
HAITÍ.— A sus 68 años de edad Gabriel Pascual Pérez es de esas pocas personas que tienen la extraordinaria versatilidad de desenvolverse en tres oficios distintos. Sí, porque este pinareño, microbiólogo de profesión y profesor por vocación, es también músico instrumentista de la Banda Provincial de Conciertos de Pinar del Río.
Pero incluso hay mucho más, porque Gabriel —que actualmente forma parte de la Brigada Médica Cubana en Haití (BMCH)— desde sus tres condiciones profesionales, tiene numerosas historias para contar.
La primera de todas quizá sea la causa que motivó esta entrevista: su correspondencia con el Héroe Antonio Guerrero, comunicación que nació cuando hace varios años Gabriel se desempeñaba como vicepresidente del comité provincial de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba (Uneac).
Minutos antes de impartir una conferencia sobre el diagnóstico microbiológico de la sepsis vaginal, en la Jornada Científica de la BMCH, en Puerto Príncipe, el profe —como le suelen llamar— compartió con este diario algunas de sus anécdotas.
“A los ocho años empecé a estudiar música. En aquel momento no teníamos las unidades de docencia que tenemos hoy, pero me fui superando. Actualmente ostento la categoría de primer nivel como músico instrumentista y soy miembro también de la comisión de evaluación nacional del Instituto Cubano de la Música”, aclara desde el principio.
“A través de la Uneac, me incorporé en la batalla por la liberación de los Cinco Héroes, que felizmente ya están en casa, y propuse producir un CD con diez poemas de Antonio Guerrero, los cuales yo iba a musicalizar.
“Le consulté la idea a Tony porque mediante Mirtha, su madre, teníamos una relación epistolar y muy contento me respondió con tres poemarios de él y me dijo que sí, que lo hiciera.
Automáticamente me di a la tarea de presentar el proyecto al Comité de la Uneac, y se confeccionó un CD que se llama Nuestra convicción cuyos temas, en tiempo de guajira, canción y bolero, están interpretados por los solistas pinareños Francisco Alonso, Taymara Rodríguez y Secundino Hernández.
En realidad el CD es un trabajo más de él que mío porque ahí revela sus sentimientos dentro de la prisión. Ese disco fue la forma de decirle al mundo cómo pensaban nuestros héroes dentro de una cárcel, es decir, donde existía el optimismo, la valentía, la integración y la esperanza segura, como la tuvimos siempre, de que iban a regresar a la Patria.”
Como partes indisolubles de su ser, Gabriel —luego de hablar de su experiencia como músico— regresa sus palabras a sus funciones actuales.
“Antes de venir de misión me desempeñaba como docente de la Facultad de tecnología de la Salud Simón Bolívar, en Pinar del Río. Luego estuve de misión en Mali y ahora aquí en Haití llevo dos años trabajando como microbiólogo en el Departamento Centro, en el hospital universitario de la comuna de Mirebalais. Ahí soy jefe de la brigada en ese hospital y atiendo la sección de microbiología.
“Desde que ocurrió el terremoto, en el 2010, siempre pensé que si en algún momento tenía la posibilidad de venir iba a ser algo muy importante para mí, pues podría ayudar a este pueblo hermano que tanto se lo merece”.
Aunque en esta ocasión vista bata blanca y no haya traído consigo sus instrumentos, Gabriel es un hombre que definitivamente ama todo lo que hace, y con la humildad de quien prefiere ocultar el sacrificio que acarrea tener tres oficios, se muestra dichoso y dice: “Siempre he tenido la suerte de poder combinar la Medicina con la cultura.”










        
        
        
        
        

COMENTAR
José Achocalla dijo:
1
6 de enero de 2015
06:42:54
Responder comentario