Es conocido que el 20 de octubre se celebra cada año el Día de la Cultura Cubana por entonarse en esa fecha, por primera vez, la marcha que devendría en Himno Nacional, luego de la victoria del naciente ejército mambí al mando del abogado Carlos Manuel de Céspedes en la toma de la ciudad de Bayamo.
Iniciada el 10 de octubre de 1868 la guerra contra España por la independencia de la Isla del yugo colonial, Céspedes y su alto mando decidieron proceder a la toma de la ciudad de Bayamo, lugar más estratégico para el primer golpe a las fuerzas españolas.
Solo diez días después del Grito de Yara, el 20 de octubre, la ciudad fue tomada por las fuerzas insurrectas mambisas. El combate se inició el 18 de octubre a las siete de la mañana, y la capitulación se firmó a las 11 de la noche del 20 de octubre de 1868, lo cual marcó para la historia cubana, la primera gran victoria del Ejército Libertador.
En medio de la alegría del pueblo bayamés y el bullicio de las tropas rebeldes, al lado de Carlos Manuel de Céspedes y otros patriotas, montado en su caballo «Pajarito», y en medio de una multitud enardecida, el luego Mayor General Pedro (Perucho) Figueredo y Cisneros escuchó cuando los músicos comenzaron a tocar su marcha y cómo el pueblo la secundaba.
Cuenta la historia que entonces extrajo una hoja de su cartera, cruzó una pierna sobre la montura del caballo y escribió la letra. La hoja escrita pasó de mano en mano y el canto se multiplicó. Así, el 20 de octubre de 1868, en la primera ciudad libre de Cuba, se completó el nacimiento del Himno Nacional.
A partir de entonces las notas del naciente Himno presidieron todos los actos del movimiento independentista y han llegado hasta hoy como la expresión del carácter patriótico del pueblo cubano.
Lo que poco se conoce es el riguroso trabajo de investigación histórica para verificar todos los detalles de ese histórico hecho y las numerosas consultas que el entonces ministro de Cultura, Armando Hart Dávalos, hizo con personalidades de la cultura nacional y que fructificaron en el Decreto 70 de 1980 del Consejo de Ministros consagrando la fecha del Día de la Cultura.
El origen del himno se remonta al 13 de agosto de 1867, cuando se reunió clandestinamente el Comité Revolucionario de Bayamo en la casa del abogado, músico y poeta Perucho Figueredo para elaborar los planes que debían desencadenar el movimiento independentista cubano.
Allí el Comité sugirió a Figueredo que compusiese nuestra Marsellesa. En la madrugada del 14 de agosto, el revolucionario bayamés escribió la melodía que llegaría a ser nuestro Himno Nacional.
En aquel momento le llamó La Bayamesa, como expresión de su carácter revolucionario y del lugar en que nacía la rebeldía nacional. El 8 de mayo de 1868, Perucho Figueredo le solicitó al músico Manuel Muñoz Cedeño la orquestación de aquella marcha, canto épico que se distanciaba de los himnos con perfiles sacros, e himno de guerra y de victoria que debía llamar al combate y exaltar el sentimiento patrio.
El estreno público de la marcha se hizo en la Catedral de Bayamo el 11 de junio de 1868, ante la presencia de las autoridades coloniales españolas que se miraban asombradas durante un solemne Te Deum en las fiestas del Corpus Christie, cuando se escuchó la combativa marcha que sería luego el Himno Nacional de Cuba y un símbolo de lucha por su independencia.
Interpretada con el consentimiento del párroco que desconocía su verdadero significado, y ante la presencia del Gobernador Militar de la Plaza, coronel Julián Udaeta, la marcha orquestada por Manuel Muñoz Cedeño provocó una reacción de confusión entre los españoles al sentirla fuera de lugar.
Cuando el gobernador español escuchó la marcha se sorprendió y mandó a buscar al director de la orquesta, quien le informó que era una marcha compuesta por el señor Figueredo. El gobernador señaló a Perucho que la marcha no tenía nada de religiosa y sí mucho de guerrera a lo que este le respondió: «Usted no puede determinar que sea un canto de guerra puesto que no es músico».
El gobernador español quedó entonces con la duda. La marcha creada se popularizó, se silbaba por las calles, y presidió los actos de la Sociedad La Filarmónica. Meses después de creada la melodía del himno, Perucho Figueredo le incluyó la letra al ser tomada la ciudad por los mambises.
Así, hermanada en la historia quedó la primera vez que se entonó por el pueblo el Himno Nacional y la celebración del Día de la Cultura, donde las tradiciones patrióticas están en la raíz de nuestra nacionalidad.



















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