Cada enero La Habana se convierte en la capital de la creación literaria latinoamericana con la entrega del Premio Casa de las Américas, uno de los más importantes de su tipo en el continente, cuya edición 56 quedó inaugurada ayer con la presentación del jurado y el inicio de las sesiones de lectura de las obras presentadas al certamen.
Alfonso Múnera, historiador y ensayista colombiano, tuvo a su cargo las palabras de apertura, en las que destacó la importancia del premio porque, asegura, desde la literatura tiene en cuenta la diversidad de Latinoamérica y el Caribe.
Señaló el papel de Cuba y la impronta de su cultura en el resto del continente al rememorar la etapa de su niñez, transcurrida en la región del Caribe colombiano, donde las emisoras radiales de la Isla eran las más escuchadas, por lo que lo cubano le es muy cercano desde hace muchos años, señaló.
Múnera se refirió en su intervención a varios de los problemas que enfrenta esta región del continente, vulnerable ante los efectos del cambio climático y los altibajos del mercado internacional, desafíos que solo podremos superar, precisó, trabajando con unidad. Lo más urgente hoy es hacer posible este diálogo de la cultura, dijo el intelectual.
Necesitamos muchas Casa de las Américas en el Caribe. En todos los campos de la cultura, que edifiquen y nutran esta unidad que nos ha eludido por tanto tiempo, puntualizó.
El Premio Casa de las Américas sesionará hasta el próximo día 29 cuando se den a conocer los ganadores en las categorías de novela, poesía, ensayo de tema histórico-social, literatura para niños y jóvenes, literatura brasileña y literatura latina en los Estados Unidos, seleccionados entre las 652 obras presentadas.
A la apertura del prestigioso lauro asistieron Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas, Miguel Barnet, titular de la Uneac, y otros intelectuales y diplomáticos acreditados en Cuba.
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