
En los últimos tiempos se han originado varias listas que pudieran traducirse en algo así como, los músicos jóvenes cubanos que debemos escuchar antes de morir. En dichas selecciones, que como todas, están permeadas por las preferencias y la subjetividad del autor, aparecen repetidamente dos hermanas que armaron un dúo con un nombre tomado de la tradición yoruba y que han dejado a más de uno con la boca abierta. O al menos con la urgencia de bajarse su primer disco o copiarlo de algún melómano de respeto que tengamos como amigo. En este punto muchos de ustedes deben saber que hablo de Ibeyi, ese ya famoso dúo franco-cubano compuesto por las gemelas de 21 años, Naomi y Lisa-Kainde Díaz, hijas del célebre percusionista cubano Anga Díaz y de una cantante franco-venezolana.
Hagamos un poco de historia. En realidad, Naomi y Lisa nacieron en Francia, pasaron de niñas dos años en Cuba y luego regresaron a París para estudiar en un conservatorio de música clásica. A los siete años Lisa se decantó por el piano y Naomi, tras la muerte de su padre, por el cajón y el batá. Con esa formación musical de fondo armaron Ibeyi, un dúo que tiene como una marca indeleble la sensibilidad a flor de piel de estas dos jóvenes que han creado un mundo muy peculiar y distintivo, a base de hip hop, trip hop, jazz, electrónica, blues y la música afrocubana entendida desde los conceptos sonoros que emergen en la creación contemporánea de este siglo.
Lisa y Naomi hacen honor al lema minimalista de menos es más. El sonido que consiguen a partir de un minucioso trabajo con teclados, con piano, tambores y voz, nos hace pensar que caminamos furtivamente en medio de la selva, nos adentramos en un océano o desandamos por nuestra cuenta los rincones más desolados de una gran ciudad. Ambas logran extraerle el máximo de partido a cada ejercicio sonoro, a cada experimento musical, para fraguar una obra rabiosamente contemporánea, que cualquier melómano, que se precie debe guardar en su colección personal. Es cierto que no son las únicas que han abordado este camino, pero sí resalta por encima del resto las enigmáticas búsquedas que realizan con las raíces de los ritmos afrocubanos, una cultura que late hondo y se expande como una sacudida en el luminoso y refinado repertorio de las Ibeyi.
El pasado año publicaron su álbum debut Ibeyi con el sello Xl, una disquera de referencia en la música indepediente. El disco, producido por el influyente Richard Rusell, las ubicó en los primeros planos y las insertó en varios de los principales festivales internacionales. Nada más colocarlo en el reproductor este álbum te deja caminando toda la noche por el inquietante mundo que las gemelas crean solo en tu cabeza como si hubieras caído presa de un hechizo o de un ramalazo de magia negra. Definitivamente cuando uno escucha el álbum parece que está frente a dos hermanas que han establecido un pacto con lo oculto, con el llamado mesiánico de sus ancestros, con algún secreto de la humanidad que ha permanecido durante siglos bajo llave. Es difícil elegir entre las 13 canciones del disco pero Mamma says, Oya, River, Ghosts y Yanira, hacen que Ibeyi (gemelos en Yoruba) pertenezca a esa clase de materiales que se convierten finalmente en un descubrimiento.
Algunos han querido mostrar a Ibeyi como música de la escena underground, pero viéndolo bien, si algo hay que apuntar en ese caso es que las gemelas han alcanzado un perfecto equilibrio entre lo comercial y lo alternativo, con una dignidad y profundidad que, como hemos dicho, atraviesa su obra de principio a fin. Si ha escuchado con anterioridad bandas del sonido Bristol junto a alguna del panorama experimental francés, podrá sentirse bastante cómodo cuando incursione en los parajes de este disco, que por cierto, para sacarle el máximo de provecho a la experiencia sonora, sería recomendable oírlo de un tirón.
Por otro lado no podemos conformarnos solamente con la escucha del álbum. De hecho el magnetismo que desprenden en vivo es otra de las virtudes de estas gemelas, algo que por fin descubrieron los cubanos el pasado mes de mayo cuando tocaron en la Isla por primera vez durante el festival Musicabana, donde trajeron ese mundo lleno de magia, evocaciones, y luminosa oscuridad que han construido a partir de sus raíces, su trama espiritual y el latido perenne de sus ancestros.












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ROBERTO CH dijo:
1
25 de junio de 2016
08:54:22
Aurelio dijo:
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Lisbet Alfonso dijo:
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28 de junio de 2016
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dayanis dijo:
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29 de junio de 2016
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don´t f...ck me! dijo:
12
6 de julio de 2016
00:58:28
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