
Iván Soca encontró en sus orígenes el camino para dar las respuestas al laberinto que un día se le abrió “inesperadamente” ante los ojos. A finales de los años 80 cursaba estudios de informática en Europa del Este y presenció el radical cambio geopolítico que produjo la caída del campo socialista en esa parte del llamado viejo continente.
Cuando regresó a Cuba, al terminar estudios en la década del 90, comenzó a encontrar su equilibrio espiritual en las canciones de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Santiago Feliú y la Nueva Trova, lo que unido a la formación cultural que trajo de Europa lo convirtieron en un artista que se afana en mirar las complejidades del mundo desde toda su diversidad.
No es raro que, siendo un testigo total de las rupturas de una parte de la historia contemporánea, Soca tenga entre su música de cabecera la obra de Pink Floyd, una banda que como pocas ha reflejado en sus discos las contradicciones humanas, los convulsos acontecimientos mundiales de la segunda mitad del siglo pasado y las grandes respuestas que se hizo la humanidad a partir de esos volcánicos hechos. De su afición por la obra de esta banda inglesa, autora de discos-íconos como Wish you were here nació Inesperadamente, la exposición que estrenó este martes en la Fábrica de Arte (FAC), una muestra que comprende 14 fotografías suyas de temática surrealista.
“Yo viví en Europa desde la década de los años 70 a los 90, vi caerse el muro de Berlín y presencié el desmembramiento del campo socialista. Después cuando regresé a Cuba conocí a Silvio y Pablo y eso me cambió mucho el panorama al venir del colapso del socialismo en Europa y conocer la diferencia con los procesos de Cuba. Siempre Pink Floyd retrató esa realidad de una manera muy personal y ética, con discos como The Wall. Los cubanos siempre hemos querido tener nuestro propio concierto de esta emblemática banda. Por eso ahora he pensado esta exposición como un homenaje a David Gilmour (uno de los principales compositores del grupo junto a Roger Waters) y a Pink Floyd”, explica Iván, quien ha desarrollado una importante carrera como fotógrafo.
La inauguración de la exposición, enmarcada en las acciones del Festival Leo Brouwer, fue un gran performance que tuvo en su centro varios de los motivos que mueven la conciencia crítica y psicodélica de Pink Floyd. El público pudo ver en vivo al guitarrista Rafael García Berlanga tocando solos de David Gilmour y Lejardi remixando temas de Pink Floyd y al grupo Gigantería vestidos como los hombres grises, que son la burocracia y los ladrones del tiempo de los humanos.
Tras la apertura, la muestra quedó abierta por un mes en la FAC y cada domingo Iván Lejardi hará una sesión para que los espectadores, sobre todo los más jóvenes, puedan ver en la música de Pink Floyd una forma de descubrimiento y enriquecer su educación sentimental con la obra de una de las bandas que no ha dejado de ocupar la cima de la música contemporánea, y cuya música, como la propia exposición de Iván Soca, es como una pared en blanco en la que cada uno de nosotros puede escribir sus propias interpretaciones.












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Jorge Luis Borges dijo:
1
1 de octubre de 2014
08:23:40
julia dijo:
2
1 de octubre de 2014
12:07:27
julia dijo:
3
1 de octubre de 2014
12:31:46
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