En la comunidad de Iguará, del municipio Yaguajay, se reunieron las mujeres para volver a hablar de reivindicaciones. La actividad central nacional por el 8 de marzo se trasladó hacia esta zona rural donde obreras y estudiantes tomaron el espacio simbólico para hacerlo suyo, como desde los primeros años del triunfo de la Revolución.
¿Quién puede asegurar que en Cuba no hay fuerza femenina cuando te encuentras en una comunidad rural del país mujeres con liderazgo, con puestos de trabajo, con estudios, con arte, con invenciones y con ganas de aportar al proyecto que se construye?
Por supuesto que esta no es la meta. En Cuba aún persisten prácticas retrógradas que deben ser superadas por la propia práctica del socialismo, única alternativa ante la desigualdad de géneros que impone el sistema capitalista. Así lo explica la Secretaria Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Teresa Amerelle, en su discurso:
«Cuba constituye para muchas del mundo la muestra de que es posible luchar por la igualdad, luchar contra el patriarcado e imponerse a la opresión. La Revolución fue el primer programa de igualdad que tuvimos las cubanas. Mucho se ha avanzado en la igualdad de género, lo muestran las cifras de participación tanto en empleos como en la toma de decisiones».
«El Programa nacional para el adelanto de las mujeres y la Estrategia integral de prevención contra la violencia de género es muestra de la voluntad de nuestro gobierno, pero también de las brechas de desigualdad que aún falta por resolver. También la propuesta de un Código de las familias que refrenda la no violencia y que contiene el pensamiento de Vilma Espín», detalló Amarelle en su discurso.
Como parte de la actividad, se entregó el Sello Aniversario 60 de la FMC a federadas con un recorrido destacado y varios carnés del Partido Comunista de Cuba a nuevas militantes. Además, se proyectaron los logros de las mujeres espirituanas a través de una obra de teatro que marcó la intervención del arte como discurso político. Se presentaron niñas instrumentistas de la escuela Ernesto Lecuona y La Colmenita Espirituana.
¿Por qué hacer la actividad nacional por el 8 de marzo en una comunidad rural?
«Los movimientos feministas están en cualquier espacio físico –declara a Granma Teresa Amarelle– por eso el Secretariado provincial y nacional de la FMC vino hoy a una comunidad rural, donde las mujeres están aportando y siendo protagonistas de los principales procesos de transformación que se llevan a cabo».
«Teniendo en cuenta la situación económica y la propia pandemia, no quisimos hacer grandes gastos ni grandes concentraciones; sino ir, donde esas transformaciones hacen falta que es en los barrios. Y por eso estamos aquí: felicitamos a todas las mujeres de Iguará, de Yaguajay y de toda Cuba. También nos solidarizamos con los movimientos feministas internacionales».
Hoy, cuando estrategias de la contrarrevolución tratan de abolir el empoderamiento de nuestras mujeres a través de activistas y proyectos, dizque feministas, que se concentran en las ciudades o fuera del país, que no saben del trabajo en zonas vulnerables, que hablan desde un estatus de privilegio, que no comprenden la lucha de clases, que hacen oda de la desigualdad que propicia el sistema y que intentan apoderarse de nuestras luchas, llegar a una comunidad rural y encontrar a mujeres humildes, guajiras, obreras, mestizas, madres, con la batuta de su tiempo y con la valentía que supone enfrentar las dificultades económicas, el reto de vivir y las aún persistentes conductas patriarcales, me confirma de que aún tenemos que seguir construyendo esa hermosa revolución que tenemos dentro de la Revolución.
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