ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
The Clash durante su etapa de mayor expansión. Foto: WWW.BBC.COM

La fundación de The Clash, en 1976, fue la feroz declaración de principios de unos jóvenes británicos que veían en el punk rock una salida a las frustraciones que llegaban a oprimirle el pecho a su generación, mientras le otorgaban sus propios significados a conceptos tan caros a la épocacomo ju­ventud, independencia y libertad.

Si Sex Pistols eran unos animales desbocados que llevaban al límite la irreverencia, la provocación y el espíritu anarquista, que arrasó el Reino Unido a partir de su disco Ne­ver Mind the Bollocks, en el que asomaban la cabeza himnos como Anarchy in the U.K y God save the queen, The Clash, en cambio, sin deslindarse del lema adoptado por el punk de “vive rápido y fugazmente”, entró al gé­nero del mohawk por la puerta de la política, retomando las co­rrientes de la izquierda mundial.

Los inicios de The Clash (choque) están estrechamente ligados a esa bomba de tiempo an­dante que era, en la década de 1970, The Sex Pis­tols. Lo cierto es que a 40 años de su fundación, la tropa del indomable vocalista y guitarrista rítmico, Joe Strummer, es uno de los reflejos más nítidos de una época en la que el punk era la nueva revolución social que incendiaba las calles del Reino Unido y Eu­ro­pa y sus temas daban voz a muchos jó­venes que encontraron en las ban­deras de ese género un refugio contra la asfixia social.

Si bien la alineación, que también tuvo entre sus integrantes más célebres al guitarrista Mick Jones, el bajista Paul Simonon, y el baterista Topper Headon, debutó en los escenarios en 1976 como teloneros de los impresentables Sid Vi­cio­us y Johnny Rotten durante su gira The Anarchy Tour, optó lue­go por trascender el lema del no future para profundizar en los significados libertarios del género, crear canciones más efectivas y conceptuales, y dar vida a un disco como Lon­don Calling, un álbum visceral lleno de crudeza punk que ha sido situado entre los mejores debuts de la historia.

La rabia de The Clash venía de los tiempos violentos que asolaban las calles británicas en los años 70, y de la frustración de una generación que veía como sus sueños se des­peñaban por el desfiladero. Como los Sex Pistols o los Ramones al otro lado del Atlántico, la banda también creó desde el inicio sus propios himnos. No nacieron, sin embargo, en un sótano pestilente o en medio de un alud de excesos. Un puñado de sus canciones surgió en medio del estallido so­cial que, como antes ocurría, tuvo a jóvenes co­mo protagonistas. Joe Strum­mer, Paul Si­monon y Bernie Rhodes (primer manager de la banda) habían aparecido una tarde de 1976 en medio de los carnavales de Notting Hill, un barrio popular de Lon­dres.

De repente, los carnavales (organizados como respuesta a la segregación racial), se transformaron en un campo de batalla a partir de la detención por la policía de un joven negro acusado de un supuesto delito de robo. De ahí en adelante, la multitud, en su mayoría formada por personas de raza negra, hace valer sus derechos frente a la policía y comienzan los ataques entre am­bos bandos. Los tres punks se sumaron a la rebelión y encontraron la forma de salir ilesos de los disturbios. Unas horas después Strummer se pone a escribir su propia versión de los hechos.  Nacía así, White riot, un tema que sería emblema del punk más consciente y del compromiso social que impregnaba el repertorio de la alineación, en el que también había alusiones directas a la influencia de Los Ramones.

La banda incluyó la canción en su ál­bum homónimo en el que aparecían tam­bién las perlas Janie Jones, y Lon­don´s Burning. El disco, como se dijo, fue uno de los mejores debuts de la his­toria y mostró que había una nueva revolución punk en camino. El estallido alcanzaría, fi­nal­men­te, su máximo esplendor en 1979, con la pu­blicación de London Calling, una obra maestra que con base en la filosofía punk asumió otros estilos que causaban furor en las calles, como el ska, y  el reggae y adelantó otras sonoridades que marcarían los años 80. London Calling es un disco arrasador en el que cobra notoriedad la asociación creativa entre Mick Jones y Strummer, un dúo que ha sido comparado con otras grandes alianzas como la de Lennon y McCartney.

En el fonograma, publicado en medio de los recortes sociales emprendidos por la entonces primera ministra Margaret That­cher, descansa toda la furia de la ban­­da contra el sistema. Aparte del himno que le da nombre, el álbum resguarda otros títulos en extremo influyentes como Spanish Bombs (dedicado a la resistencia republicana contra la dictadura de Franco), Hateful, Lost in the Supermarket y Train in Vain. El disco rompió los esquemas básicos del punk rock y unió a su radicalidad sonora las corrientes de la izquierda mundial. Desde luego cuando Strummer salía al escenario para defender las canciones acompañado de las guitarras hirientes de Jones, no sa­bía que el álbum iba ser nombrado como el mejor de la épo­ca, por encima de clásicos como Thri­ller, de Michael Jackson y Back in Black de AC/DC. Ya se sabe que la crítica musical tiende a pecar en ocasiones de exagerada, pero en el caso de London Calling no había lugar para la duda.

Ninguno de los discos que publicó la banda hasta su separación en 1986 estuvo a la altura de su fonograma homónimo pero, sin embargo, el triple LP Sandinista! también se convirtió en un disco de referencia en su carrera. Publicado en 1980, el material habla desde el nombre. Basado en las referencias que le llegaban a la banda de las luchas del Frente Sandinista contra el dictador Somoza, el disco dio evidentes señales del apoyo de Strummer a este movimiento y llamó la atención de una parte de la escena musical hacia la revolución ni­ca­ragüense.

Luego The Clash pondría en libertad los discos de estudio  Combat rock (1982) y Cut the Crap (1985) y más de diez álbumes en vivo, todos insuflados por el carácter insurgente y rebelde de una ban­da que supo llevar el punk más allá de las proclamas contra el hastío y que hoy, a 40 años de fundada, todavía  tiene  mu­cho que decir.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Jose V dijo:

1

16 de abril de 2016

08:17:13


La cadena de televisión HBO está trasmitiendo la serie Vinilo (“Vinyl”), producida por Mick Jagger y Martin Scorcese que trata sobre el mercantilismo de la industria discográfica, utilizando como entorno el advenimiento de la era Punk. Con altas y bajas, es un referente a esa atmósfera rebelde con causa, y cómo las disqueras tratan de absorber el movimiento para mediatizarlo y sacar provecho económico de la música, cualquier música, aunque en este caso se trata de una banda punk. Puede complementar su excelente artículo. Gracias.