A Fernando Ortiz, de cuyo fallecimiento se cumplen hoy 45 años, está dedicada la edición 26 de la revista Catauro, publicación de la Fundación que lleva el nombre del gran sabio cubano.
Introducida esta semana en el Centro Dulce María Loynaz por la doctora Ana Cairo, y en presencia de Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y Miguel Barnet, presidente de la Fundación Fernando Ortiz y de la UNEAC, la nueva entrega presenta en su sección Contrapunteos un grupo de trabajos en los que aflora desde distintos ángulos el autor de El engaño de las razas.
En dichas investigaciones brilla con luz propia Ortiz, abordado como investigador, en este caso con apuntes sobre las Oraciones utilizadas en Hispanoamérica y como fundador de instituciones y publicaciones que estructuraron el conocimiento y las prácticas sociales reveladoras de la compleja identidad cubana.
Al papel de Chacón y Calvo como embajador de la Hispanocubana de Cultura, y a la relación de José Antonio Portuondo con el programa radial la Hora Ultra, creado a instancias de Ortiz como complemento informativo-cultural de la revista Ultra, se refirieron las respectivas autoras María Eugenia Mesa y Cira Romero. Una carta de Fina García Marruz a Barnet, a propósito del ensayo de Ortiz La clave xilofónica de la música cubana, también ve la luz en el número.
El Imaginario rinde homenaje a Mariano Rodríguez; toca la jerga gallera como vitalidad de una tradición popular y aborda el vocabulario de los reclusos en Cuba a partir de las respectivas indagaciones de Margarita Ruiz, Gema Valdés y Aíxa Kindelán. Un trabajo sobre el paisaje sonoro de La Habana lo firma el investigador canadiense Vincent Andrisni.
Para seguir a tono con el antropólogo mayor, Archivos del Folclor recrea el castellano jergal de los ñáñigos, de Juan Luis Martín; la delincuencia femenina cubana, por Israel Castellanos, recuerda a Julio Le Riverend en su centenario y abunda en “la economía de Europa” en la obra inédita de Ortiz, de Orestes Gárciga.
“Creo que este número aparece en un momento muy importante —estimó Cairo—. Este es el mejor homenaje que se le puede hacer a Ortiz, una revista que aparece a las puertas de un congreso cultural y que ha venido a llenar totalmente un vacío en el diseño de las ciencias sociales cubanas.”
COMENTAR
Responder comentario