
La publicación de los dos primeros tomos de la Correspondencia de Fernando Ortiz, el primero titulado Bregar por Cuba, y el segundo Salir al limpio, rubricados con el sello editorial de la Fundación que lleva el nombre del insigne intelectual, no puede verse menos que como uno de los acontecimientos más relevantes de la cultura cubana de los últimos tiempos.
Compiladas y comentadas a modo de pequeños ensayos —y resumidas en dos índices, uno general y otro analítico— por la investigadora Trinidad Pérez, las cartas puestas a la luz constituyen, al decir de Miguel Barnet, presidente de la Fundación, el cumplimiento del más importante objetivo de esta institución. Sus palabras abren las notas preliminares del texto para que el lector sepa desde el primer momento que en estas páginas no encontrará “un catauro de intriguillas ni un inventario de quejas e insatisfacciones”, sino a un Ortiz “cívico e íntegro”, un investigador afanoso que tenía muy claros los caminos que debía seguir para poner sobre el tapete los resortes esenciales de la cultura de su país.
“El cuerpo viviente de la sociedad de su época, la interrelación del sabio cubano con figuras internacionales y del patio, las disquisiciones personales y los hitos más relevantes de la historia cubana aparecen aquí en su modo más directo, sin afeites pero con la pulsación de un hombre que vivió entregado a la misión de fundar y reparar equívocos, de revelar zonas ocultas de la cultura popular y de emplear su herramienta más eficaz: la ciencia de la observación y el análisis”.
Una labor de diez años marcada por una ferviente búsqueda, preocupaciones y desvelos, tutelada por esta mujer —que otrora fuera vicepresidenta de Casa de las Américas y en estos momentos lo es de la propia Fundación Fernando Ortiz— tiene como resultado la presencia de estos libros que forman parte de los cuatro tomos en que quedará finalmente agrupada esa joya cultural que es el epistolario orticiano y para lo cual la propia Triny continuará el ingente compromiso que ha emprendido.
“Decir su nombre, Fernando Ortiz, es sencillo, sumergirse en él es inalcanzable”, expresó visiblemente emocionada la autora en la presentación del texto que tuvo lugar por estos días en la propia Fundación que se ubica en la casona de L y 27, en el Vedado, donde viviera el pionero de la antropología social cubana.
“Estas cartas —explicó— tienen el sello de su personalidad. Muestran solo trabajo, ciencia, cultura y la obsesiva decisión de mundializar a Cuba”.
Esta vez no pasarás inadvertida, expresó la doctora Cira Romero, presentadora de los volúmenes, en alusión a la singular modestia de Triny quien “ha trabajado como una hormiguita” en este proyecto. Este trabajo, expresó, está hecho con ciencia, conciencia y paciencia.
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Francisco Rivero dijo:
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17 de marzo de 2015
18:37:22
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