ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Entre los asistentes al seminario estuvieron los escritores de la exitosa serie Mad Men.

Quizá el auge de las series de televisión —casi tan antiguas como la te­levisión misma—, se de­ba en los últimos años a la inclusión en estas de pa­trones cinematográficos, o a la emigración de grandes productores, di­rec­tores y actores de la gran pantalla a las televisoras. Tal vez solo se trate del (re)surgimiento de excelentes guionistas con buenas historias para contar, sin perder de vista el inmenso ne­gocio que suponen pa­ra las cadenas que las transmiten y su consumo en la pantalla chica o en Internet.

El seminario Lenguaje de las se­ries de televisión, trajo a este 36 Fes­tival In­ternacional del Nuevo Cine La­ti­no­americano a guionistas, productores y expertos en el tema, quienes debatieron durante dos días acerca de algunos de esos tópicos.

Entre ellos el destacado intelectual Ignacio Ramonet, Maria y André Jacquemetton, escritores de la serie norteamericana Mad men y Diego Lerman, realizador ar­gen­tino, quien además compite este año en el concurso de largometrajes con el filme Refugiado.

Ignacio Ramonet se refirió en su in­tervención al impacto de la digitalización de las transmisiones televisivas y al consumo de programas e in­for­mación en Internet. “Hoy no se necesita el televisor para ver te­levi­sión. Está dejando de ser una herramienta de masas”, añadió.

El consumo de los programas no se hace forzosamente en el momento en que son  transmitidos, sino a ma­nera de replay, es decir, muchas per­sonas prefieren descargar sus series de Internet o verlas online, y se estima que en el año 2020 el 25 % de los contenidos audiovisuales será consumido vía Internet, explicó Ra­monet.

El intelectual también se refirió al  des­­plazamiento progresivo  de la te­levisión por las re­des sociales, pues cada vez más personas prefieren ese medio para informarse, lo cual evidencia la toma de poder de la red de redes ante los me­dios de comunicación tradicionales.

Los guionistas invitados intercambiaron con los presentes acerca de su experiencia en la escritura de Mad men, en el caso de Maria y An­dré Jac­quemetton y La casa, de Diego Ler­man.

Los primeros aseguraron que la cla­ve está en considerar cada episo­dio una obra de arte, poniendo atención desde el vestuario hasta los muebles y colores, y aproximándose a la historia principal a partir de pequeños detalles en la vida de los personajes.

Al estar ambientada en los años ´60, los escritores debieron investigar y leer libros publicados en el año en que se desarrollaba Mad men, para luego tratar en ella los principales he­chos históricos de la época, pero de una manera totalmente diferente, lo­grando que estos influyeran en la vida de los personajes, y a la vez conquistando a los espectadores.

En realidad no nos preocupa mu­cho el público —dijo André Jac­que­metton—, escribimos historias para nosotros, pero nos gusta pensar  que nuestra audiencia es muy sofisticada y que cada cosa que pongamos en la historia podrá ser reconocida.

Diego Lerman, por su parte, compartió la idea de pensar la televisión desde un lugar personal, pues La ca­sa, serie que terminó hace poco de dirigir, surgió a partir de una anécdota relacionada con una casa que había comprado.

Muchos se preguntan si las series de televisión serán capaces de reemplazar al cine, o si están marcando ver­daderas pautas o modelos a se­guir en la producción audiovisual luego de títulos como The wire, Brea­­­king bad, Fargo o la propia Mad men. Cier­to o no, cada vez son más las ca­denas que invierten en producciones de este tipo, queriendo controlar todo, según Maria Jacquemetton, y haciendo de ellas, claro está, un ne­gocio mul­timillonario.

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José M. Calero Gross dijo:

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10 de diciembre de 2014

08:05:33


El artículo está bien escrito, detallado pero tiene un detalle que se ha vuelto página común a todos los " escribidores ", CONSUMO. Aunque la RAE lo acepta como en tercera o cuarta acepción, YO NO CONSUMO TELEVISIÓN, NI CINE, LIBROS, ETC. Yo veo TV, Cine, leo libros. Esa moda homogénea de presentadores de TV o escritores de la prensa plana es algo, en mi opinión, deleznable, y que contribuye a deteriorar el buen decir de nuestro bello idioma. Eso se llama FACILISMO y, además, estar en la última moda.