Luego de tres días, la Feria Internacional del Libro de Haití cerró su segunda edición en el Palacio Municipal de Delmas, en Puerto Príncipe. El evento, que tuvo a Cuba como país invitado de honor, permitió a los lectores acceder a un equilibrado número de publicaciones no solo de ambas naciones sino también de Venezuela, República Dominicana, Canadá y Estados Unidos.
Escritores, editores, investigadores, ensayistas, promotores e intelectuales de los países participantes convergieron con el público –mayoritariamente compuesto por jóvenes estudiantes- en la plaza expositiva y comercial que, a la par, fue sede de conferencias, charlas, presentaciones de títulos, coloquios y proyecciones audiovisuales.
A la cita, Cuba llegó con títulos de todas las editoriales del país. El stand puso a disposición de grandes y chicos un amplio catálogo de narrativa, poesía, ciencia ficción, aventuras, libros para la enseñanza artística y contenidos multimedia, en distintos idiomas.
Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro (ICL), explicó a Granma que la selección hizo énfasisen temas y figuras que interesan mucho en Haití y que tienen que ver con los vínculos históricos culturales de los dos países.

“Además, trajimos bastante literatura para niños y una edición especial de Cuatro cuentos africanos en creole, que también presentamos en la primera edición de esta feria y que nos pareció un buen título para empezar conectados con nuestro pasado común”.
“Las propuestas serán donadas,en su mayoría, para las escuelas y la Biblioteca Nacional”, agregó Romay, quien adelantó los planes entre el ICL y la Dirección Nacional del Libro de Haití (DNL) para crear otros proyectos de ediciones en creole “no pensado en la actividad comercial sino en la ayuda que puede representar ese tipo de literatura en una lengua que los niños puedan leer con facilidad”.
Mientras, en la sencilla red de stands, los asistentes tuvieron la oportunidad de dialogar con el quehacer literario de casas editoriales como las haitianas Les EditionsFardin, Konbit, Choucoune, y Communication Plus; la Fundación Librerías del Sur del Centro Nacional de Libro, de Venezuela; y la estadounidense editorialPathfinder, que presentó -en francés- los libros Yo me muero como viví y Voces desde la cárceldedicados a nuestros Cinco Héroes, tres de ellos aún prisioneros del imperio.
“Ambos textos se han distribuido en Estados Unidos, como parte de la campaña en defensa de los antiterroristas cubanos”, manifestó a este diario Roger Calero, uno de los representantes del centro editorial.
Aun de corta edad, esta fiesta de los libros en Haití logró convocar a varios sectores de la población con el objetivo de promover el incremento de la lectura en el país, cuyo índice de analfabetismo es uno de los más altos de la región.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado por sus organizadores a la propuesta -que desde ya prepara su próxima edición-aún le queda un largo camino por recorrer.
Sobre la necesidad de consolidación y la ayuda que Cuba piensa ofrecer, desde la experiencia acumulada, y luego de estrechar los vínculos, Romay ofreció su valoración, al término de la jornada.
“Nosotros siempre hemos tenido mucho interés en la literatura y el arte haitiano, pero institucionalmente no habíamos logrado en el ámbito del libro acercarnos lo suficiente a Haití. Desde el 2012 establecimos contacto y hablamos de lo bueno que sería hacer proyectos juntos.
“No pensamos que íbamos a ser invitados tan pronto a la feria, de modo que cuando la DNL nos extendió la invitación nos alegró mucho. Sobre todo porque nos ofrecía la oportunidad de poner al lector cubano al tanto de la literatura haitiana contemporánea y acercar más nuestras escrituras.

La feria es un proyecto que hay que hacer crecer.Está diseñada para formar públicos interesados en la literatura y es también una apuesta para que todo lo que están haciendo en el ámbito de la educación tenga una continuidad, en los proyectos culturales. Por supuesto, es una feria todavía pequeña donde no hay una intensión de captar la atención de los más pequeños.
Nosotros vamos a cooperar en el futuro en ediciones, proyectos, eventos y creo que ellos van a ir logrando hacer ese tipo de feria que este momento de la historia de Haití demanda. Es un periodo en el que hay que despertar en la gente el interés por la literatura y convertir el disfrute de la lectura en un hábito….
Vamos a ayudar a Haití a que salga adelante en el desarrollo de la educación y la cultura. Tienen que formar al lector que es el que hace crecer la feria,pero creo que lo tienen bien pensado,solo hay que darles tiempo.”
Por su parte, el investigador Pedro Pablo Rodríguez también presente en la cita, opinó: “Aunque no existen experiencias previas me parece muy bien que la hagan aunque tenga un público limitado. Eso, de alguna manera, contribuye a prestigiar el libro y a impulsar la lectura en la gente.
Particularmente me ha llamado la atención la preocupación general que tienen por la educación, porque podrán ser pobres, pero están pensando en el futuro y una generación que sea mayoritariamente alfabetizada va a ser más importante para cambiar el país.
La feria debe y puede contribuir en ese sentido, por tanto, eso me satisface. Hay bastantes escritores haitianos y eso es muy importante porque el escritor tiene que sentir que su principal lector es su pueblo. Más importante que tener un mercado es acaparar la atención de esepúblico lector que dialogue con el autor. Creo que este es el gran camino de la feria, ojalá lo puedan lograr.”


                        
                        
                        
                    







        
        
        
        
        

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