
En mayo de 1936 los moscovitas fueron testigos del estreno de una obra musical para niños de singular importancia: Pedro y el Lobo, el cuento sinfónico escrito y compuesto por el notable compositor ruso Serguei Prokofiev.
La pieza, concebida para un narrador acompañado por la orquesta, es uno de los platos fuertes del programa de la XIX Feria Internacional Cubadisco 2015, que la llevará a escena el día 10 de este mes en la sala Covarrubias del teatro Nacional de Cuba.
Esta puesta de Pedro y el Lobo tendrá como aderezo que será interpretada a la manera de la Compañía de Teatro Infantil La Colmenita, que romperá con los esquemas de la obra al ir más allá de la concepción original de Prokofiev, pues además del narrador y la orquesta, los personajes de la historia serán interpretados por niños.
El compositor ruso concibió la historia de manera que cada personaje (seis en total) fuera caracterizado por un instrumento y un tema musical, por ejemplo Pedro, el personaje central, es distinguido por el sonido de las cuerdas, el abuelo se identifica con el fagot, el lobo con la trompa, y los cazadores con los timbales y el bombo.
Para esta versión bien cubana, como la definió Carlos Alberto Cremata “Tin”, director de La Colmenita, cada rol será asumido por un niño de la compañía, y la parte instrumental será también asumida por pequeños de la escuela de música Alejandro García Caturla, el Conservatorio Amadeo Roldán y estudiantes de la Universidad de las Artes (ISA), todos bajo la dirección de la joven Rocío Calle.
Para esta adaptación de Pedro y el Lobo, una obra que no es ajena al trabajo de La Colmenita, que la puso en escena en el año 2000 junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil dirigida por el maestro Guido López Gavilán, fueron estudiadas las partituras originales escritas por Prokofiev, y siguiendo al pie de la letra las indicaciones del compositor los personajes del pato, el pájaro y el gato serán femeninos.
El cuento sinfónico Pedro y el Lobo ha trascendido por sus valores musicales y pedagógicos, pues la moraleja de la historia trata sobre la sinceridad como valor fundamental en la formación de los seres humanos.
La obra de Prokofiev ha sido versionada en muchas ocasiones, entre ellas se destacan el dibujo animado de Disney estrenado en 1946, el ruso de 1958 que empleó la técnica del stop motion, y la anglo-polaca del 2006 con igual técnica pero carente de diálogo y narración que se alzó al año siguiente con el premio Oscar a Mejor Cortometraje Animado.
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