
La indiscutible jerarquía universal de Leo Brouwer como autor de obras para la guitarra fue confirmada por los intérpretes, el público y la crítica, que coincidieron este julio en la trigesimocuarta edición del Festival Internacional dedicado a ese instrumento en la ciudad española de Córdoba.
Leo compartió con la memoria del recientemente desaparecido Paco de Lucía los homenajes del encuentro, en jornadas donde no solo se reconocieron los extraordinarios aportes del cubano al repertorio guitarrístico contemporáneo, sino también su impronta en la formación de más amplios perfiles para los ejecutantes.
Los recitales ofrecidos por el cubano Joaquín Clerch y el griego Costas Cotsiolis, en el teatro Góngora, pusieron de relieve los valores de la creación brouweriana.
Clerch interpretó La ciudad de las columnas, obra inspirada en el ensayo homónimo de Alejo Carpentier, como parte de un programa en el que incluyó otros clásicos latinoamericanos como los argentinos Astor Piazzolla, Ariel Ramírez y Alberto Ginastera.
La entrega de Cotsiolis fue prolija: comenzó por Elogio de la danza, y luego de transitar por Tarantos, Canción de cuna y An Idea, desembocó en la suite Decamerón negro, que Leo escribiera especialmente para él.
Si los conciertos despertaron interés, las sesiones de estudio sobre la obra de Brouwer generaron un auténtico clima de fervor entre los entendidos. El propio compositor, que en su momento clasificó entre los máximos intérpretes en el mundo, impartió lecciones magistrales sobre el estilo y la técnica de la articulación.
A Clerch correspondió recorrer la evolución del lenguaje guitarrístico de Bach a Brouwer, en tanto Cotsiolis se detuvo en las exigencias interpretativas de varias piezas icónicas de la labor creativa del gran compositor cubano.
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Rafael García-Valdecasas la Torre dijo:
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27 de julio de 2014
00:03:15
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