Dicen que Beethoven aseguró alguna vez que “Después de Mozart, si acaso Dios”. Lo cierto es que la música del genio de Salzburgo sigue encantando al público donde quiera que se toque. La Habana no podría estar aparte de tanta belleza.
Gracias al Festival Mozart-Habana 2015 (16-24 de octubre) en todo el entorno del centro histórico, Patrimonio de la Humanidad, sonaron sus sinfonías, conciertos para flautas, misas, divertimentos, quintetos de cuerda, concierto para órgano, sonatas.
Hubo uno especial que tuvo lugar fuera de ese circuito. El concierto que la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de su director titular el maestro Enrique Pérez Mesa, ofreció en su habitual, aunque transitoria, sede, la sala Covarrubias del Teatro Nacional.
Pérez Mesa respondía a un pedido del presidente del Cómité organizador del Festival, Ulises Hernández, para que la Sinfónica Nacional hiciera un programa de ese compositor tan grande, Wolfgag Amadeu Mozart.

Para esa presentación seleccionó nada menos que el Concierto para piano y orquesta No 23 en la mayor KV 488, interpretado por ese gran pianista que es el maestro Frank Fernández. “Se trata de una obra que le ha dado muy buena suerte, lo ha acompañado toda su vida, de hecho recibió una de las mejores críticas en Rusia cuando lo tocó”, dijo a nuestra publicación el titular de la Sinfónica Nacional.
Así lo describieron en Moscú. “Fabuloso pianista. Su manera de tocar esta obra puede ser definido de perfecto distanciamiento donde una aparente simplicidad de la ejecución se combina maravillosamente con la inmensidad de Mozart”.
El Concierto No 23 fue terminado, según el catálogo temático que llevaba el propio Mozart, el 2 de marzo de 1786, y consta de tres movimientos que el maestro Frank Fernández abordó con todo su virtuosismo: el Allegro, alegre y positivo; el melancólico Adagio, y el Allegro assai, rebosante de alegría y vigor, para establecer el adecuado contraste.
Después de una larga ovación, el maestro Fernández comentó al publico que seguía aplaudiendo: “el segundo movimiento es una de las paginas mas intensas, no solo de Mozart, sino de todo el clasicismo” y calificó al excepcional compositor de “hombre de intensidad y pasión”.
Volvió al piano, al Adagio que ya había estremecido al público, para “concluir en la intimidad”.
El concierto lo había comenzado la Orquesta Sinfónica con la Obertura de La Flauta Mágica, ópera del Único, como lo llamaba Rossini, estrenada en Viena el 30 de septiembre de 1791, cuando a Mozart , de treinta y cinco años, sólo le quedaban dos meses de vida.
Los críticos consideran que toda esa obra, y en especial la Obertura, es una de las más exquisitas miniaturas salidas de la pluma de Mozart.
Luego tocarían la Sinfonía n.º 35 en re mayor, K. 385, conocida como "Haffner", compuesta por Mozart en 1782, la primera de sus creaciones sinfónicas “importantes”, pues las treinta primeras las tenía completadas a los dieciocho años.
Destacó la Orquesta en el poderoso arranque de la obra, “con mucho fuego”, como pedía el propio compositor; en la serena belleza del Andante, en el puro clasicismo del breve Menuetto, y en el arrollador Presto final.
Sobre este concierto escribió el propio Mozart a su padre:
“El teatro no pudo haber estado más repleto y... cada asiento estuvo ocupado. Pero lo que más me complació de todo fue que Su Majestad el Emperador estuvo presente y, ¡cielos! - ¡Qué encantado estaba y cómo me aplaudió! Es su costumbre enviar dinero a la caja antes de asistir al teatro, de otro modo tendría yo justificación de contar con una mayor suma, pero realmente su complacencia estuvo más allá de lo que esperaba. Envió 25 ducados”.
En el breve diálogo con Pérez Mesa este consideró que ha sido “una manera de homenajear a uno de los compositores más grandes del mundo, y permite resaltar sobretodo la labor que viene haciendo el Lyceum Mozartiano en La Habana colonial”.
P: ¿Cuando se toca Mozart, por ejemplo, por la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, tiene algún color específico o es Mozart puro?
R: Primero Mozart hace cambiar a todo el mundo. Es un compositor muy viril, de una música muy profunda, muy difícil, que exige una preparación técnica muy fuerte, ya que son obras donde se destaca el lirismo, el ritmo interno de la orquesta, y yo creo que es obligatorio para todas las orquestas sinfónicas abordar este repertorio que lo prepara para luego poder hacer obras de mayor envergadura”.
P: ¿Cuál es el nivel de la relación, de comprensión, entre el público cubano y Mozart?
R: Yo creo que el público cubano es uno de los que tiene mayor nivel a escala mundial y yo he tenido la posibilidad de dirigir en otros países. Siempre los directores y solistas que vienen a Cuba me dicen el publico cubano es fabuloso, por ejemplo, Francesco Madara, concertino de Alla Scala de Milán, dice que solo viene porque el aplauso del cubano es totalmente diferente, es sincero y conocedor. Somos un país de una historia muy grande en la música y están pasando cosas muy interesantes, somos muy respetados a nivel internacional. Recientemente la visita del gran pianista chino Lang lang, una de las figuras más importantes del mundo clásico, como vino la Sinfónica de Minnesota, como se espera la Sinfónica de Chicago. Yo creo que Cuba va volviendo a rescatar lo que siempre fue por su posición geográfica. Usted veía siempre los programas Nueva York, Buenos Aires, La Habana y eso lo vamos a rescatar cuando tengamos de nuevo el Amadeo Roldan, lo vamos a tener eso se lo aseguro, es un compromiso del Estado, del Ministro de Cultura, terminando el Gran Teatro de La Habana pasamos a solucionar los problemas del Amadeo Roldán.
P: ¿Repercute el Festival Mozart en el desarrollo de la musica clásica en la isla?
R: Yo creo que el Festival es importante. Me parece que es una forma también de demostrar al público que Cuba esta en la vanguardia de la música. Se toca Mozart en la Habana, aunque uno lo toque de una forma o de otra, el espíritu del músico cubano es otro, nosotros interpretamos a Mozart un poquito mas de adentro, no es que lo hagamos más romántico, es que lo hacemos con más viveza. Esto es algo que también destacan los directores y solistas que pasan por aquí. Mozart es un compositor que tiene que estar presente siempre. Aquí hay un sistema de enseñanza artística que no es el mejor pero que es uno de los más aventajados en América y eso nos da la posibilidad de poder interpretar un compositor tan complejo como Wolfan Amadeus Mozart.
El Festival Mozart-Habana 2015 cierra tres años de ejecución del proyecto cultural “la musica clásica europea en el entorno social de La Habana vieja”, financiado por la Unión Europea y la Fundación Mozarteum, con el auspicio de la Oficina del Historiador de La Habana, y la Universidad Mozarteum de Salzburgo, entre otros.
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