La Casona de Calzada hierve del calor de agosto —máxime en esos salones—, y de ese otro que proviene de la acción e imaginación de jóvenes bailarines y coreógrafos que desatan sus más caros sueños sobre el tabloncillo, transformado por estos días del octavo mes en un campo “minado” de creatividad. La juventud del Ballet Nacional de Cuba (BNC) desanda, generalmente, por los clásicos, necesita respirar nuevas obras más a menudo, y descansar por un rato de las obras del repertorio. Es entonces una buena época para tomar un cierto descanso y tocar lo contemporáneo.
Una de las razones del Taller coreográfico, que convoca a los jóvenes creadores, es la de dar a luz nuevas obras para enriquecer y actualizar el catálogo. Una idea surgida hacia 1965 en el seno de la compañía para que todo aquel que tuviera inquietudes, pudiera canalizarlas por esta vía. De él surgieron, en otra época, importantes trabajos. Luego de un largo sueño, regresó con bríos en el 2003, en ocasión del aniversario 65 de la agrupación cubana. Precisamente dos de esas piezas pasaron a formar parte de la lista de la compañía: Yo, tú, él y ella, de Regina Hernández y Retrato, de Lyvan Verdecia.
El joven bailarín, miembro del cuerpo de baile del BNC repondrá Retrato, y trae un nuevo regalo coreográfico: Sobre un hilo… que pasará junto con los otros estrenos los primeros días de septiembre en la sala Avellaneda del teatro Nacional. De esta pieza comentó a Granma Lyvan, es un trabajo de corte neoclásico “tirando a lo contemporáneo, porque me gusta utilizar las puntas y llevar a los bailarines a probarse en lo moderno”.
"Esa incertidumbre de qué pasará es lo que pongo en movimiento. Una forma de equilibrio en la vida, como estar en la cuerda floja. Por eso es Sobre un hilo". En la obra comparte la escena con la singular bailarina Grettel Morejón. Tania Vergara, directora del grupo Endedans, aporta al Taller Piazzolla x 6. Excelente pieza que toca cuerdas sensibles e inmiscuye a Viengsay Valdés y Víctor Estévez.
Preludios de la noche es la propuesta de Maysabel Pintado (profesora de la Cátedra de danza del BNC). En ella, expresó, "traté de exponer las diferentes facetas de una misma relación, aunque se pueden ver aisladas. Y los situé en la noche, donde aflora la mayor parte de estos sentimientos: celos, traición, tristeza, alegría, agotamiento". Un interesante trabajo que armoniza con la música de Denis Peralta, y constituye un peldaño alto en su quehacer, en el que además de los pasos de la singular coreografía, añade las luces como protagonista.
Ariadna Suárez, otrora corifea de la agrupación cubana, regala SDOS. Pieza que ya había montado con sus alumnos del ISA, y ahora estrena con el BNC. Hay que detenerse, reflexionar, porque el estrés (de ahí sale el título, porque son dos) te puede llevar a la locura, dice sonriente, aunque no divulgó el final (¡que tampoco mostró en el ensayo!).
Regina Hernández acerca El relato. La solista del BNC es como una mujer orquesta: baila en una de las coreografías (Preludios de…), es asistente de otra (3D), y es la autora de esta. Pero, lo que más nerviosa la pone no es bailar, sino estar del otro lado y ver el resultado de su obra. Y aunque la bautizó así, “no impongo una historia. Son seis intérpretes en una obra de corte neoclásico”.
Se suman Concerto, de Carlos Luis Medina (actualmente profesor del Conservatorio del Ballet de Toulouse, (Francia); SAFE, de Raúl Reinoso, miembro de Danza Contemporánea de Cuba, y 3D, de Juan Carlos Hernández, coreógrafo invitado de diversas compañías cubanas.
Una y otra pasaron las piezas de estos bailarines y coreógrafos, transformados en diseñadores de espacios y sentimientos. Porque sus trabajos deben ser tan certeros como para obligar a que las acciones se introduzcan en nuestros ojos e invadan nuestras almas con inciertas sugestiones, y, sobre todo, esas frases hechas con los cuerpos. Esperemos a septiembre.
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