La comisión Educación, cultura y sociedad, que no sesionó en el Congreso, puesto que lleva meses trabajando en los complejos conceptos que contempla, partió para su exposición en plenaria, del precepto enunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro que reza que la Cultura es lo primero que tiene que ser salvado.
Consciente del papel al que está llamada la intelectualidad cubana actual, la comisión presidida por el doctor Helmo Hernández recordó la observación hecha por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cuando apuntó a la presencia de comportamientos cívicamente inaceptables en sectores cada vez más extendidos de la sociedad y nos calificó como un pueblo instruido pero no por ello necesariamente educado ni culto.
Tomando en consideración que el proceso de implementación de los Lineamientos económicos no está acompañado con la misma celeridad de los conceptos que prefiguren el proyecto de sociedad al que aspiramos, el presidente cubano ha afirmado que la sociedad cuenta con la fuerza intelectual representada en nuestros educadores, artistas y científicos sociales que junto al Partido deben ser capaces de producir las conceptualizaciones necesarias.
A partir de estas alocuciones de Raúl, la comisión se consideró directamente aludida y en aras de resolver insatisfacciones y trazar estrategias para sus respectivas soluciones ha erigido su trabajo. La necesidad de abordar estos desafíos en toda su complejidad, por tratarse de la expresión de procesos culturales que reclaman una urgente atención constituye el punto de partida de la comisión.
“Habría siempre que saber penetrar a profundidad en las necesidades culturales de los seres humanos con los que trabajamos y saber diferenciar las que responden a sus intereses legítimos de aquellas que son hábitos de consumo inducidos por los centros hegemónicos. Debemos formar ciudadanos capaces de interactuar sin prejuicios con la creación artística, alcanzar rangos de lucidez cada vez más altos y comprender el mundo desde una perspectiva descolonizada, múltiple y diversa”, esgrime el texto, y continúa:
La cultura es la expresión más cabal del modo en que vivimos. Nada de lo que hacemos o imaginamos queda fuera del universo que define la cultura. Se trata, en última instancia de cómo vivimos de aquellos que sentimos y hasta de cómo sabemos morir. Solo desde esa perspectiva y con el instrumental lógico adecuado podríamos aproximarnos a las complejidades del caso cubano”.
La comisión llamó la atención al papel que las diferentes instancias del llamado mercado cultural desempeñarán en los procesos de la creación artística entre los cubanos, y aseguró tener el deber de defender a la vez nuestro patrimonio cultural y la construcción de la contemporaneidad, así como el de aprender a preservar el justo equilibrio entre mercado y subvención estatal, para asegurar la renovación y continuidad de los procesos culturales que dan lugar a la existencia misma de la nación.
También el equipo de trabajo que comparte la responsabilidad de diseñar el sujeto cultural que protagonizará las transformaciones de la sociedad cubana aseguró que una de las instituciones de mayor peso en estas transformaciones es la escuela.
Al respecto destacó el esfuerzo de maestros y profesores por resolver problemas que aún no tienen solución y exoneró a la escuela de la total responsabilidad cuando otras instancias de la sociedad también son responsables de los problemas actuales, “incluyéndonos a nosotros mismos en primer término”.
La escuela cubana -apunta la comisión— no puede enfrentar en soledad ni mucho menos resolver, los conflictos que se le plantean en la actualidad, y el MINED ha identificado como urgente la necesidad de integración con los demás factores que deben intervenir en los procesos educacionales desde todos los niveles de la sociedad, es decir, la familia, los organismos e instituciones, considerados, entre ellos los que operan en la base de las comunidades, los órganos de gobierno local, los medios masivos de comunicación y hasta “nosotros, intelectuales y artistas.”
Sin que se reduzca a la situación salarial, la comisión, dejó claros sus argumentos respecto a la necesidad de mejorar sus condiciones de trabajo, a la reevaluación del descanso laboral de esos profesionales, a las posibilidades de su superación profesional y al tiempo en que deben dedicar a la preparación del curso, así como el entrenamiento en las nuevas tecnologías, y por sobre todas las cosas elevar su prestigio social, lo cual dependerá en altísima medida de lo que sean capaces de hacer los educadores mismos.
Como un logro extraordinario calificó el equipo la presencia de la educación artística curricular en toda la primaria, la secundaria y la formación de maestros, de lo cual son responsables los ya más de 18 mil instructores de arte que trabajan hoy en nuestras escuelas, distribuidos por todo el país.
Las escuelas creadas por todo el país, refiere el resumen, pueden y deben ser el foco desde donde se irradien las chispas que incendien esperanzas y desarrollen capacidades para la transformación de la sociedad.
En la actualidad, considera la comisión, el problema fundamental por resolver en el sistema educativo cubano está en la composición de la mayoría de nuestros claustros. La contribución a mejorarlos como una labor asumida por la UNEAC a todos los niveles quedó acordada en el congreso.
Al concluir la lectura tuvieron lugar en esta comisión múltiples intervenciones. La primera de ellas fue la de la doctora Grazziela Pogolotti, quien explicó que la lectura resulta esencial entre los estudiantes cubanos, pero no vista como un acto de simple ejercicio. No se trata de leer por leer, sino de enseñar desde las escuelas a encontrar lo que se esconde detrás de las palabras y ello –acotó- debe aprenderse desde los primeros años y debe nacer desde la producción oral y escrita.
Información y conocimiento no son sinónimos, la primera es auxiliar y el segundo se procesa, se metaboliza, mediante la formación de la capacidad de pensar y relacionar las cosas entre los niños, adolescentes y jóvenes. Este –dijo- es un entrenamiento que nace de la lectura y comienza desde la educación primaria y es importante fomentar la lectura como base de la comunicación porque cuando uno no se puede comunicar por las palabras lo que queda es la violencia y en ese sentido no se pueden fomentar nuestros educandos, como lo hacen algunos países vecinos.
Sobre el tema de la enseñanza artística tuvieron lugar enjundiosas intervenciones como la de la actriz y profesora de la enseñanza artística Corina Mestre quien apuntó la necesidad de que el movimiento artístico se vincule a las escuelas de arte.
Pedro Pablo Rodríguez, precisó por su parte, la necesidad de que cada uno actúe y no se quede en palabras ninguna de las propuestas y planteamientos realizados en el foro. Se deben circular en informe cada uno de los criterios a debate, sobre todo en un sector decisivo que son los maestros.
Asimismo Vivian Martínez Tabares retó a que cada uno de los artistas y escritores miembros de la Uneac pueda y cumpla el deber compartido de aportar al país y a la enseñanza.
El investigador y ensayista Jesús Guanche, señaló los nexos entre cultura y educación indisolubles de tal manera que abogó por la importancia de estudios teóricos del modelo cubano.
La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, ponderó la alianza entre la Uneac y la cartera que lidera, asimismo, admitió que el maestro es el alma de la escuela y su misión es fundamental, por ello, señaló, resulta imprescindible incrementar la formación y preparación del personal docente lo cual, dijo, es la prioridad de prioridades del MINED.
Actualmente tenemos 1,8 millones de estudiantes en la educación general y es allí en sus centros donde se gana la batalla, en cada en cada una de las 10 mil 300 instituciones educacionales del país. Nuestros maestros se forman en 22 escuelas pedagógicas y 14 facultades de este tipo.
Eusebio Leal, Historiador de la ciudad de La Habana, precisó la necesidad de la memoria, y sobre los encendidos debates del encuentro precisó “que no es grave ni complejo que en una reunión como esta se discuta o se debata”. Este país ha caminado recorriendo sus propios extravíos y como toda Revolución verdadera ha tenido sus imprecisiones y momentos de inmensa lucidez.
No hay un espacio sobre la tierra donde no se conozca el nombre sonoro y breve de esta Isla, comentó al enaltecer su orgullo por el país que habitamos y compartimos todos. Sobre este VIII Congreso de la Uneac resumió que se ha logrado un gran éxito en este encuentro, durante estas dos jornadas se ha discutido, han habido tensiones como en la mejor familia y se ha elegido un consejo y presidente de lujo, todo ello –dijo- con la enorme paciencia presente de un vicepresidente del país.
Las últimas palabras de Leal estuvieron dedicadas al líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien –dijo- ha sido protagonista de la historia y surgimiento de este Congreso. “Fidel es una figura de la historia con luz profunda y su sombra proyecta grande su figura sobre todos nosotros, sin él sería imposible este congreso.
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