
La actriz Isabel Santos es una estrella de la cinematografía cubana. Dos veces se ha puesto detrás de la cámara. La primera en 2006 cuando realiza San Ernesto nace en La Higuera. En esta ocasión regresa con Viaje al país que ya no existe para homenajear a Iván Nápoles, un excelente camarógrafo tanto del Noticiero ICAIC Latinoamericano como de cientos de documentales.
Con San Ernesto nace en La Higuera se pudo ya apreciar su toque como realizadora. Recibió el Premio de la Asociación de Cine, Radio y TV de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y el Premio de TELESUR al Mejor Documental en el 28 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, 2006.
Aunque ella se reconoce más como actriz. Y como actriz Isabel Santos (1961) tiene una intensa y exitosa carrera que incluye películas como Se permuta (1983) de Juan Carlos Tabío, Premio a la mejor actuación femenina en el Festival de Cine de Río. Brasil; Clandestinos (1987), de Fernando Pérez, Premio a la mejor actuación femenina en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y con este director en 1998 La vida es silbar y en 2014 (por estrenar) La pared de las palabras.
Otros títulos significativos en su cinematografía son, de 1992 Vidas paralelas, Pastor Vega; 1993, Adorables mentiras, Gerardo Chijona; 1997, Cosas que dejé en La Habana, del español Manuel Gutiérrez Aragón, por la que recibió Premio a la mejor actuación femenina de reparto en el 39 Festival de Cine de Cartagena. Colombia; 2000, Miel para Oshún, Humberto Solás, (Mención de Honor como Mejor Actriz. Festival de Cine de Lima. Perú); 2008: Los dioses rotos (Actuación Especial), Ernesto Daranas y 2010, Casa vieja, Léster Hamlet.
Ofreció una rueda de prensa para presentar Viaje al país que ya no existe, y luego accedió a un breve diálogo para esta página, y así se conoció como nació la idea que —dijo— le rondaba desde que conoció por su pareja, el también camarógrafo Rafael Solís, anécdotas de las varias estancias de Nápoles en Viet Nam para filmar con el director Santiago Álvarez durante las cuales escribió numerosos diarios sobre ellas.
“Un día desperté y le dije, tengo un documental en la cabeza, no directamente a través de los diarios de Iván, sino volver con él a Viet Nam”, explicó.
Se detuvo largamente en la búsqueda de financiamiento, que felizmente concluyó con la producción del documental por el ICAIC y el Ministerio de Información y Comunicaciones de la República Socialista de Viet Nam.
“Fue una emoción muy grande para Iván volver después de 40 años —recalcó Isabel — y nos decía (y dice en el documental), que regresaba a sus 79 primaveras, “la edad que tenía Ho Chi Minh cuando fuimos a filmarlo con Santiago Álvarez” y es el título de ese documental.
Viaje al país que ya no existe es un título llamativo y provocador que se comprenderá desde las primeras imágenes, “pues de un país arrasado por la guerra ha crecido un país luminoso”.
La conocida periodista Arleen Rodríguez Derivet, que firma el guión junto a Isabel Santos, reiteró en diálogo con esta publicación, que “el título surgió del propio Iván, porque no reconocía nada, todo en Viet Nam era nuevo para él. La idea era que Iván fuera reencontrándose con su historia. Isabel fue siguiendo los diarios y las locaciones. Muestra el Viet Nam actual contrastado con los diarios, las anécdotas y las imágenes de la guerra tomadas para el Noticiero ICAIC Latinoamericano”.
La propia Isabel apuntó: “No es un guión propiamente. Yo trabajo con apuntes, que es mi llamado guión, y ahí está todo. Investigo, estudio mucho y esos apuntes solamente los entiendo yo, y se lo que quiero”.
La directora utiliza fragmentos filmados por Nápoles para varios Noticiero…, para tres documentales dirigidos Santiago Álvarez , Hanoi, Martes 13, de 1965; el ya mencionado 79 primaveras de 1969, y Abril de Vietnam en el año del gato, de 1975, y para Tercer Mundo, Tercera Guerra Mundial, dirigido por Miguel Torres en 1970.
Hay que decir que aunque es un homenaje a Nápoles, no es el habitual documental sobre una figura. Está marcado por una perspectiva cinematográfica, no periodística, que destila inteligencia y emoción, en busca de la belleza más que el dato.
Lo logra a través de un road movie, pues filman desde Hanoi hasta el sur. “Hicimos un recorrido de un mes y luego insertamos las imágenes. Lo más difícil fue ir entrevistando a Iván, pues es muy tímido, pero lo logré por mi experiencia como actriz. Me han dirigido muchos buenos directores de ficción, que entran en escena y te zarandean. Por eso lo pude hacer hablar, y lo llevé a que volviera a vivir esos momentos”.
A la afirmación de que logró alejarse del melodrama respondió: “Soy muy llorona, hasta con mis películas, por eso casi siempre las veo en mi casa. Ya deja de ser Isabel la que está en pantalla y es el personaje. Con el documental me emocioné mucho porque quiero mucho a Iván, aprendí a conocer mas un ser humano maravilloso, a llorar junto con él en Viet Nam, a sacarle lo mejor y lo peor de sus recuerdos, porque hay cosas que uno quiere olvidar y yo lo volví a llevar a ese momento y era muy duro para él. Son 80 años. Ahora lo cuenta desde la madurez de un anciano que cuenta algo tremendo como el bombardeo a Hanoi. El es un anciano sabio”.
Así puede el espectador estremecerse con el relato de Iván de su primer bombardeo a Hanoi, cuando tiene que filmar a dos pequeñas muertas y el dolor agónico de una madre. Dice Nápoles: “Estaba emocionado, pero no podía, no debía llorar. Primero está la imagen”.
En esa aventura de hacer un documental (42 minutos) sobre el regreso, la realizadora se acompañó de un equipo técnico encabezado por Rafael Solís, Marcelo Suárez y el propio Iván Nápoles, en la Cámara; en la Edición, Marian Quintana y Carlos Pérez; en el Sonido directo, Ricardo Perez y en el Diseño de sonido, Velia Villalvilla.
Solís explicó que primero buscaban la luz del nuevo Viet Nam, y luego un foco que apoyara la tesis que el Viet Nam que Nápoles iba a ver ya no existe, y “sobre todo mostrar la vida de ese hombre cuando estuvo en aquellos años y daba la vida por salvar esas imágenes, tomadas con una cámara de cuerda”.
Naturalmente la imágenes de archivo en blanco y negro, y las actuales a color.
De la ficha técnica queda aún la música, y de ella nos habló Rodríguez Derivet: “Silvio (Rodríguez) vio los primeros cortes y se conmovió mucho, y vino con esa canción original que es He vuelto. También hizo una versión instrumental de El rey de las flores y ahí está la flauta de Niurka (González) y Silvio buscó sonidos de instrumentos vietnamitas”.
Isabel Santos ha hecho un hermoso documental, Viaje al país que ya no existe, que conmueve por sus imágenes, no solo las de la guerra, sino al estampar el Viet Nam de hoy, moderno y a la vez preocupado en cada detalle por sus tradiciones. Todo se percibe a través del arte.
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Bárbara dijo:
1
7 de octubre de 2014
09:47:39
Ania dijo:
2
7 de octubre de 2014
11:19:29
Magarita Wilson Guerra. dijo:
3
7 de octubre de 2014
14:37:49
AMORINA dijo:
4
7 de octubre de 2014
16:03:43
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