ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Como cada verano, el teatro Na­cional de Guiñol acogió en sus ta­blas a la compañía matancera Pa­palote. Por dos horas aproximadamente, la tropa del maestro René Fernández —Premio Nacional de Teatro 2007— brindó al público un espectáculo que, bajo el título Los payasos burladores burlados, utilizó los conceptos clásicos vinculados a esos personajes para trascender las propuestas escénicas tradicionales.

Definida por su director como una parodia al circo fantástico, la obra parte de un concepto más amplio del payaso que lo ubica en una dimensión cultural más abierta y de respeto a su figura. A ello se suma que en la puesta los asistentes no fueron simples espectadores, sino que se unieron al espectáculo como “parte del elenco”, costumbre que se ha ido afianzando en sus funciones.

Papalote, que en el 2017 cumplirá 55 años de fundado, incursiona desde la década del ochenta en el personaje del payaso. De acuerdo con Fernández, la idea surgió a partir del proyecto sociocultural La calle de los títeres, que desarrollaron en ese entonces, y conjugó la formación titiritera con las preocupaciones por el arte circense.

Afirmó que aunque su línea artística fundamental es el trabajo con títeres, la compañía no solo presenta obras hechas para marionetas. Así lo confirman las presentaciones que realizaron este año en varias provincias del país con piezas como Mac­beth y Se durmió en los laureles.

Esta es una de las muchas actividades que el Ministerio de Cultura con sus instituciones ha preparado para el público infantil en este verano, con la intención de que se conviertan en opciones de recreación, y a la vez en oportunidades para “cultivar su tiempo”, según el lema de promoción cultural que ha distinguido la etapa veraniega.

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