
Del Bronx sabemos algunas cosas. Que es un condado del estado de Nueva York. Que allí está el estadio de los Yankees y el Jardín Botánico de NY. Que cerca de la mitad de su población está compuesta por latinos o hispanos y casi otro tanto por afroamericanos. Sabemos que hay violencia, pandillas y drogas. No mucho más.
Se nos escapan tal vez los proyectos educacionales y comunitarios, o la herencia musical que le ha legado esta zona a la cultura norteamericana. Y se nos escapan entre otras cosas unas mil obras de arte coleccionadas por el Museo del Bronx desde el año 1971. Bajo el título de Wild Noise (Ruido salvaje), casi cien de ellas se exhiben por estos días en La Habana.
Y hay que decir que se trata de una muestra impresionante. No solo porque incluye fotografías originales de Andy Warhol (Little red book 7, 1970), sino porque muchas de sus piezas constituyen el relato de ásperas realidades de las comunidades negras y de inmigrantes en Estados Unidos en los siglos XX y XXI. Como si esos artistas liberaran mediante sus creaciones unas ansias casi frenéticas de defender su identidad, romper estereotipos o denunciar políticas. Como si necesitaran dejar constancia de su paso por el Bronx, o por la vida.
De ahí las piezas The gangs all here! y Latin leyends! de Joe Conzo, quien fotografió las primeras manifestaciones de hip hop en la zona, Untitled (I Do Not Always Feel Colored) de Glenn Ligon, artista que reflexiona a menudo sobre su identidad como hombre negro gay, y How do you spell America? de Willie Cole, donde el creador traduce en palabras las promesas y realidades de un país.
Además de aquellos nacidos en Estados Unidos —y en el propio Bronx—, la exposición incluye piezas de artistas provenientes de otras latitudes, como Daniela Rossell y Dr. Lakra, de México; Din Q. Lê, de Vietnam; Ana Mendieta, de Cuba o Tehching Hsieh, de Taiwán.
Wild Noise, que toma su título de un poema de Víctor Hugo, sitúa en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) un arte nacido a la vez de la rabia, la frustración y la necesidad siempre creciente del artista de expresarse, a partir de la fotografía, la escultura, la instalación, la serigrafía, el video y la impresión digital, entre otros soportes. Una exposición que contiene, casi en silencio, el caos ruidoso —en este caso del Bronx— que transpiran miles de ciudades del mundo.
A propósito de la muestra, que se mantendrá en exhibición hasta el 16 de agosto, el MNBA mostrará por primera vez en la historia más de cien obras de su colección permanente en el propio Museo del Bronx, en la primavera del 2016.
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LDB dijo:
1
27 de mayo de 2015
16:20:39
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