
Un reciente reportaje del New York Times aviva la polémica acerca de si la muerte de Osama bin Laden fue tal como lo ha venido repitiendo la versión oficial y se plasmó en la aclamada película La noche más oscura (Kathryn Bigelow, 2012).
La versión es bien conocida: fuerzas de los Navy SEAL, tras un arduo trabajo de inteligencia, localizaron, dieron muerte y lanzaron a las profundidades del mar el cadáver de Osama bin Laden, en una operación que comenzó el 1ro. de mayo del 2011.
Dudas y desconciertos acerca de los hechos no faltaron desde entonces, y llamó la atención la rapidez con que el mismo gobierno, bajo el beneplácito de la CIA, otorgaba a la directora Kathryn Bigelow la autorización para que fuera ella quien llevara “la historia real” a la pantalla grande, lo que motivó las protestas de no pocas casas productoras, interesadas en filmar tan suculenta trama de espionaje y audacia combativa.
Desde hacía rato, el ganador del Premio Pulitzer y experto periodista, Seymour Hersh, se había sumado a las voces que aseguraban que el descubrimiento y la captura de Bin Laden estaban recubiertos por un manto de misterio e informaciones tergiversadas. Y en mayo de este mismo año, él dijo más: todo había sido un montaje propagandístico, pues la captura del hombre más buscado en la Tierra se debía a informaciones suministradas por un alto agente de la inteligencia paquistaní quien, a cambio de 25 millones de dólares, había ofrecido pelos y señales de cómo llegar al terrorista.
La insistente opinión del reconocido periodista encontró eco en diversos medios informativos: la CIA solo había tenido que ponerse en contacto con los servicios de inteligencia de Pakistán y Arabia Saudita y hacerles ver que lo “más razonable” sería cooperar con ellos. Y cooperaron —según Seymour Hersh— con la condición de que Osama bin Laden saliera muerto de su escondite, la manera más segura de que no pusiera de manifiesto su vínculo con ambos países.
Por supuesto que las revelaciones de Hersh provocaron que importantes medios estadounidenses se lanzaran contra él y hasta lo acusaran de fantasioso, pero el reportaje del Times deja ver una posibilidad de autenticidad en esas afirmaciones y acude al respaldo testimonial de influyentes periodistas, como Steve Coll, igualmente Premio Pulitzer, y Carlotta Gall, corresponsal del periódico en las zona del conflicto.
¿Y la película de Kathryn Bigelow, ganadora de importantes premios y con varias nominaciones al Oscar?
Habría que recordar que dos años antes de filmar La noche más oscura, ella había ganado un extraño Oscar a la mejor película con En tierra hostil, filme nada desdeñable técnicamente, pero canto propagandístico a los heroicos soldados norteamericanos que invadían Irak y hasta regresaban con un dejo sentimental, luego de concluir su tiempo de servicio allí, “porque aquello no estaba terminado”.
No fueron pocos los especialistas que se preguntaron las razones artísticas de aquel “premio patriótico”, quizá los mismos especialistas que al ver La noche más oscura se apresuraron en afirmar que la exitosa película sobre el asesinato de Bin Laden era parte de un dispositivo tan genial como perverso, esencia de la maquinaria propagandística del Estado y, en última instancia, poderosa herramienta ideológica.
Es harto conocido que, desde su mismo nacimiento, el cine de Hollywood se convirtió en un colaborador asiduo del Pentágono y de las diferentes administraciones norteamericanas.
Un divulgador por excelencia de campañas e ideologías, que manipula a su antojo verdades y conveniencias.
Cierto es que quedaría por establecerse la verdad absoluta sobre la muerte del terrorista Osama bin Laden, de la que recientemente hablara el New
York Times.
Vendría entonces —a no dudar— una nueva película.












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Maik dijo:
1
22 de octubre de 2015
14:15:34
yeyo dijo:
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22 de octubre de 2015
17:46:04
rolando dijo:
3
22 de octubre de 2015
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Tamara dijo:
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25 de octubre de 2015
03:32:18
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26 de octubre de 2015
12:00:16
yanise dijo:
6
29 de octubre de 2015
16:41:23
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