ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Es domingo. Para el Hospital Mártires de Las Tunas, sin embargo, es un día tan necesario como cualquier otro. Lo diferente es la presencia de unos payasos muy especiales porque se hacen llamar terapéuticos.

El director, doctor Silvio Laffita, da la bienvenida en la puerta del centro. Han preparado un salón para realizar el espectáculo y están encantados con recibirnos. Él mismo ha traído a su hija pequeña para disfrutar de la actuación.

Pero los payasos terapéuticos no son actores para “espectáculos”. Su destino dentro de los hospitales o centros de salud, son aquellos niños enfermos que, por periodos largos, se encuentran imposibilitados de moverse de sus camas o de las salas donde están recluidos.

Trabajan en algo más pequeño que las puestas en escena digamos comunes, aunque su labor tiene un valor inmenso. Se enfrentan a los lógicos obstáculos interpuestos por la situación de sus espectadores. La inmovilidad de algunos pacientes, los cuadros depresivos dada su condición o las prevenciones que ponen otros ante las relaciones imprevistas propuestas por los payasos.

El trabajo artístico sirve aquí a un fin mayor, mucho más grande que el horizonte estético: asaetear con estímulos a la vida misma en peligro o afectada por la enfermedad. Los jóvenes integrantes de La Colmenita lo aprendieron de payasas terapéuticas canadienses iniciadoras o seguidoras de esta modalidad. Diana Ramos tiene 18 años, Mai Santo Domingo  y Jorge Luis Rojas Gómez 20, su hermana Dévorah 23 y Alina García es más veterana. Se entregan con denuedo a su acción.

Algunos pacientes aceptan de inmediato, sonríen y conversan. Niñas y niños se integran, juegan, siguen los cuentos narrados. Otros presentan resistencia. Los payasos tienen que ser y estar listos, y aprovechar todas las reacciones a su favor para entrar en sus difíciles universos. También con respecto a madres, padres o parientes que resultan aliados potenciales. A veces cambian entre las payasitas la atención a algún enfermo, pues no se produce la empatía necesaria.

Los payasos cargan con sus sencillas herramientas. Acuden a títeres digitales, lápices de colores, pequeñas pelotas, muñequitos de distintos tipos. En sus manos, los objetos se transforman y la imaginación vuela. El origami es un magnífico vehículo entre payasa y paciente porque con pedacitos de papel actúan al unísono sobre sus respectivos recortes y hasta suman a acompañantes y al personal de sala.

En Oncología, la niña de las muñecas, con su padre al pie, se convierte sin esfuerzo en actriz. El payaso Palitroque (Camilo Castillo, de Manzanillo, incorporado a la sesión para aprender), se desliza casi a espectador interesado, deviene en estimulador de la actuación de ella, que quiere ser cantante, bailarina y ama de llaves. Otro tanto disfrutan Andrés Luis, Lean Carlos, Yesenia y Diana, entre muchos otros.

El hospital asombra en positivo. Alguna puerta está descascarada, y seguramente faltan cosas, pero todo está pulcro y en orden. Y una legión de médicas, enfermeras y asistentas (todas eran mujeres), atienden al pie de cada cubículo. El pleno funcionamiento es visible.

Los payasos terapéuticos no se exceden tanto, como la norma de los payasos, en vestuarios y maquillajes típicamente ampulosos. No deben romper tanto la rutina visual dentro de un hospital y causar rechazo. Pero, no lo dudemos, son auténticos payasos por dentro. Y nos regalan una experiencia humana fabulosa.

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yamilka dijo:

1

9 de abril de 2014

12:02:55


creo que este gesto es verdaderamente fabuloso y encantador, mis felicitaciones a sus participantes.

Don Vicente Antonio de Castro y Vermudez dijo:

2

9 de abril de 2014

13:55:11


Obras de esta magnitud no pueden permanecer en las sombras.Gracias al redactor del articulo por publicarlo y un especial saludo y felicitacion a los protagonistas de tan noble acto,por personas como ustedes aun vale la pena soñar. Saludos a todos.Un cubano que ama a su patria.

Julio F dijo:

3

9 de abril de 2014

14:20:08


Me hubiera gustado ver aunque fuera una foto, pero de todas formas es maravilloso.

Lobato dijo:

4

9 de abril de 2014

14:25:54


¿Que nos faltan muchas cosas? es verdad, ¿ que netenemos infinidades de necesidades? tambien es verdad, pero como reconforta el alma, el espiritus, la dignidad, el amor saber que en algún lugar de Cuba, se hacen cosas como estas, sobre todo para aquellos que pedecen de alguna enfermedad o sus familiares y que esta no le permite ir a un circo o un teatro a distraer su mente. RECONOCIMIENTOS DE TODO CORAZON PARA LA DIRECCIÓN DEL HOSPITAL TUNERO Y PARA LOS ARTISTAS POR ESTA INICIATIVA. Y AGRADECIMIENTO TAMBIEN AL CUBANO DON VICENTE ANTONIO DE CASTRO Y VERMUDEZ POR SUS COMENTARIO PORQUE CUBANOS SOMOS TODOS NO IMPORTA DONDE VIVAMOS. GRACIAS.