«Esta es una juventud que nunca le ha fallado a la Revolución».
Así dijo, este miércoles, la primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Aylín Álvarez García, en un encuentro entre varias generaciones de cubanos.
De manera muy natural, y en estas horas que todavía saben a festejos por los aniversarios de la Juventud Comunista y de los Pioneros, se produjo el intercambio entre la dirección del país y el Buró Nacional de la UJC, y presidentes de organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles.
Participaron los miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; el secretario de Organización del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda, así como el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
Morales Ojeda dijo que no podía darse por concluido el programa por el aniversario 61 de la Unión de Jóvenes Comunistas, y el 62 de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), «sin sostener este encuentro, con el propósito de reconocer la labor que está realizando la UJC –las organizaciones estudiantiles, sus movimientos– en el presente y por el futuro del país».
Es motivo de satisfacción, dijo, «poder encontrarnos con ustedes y trasladarles este reconocimiento en nombre del Primer Secretario y Presidente de la República, del Buró Político, del Secretariado, de la Asamblea Nacional y de nuestro Gobierno, con la convicción de que juntos seguiremos enfrentando cada uno de los desafíos».
Afirmó que no hay una sola tarea en el orden político, ideológico, gubernamental, en la defensa de la Patria, «en que los jóvenes no tengan una actuación destacada», y mencionó algunos ejemplos, como «la extraordinaria labor» que realizaron en el enfrentamiento a la covid-19; así como su respuesta ante los sucesos del Hotel Saratoga o de la Base de Supertanqueros en Matanzas, o cuando el paso devastador del huracán Ian.
Igualmente extendió el reconocimiento, «en nombre de nuestro General de Ejército, de la generación histórica» de la Revolución.
EN ESENCIA, SOMOS EL PARTIDO TAMBIÉN
Aylín Álvarez García agradeció al Partido por el encuentro, y habló de un replanteo en «las maneras de hacer de nuestras organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles», y en eso «hemos tenido siempre el acompañamiento de nuestro Partido».
Hizo alusión al «papel de vanguardias necesarias, de una organización que tiene la responsabilidad de conducir, de atender, de representar a los niños, adolescentes y jóvenes en Cuba».
Los retos, reflexionó, son tremendos, pero «esta es una juventud que nunca le ha fallado a la Revolución».
Álvarez García recordó que «ninguna etapa ha sido fácil para la Revolución», y que las nuevas generaciones siempre han tenido que sobreponerse a todas ellas.
De estremecer las bases de la organización juvenil, de que al comité de base, al grupo estudiantil, a la brigada llegue la impronta de todo cuanto quiere hacerse desde la UJC, habló también la Primera Secretaria, y refirió maneras frescas de representar a los jóvenes, a la necesaria búsqueda de espacios en los cuales los nuevos, sean o no militantes, encuentren sentido de pertenencia.
«No solamente festejamos –destacó– un 4 de Abril, sino que también festejamos la victoria del día 26 (de marzo), para la que tanto este país también trabajó, y para lo que contó con sus jóvenes; y yo creo que ellos dieron muestras de que seguimos siendo esa juventud de vanguardia».
Estamos en el deber de expresarles, dijo, «que nos sentimos muy acompañados por ustedes, y que nos sentimos orgullosos de tener un Partido que se preocupa siempre por su juventud. Nosotros somos lo mismo: esta es la Juventud del Partido, en esencia, somos el Partido también».
EL DIÁLOGO COMO HERRAMIENTA
«El método que yo aprendí, y en el que me he educado durante más de 60 años, cuando hablo con la juventud, no es hablar, sino preguntar, para saber si están claros de la tarea principal del momento», dijo Esteban Lazo.
«¿Cuál es la tarea principal que tienen ustedes en estos momentos?», indagó el Presidente de la Asamblea Nacional, y un joven afirmó que la tarea principal de sus contemporáneos, entre los que se incluye, es contribuir al crecimiento de la conciencia socialista y comunista en las nuevas generaciones.
El joven compartió su certeza de que «en la medida en que seamos capaces de formar mejor a estas generaciones en los principios del trabajo, de aportar y de vivir en colectivo», la sociedad estará acrecentando los niveles de conciencia que Cuba necesita.
La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), Janny Blanco Gómez, enunció que el estudiantado debe unirse en un propósito único: «defender a la Revolución a capa y espada», y destacó la importancia de «tener siempre presente el principio estudio-trabajo como principal deber».
«¿Qué significa para ti el combate a capa y espada?», preguntó Lazo Hernández, y la muchacha explicó que se trata de «una frase popular que se utiliza en varios contextos».
En el caso de su idea, dijo, se trata de utilizar todas las armas de la lucha ideológica, comunicacional o de cualquier otra naturaleza que puedan ayudar en la Cuba del presente. «Nuestra trinchera, ahora mismo, es el estudio», sentenció, en referencia a su generación.
Otras preguntas fueron pie para que Esteban Lazo realizara varias reflexiones.
«¿Qué importancia conceder al papel de la Historia en la educación ideológica?», planteó en un primer momento, y razonó: «Creo que un estudiante que conozca todo lo que hemos luchado, todo lo que ha trascendido el cubano para lograr lo que tenemos ahora, da un paso más en su preparación político-ideológica».
«¿Qué defender de la Revolución?», agregó, y entonces acudió a cifras con las cuales retratar la sociedad anterior al triunfo del 59, y la que ha venido construyéndose después. Un joven expresó que «lo primero que tenemos es la dignidad, y tenemos millones de razones para todos los días hacer Revolución».
«¿Cuántas universidades había en Cuba cuando triunfó la Revolución? ¿Cuántos estudiantes? ¿Cuántos médicos había a la altura de 1959, y de cuánto era la mortalidad infantil?», prosiguió Lazo.
«Nosotros –significó– tenemos una obra social hecha por la Revolución que, independientemente de las dificultades de ahora, tenemos la responsabilidad de defender. Si perdemos la Revolución, perdemos esa obra», enfatizó, e invitó a buscar datos con los cuales ilustrar el valor de una Revolución como la cubana.
«Calculen en 50 años cuántas vidas se han salvado. ¿Habrá algo más sagrado en términos de derechos humanos que la vida de un niño? Antes de 1959, ¿de cuánto era la esperanza de vida en el país caribeño? Nadie con sentido de lo justo pondría en duda el valor de una obra que se preocupa por el ser humano», argumentó.
«¿Y quiénes son los artífices de esa humanísima obra? ¿Quiénes fueron a alfabetizar? ¿Quiénes fueron a Girón?», siguió indagando el Presidente del Consejo de Estado. «Los hacedores de toda esa obra han sido jóvenes», aseveró.
Sobre los tiempos que vendrán y la agenda que tiene por delante la Asamblea Nacional del Poder Popular, comentó: «Me imagino qué tremendo papel va a desempeñar la juventud en la próxima Asamblea». Lo expresó porque el 20 % de los diputados son jóvenes y, por razones obvias, «llegan con ideas nuevas, planteando criterios».
ESPACIO Y LUZ VERDE A LA JUVENTUD
En el diálogo con los jóvenes, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, denunció que el enemigo siempre «intenta imponer la matriz de opinión de que el cambio que quiere el imperialismo es la juventud quien lo va a hacer».
Son una generación, dijo, que pintan como disgustada, como que no está identificada con la Revolución, y que, por tanto, no la apoya. Pero «lo que ha sucedido en todos estos tiempos complejos da muestras más que suficientes de lo equivocado que está el enemigo», da muestras de «esa reafirmación y ese protagonismo que tiene la juventud en todo el quehacer de la vida política, económica y social del país».
Habló de la enseñanza de la Historia como esencial para formar a las nuevas generaciones; un reto que exige buscar «métodos innovadores, diferentes, que permitan transmitir, de modo atractivo, ese legado histórico que tiene el país, como pocos en el mundo».
Marrero Cruz habló sobre la importancia de seguir generando oportunidades para que el impulso natural que tienen los jóvenes para decir cosas encuentre sus caminos. El error sería –alertó– «que no propiciemos esos espacios». Hay que continuar, dijo, buscando soluciones a todas las inquietudes y problemas, buscar también una participación más activa en todos los procesos, una participación protagónica de los jóvenes.
«En cualquier lugar, en todo lo que hagamos, ahí están los jóvenes; y en la mayoría de los casos están desempeñando ese rol motivador, revolucionando, y cambiando las cosas», afirmó.



















COMENTAR
Responder comentario