de Chile en el 2001, cuando fungí como comisaria de una exposición solidaria de artistas cubanos y del país austral, y nada delataba en su trato la grandeza de aquel hombre. Por Cuba, todo, decía y evocaba lo inspiradora que había sido para él la Revolución en la isla, y sus vínculos con la Casa de las Américas, en cuya galería Haydée Santamaría había expuesto dos años antes.
Chile está de luto por la muerte de Balmes el pasado domingo a los 89 años de edad. Desde todos los sectores de la sociedad hubo manifestaciones de respeto y la Presidencia de la República decretó el martes día de duelo nacional.
José Balmes y Roberto Matta, cada cual en su estilo, ocuparon la cima de la vanguardia artística chilena en el siglo XX y fueron reconocidos como figuras estelares en América Latina y más allá de sus fronteras.
De niño llegó a Chile, en un barco de refugiados españoles, víctimas de la oleada fascista que acabó con la República, y echó raíces en esa nación.
Encauzó su vocación por la pintura en la Escuela de Bellas Artes santiaguina, la cual combinó con una orientación social.
Militó en el Partido Comunista y fue amigo personal del presidente Salvador Allende. El golpe que derrocó al gobierno de la Unidad Popular lo obligó a marchar al exilio en 1973.
Al fundar en 1959 el grupo Signo, junto a su compañera Gracia Barrios, también notable artista, promovió una postura revolucionaria ante el arte y la vida, al renovar el lenguaje pictórico desde la estética informalista y reflejar estados de insumisión y rebeldía.
Esa idea la explicó al decir: “Es necesario crear nuevos valores para configurar un nuevo arte que sea patrimonio de todos y a la vez, que sea expresión de América Latina, por fuera de los mecanismos de oferta y demanda imperantes en la sociedad burguesa. No creemos que exista, así como lo plantea la sociedad capitalista, un arte desprovisto de contenido político, pues todo arte es político aunque no lo exprese de modo evidente. Toda creación emana de una investigación en la propia realidad”.
Balmes mereció múltiples honores dentro y fuera de Chile y en 1999 fue proclamado Premio Nacional de Artes Plásticas en ese país por la obra de la vida.
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Rigoberto Lizana C dijo:
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2 de septiembre de 2016
10:31:00
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