ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
María Victoria dedicó el concierto del domingo a la Reina de la Música Campesina. Foto: tomada de Radio Cadena habana
Foto: tomada de Radio Cadena habana

No podía ser de otra manera para la cantante María Victoria Rodríguez a la hora de asumir un reto tan grande como el de interpretar un repertorio que inmortalizó la gran Celina González. Un disco como Entre dos aguas debía ser cantado desde el corazón para que al ser escuchado no se sintiera como un calco, una reiteración de lo tanto que la Reina de la Música Campesina ofreció a su pueblo y a la cultura nacional.

María Victoria estuvo a la altura una vez más y así lo probó, y no solo en el compacto publicado bajo el sello Bis Music. En vivo es igual de bueno, al menos ese fue el sabor que para muchos dejó el concierto que ofreció la cantante el domingo último en el teatro Mella, donde no dejó margen a la duda sobre esas cualidades que la ubican como una de las más importantes intérpretes de nuestro país.

Acompañada por los mismos músicos que le hicieron la corte en los estudios Eusebio Delfín de Cienfuegos, donde se grabó Entre dos aguas, María Victoria hizo gala, micrófono en mano, de solidez profesional y de conocimiento; sí, porque el repertorio seleccionado para este material va más allá de la música campesina, trata de un universo en el que se mezclan varios de los rasgos que definen la identidad nacional, como el sincretismo religioso, también el respeto por los aires primigenios de los cantos campesinos que convirtieron a Celina en símbolo, y un excelente trabajo de investigación sobre su obra, que es imposible de apreciar en toda su di­men­sión sin tener en cuenta el papel protagónico que en ella jugó Reutilio Domínguez.

El concierto fue una “muestra de músculo”. María Victoria es una gran cantante y una feliz continuadora del legado de Celina. No en vano es considerada el talento femenino más prometedor de cuantos incursionan en la música campesina, gé­nero que, salvo pocas figuras ya establecidas, entre las que por suerte contamos con Tomasita Quiala, la reina del repentismo, Conchita Torres y Ernestina Trimiño, entre otras, adolece de un relevo necesario en tanto es una de las más auténticas expresiones de la música popular en la Isla.

Ahora, si bien María Victoria logra encantar con la magia de su voz, no menos importante es la labor de quienes la acompañan, músicos todos de probada valía y que a partir de excelentes arreglos se convierten en personajes activos de esa travesía que propone Entre dos aguas.

Como resultado tanto el disco como el concierto, cada uno con vida propia, resultan contundentes cuando escuchamos los temas El rey del mun­do, A la Caridad del Cobre, A la reina del mar y Una fiesta santera, todas de la autoría del binomio Celina-Reutilio, o Entre dos aguas y María de la Caridad, compuesta por María Victoria para el fo­nograma.
El concierto deparó momentos especiales: acom­pañada de Ernestina Trimiño y Conchita To­rres, Ma­ría Victoria cantó el popurrí Leloley, pieza perte­neciente a Santa Lucía, su primer fonograma, que fuera nominado al premio Cubadisco en el 2009; y las actuaciones del consagrado pianista Emilio Morales y el tresero Félix “Chiquitico” Mar­tínez, de larga carrera al frente del conjunto Campo Alegre, dos  músicos que también hicieron de las su­yas en las sesiones de estudio.
A lo anterior se sumó el estreno del emotivo Llanto de laúd, obra que María Victoria dedicó a Ce­lina y a su madre, la cantante Mercedes Sosa, dos grandes mu­jeres a las que consagró el concierto.

Con sobriedad y confianza convence la cantante, que ya con ciertos empeños consolidados conoce de qué madera está hecha. Si Celina y su obra son únicas e irrepetibles, lo son también los nuevos aires con que las aviva María Victoria, lo que convierte al álbum en un producto sobre todo auténtico, llamado, y el tiempo tendrá la última palabra, a ser un imprescindible de la discografía cubana reciente.

Entre dos aguas ya se abre camino en un viaje donde se canta a la espiritualidad de un pueblo virtuoso que venera a sus ancestros de muchas maneras. María Victoria es la guía, aunque bien adentro, en el corazón, sigue el mapa que comenzó a dibujar Celina.

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Rolando dijo:

1

17 de marzo de 2015

08:42:25


Muy bien...a los grandes no se olvida.Amen

mercy dijo:

2

17 de marzo de 2015

12:17:51


seria muy bueno fuera televizado ese concierto para que aquellos que vivimos fuera de la habana pudieramos verlo,ya que celina es una gloria de nuestra musica y maria victoria como dice en una de sus canciones se lo prometi a celina y es cierto ella es su relevo,la musica de nuestros campos debe continuar

Bárbara dijo:

3

17 de marzo de 2015

12:23:41


Veo muy bien que Maria Victoria le cante a Celina González,pues donde ella este, seguira viendo y escuchando su música, pues supo dejar en su pueblo esa espiritualidad y losania de la música campesina, la cual maría victoria defiende, con una voz inconfundible, llena de sabor, para todo nuestro pueblo.

Luis dijo:

4

17 de marzo de 2015

15:19:57


Excelente trabajo. La musica campesina no ocupa el lugar que merece en nuestra cultura mas alla del reconocimiento de los entendidos, vivimos momentos donde es crucial conocernos mejor como nacion para entender a donde vamos por lo que veo muz oportunas las lineas del periodista Alain, elegantes, certeras, sin rimbombancia ni alardes adejetivos. Nuestro pueblo necesita mas de trabajos como este. Saludos...