En una carta enviada el 15 de octubre al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, los líderes del Consejo Mundial de Iglesias, ACT Alianza, el Consejo de Iglesias de Cuba y otros grupos religiosos instaron a poner fin al bloqueo de la Casa Blanca contra el pueblo cubano, la más prolongada medida de este tipo impuesta unilateralmente sobre un país o gobierno alguno.
«Después de casi 60 años de embargo al país, la pregunta que debe hacerse es si este embargo continuo vale la pena», se precisa en la misiva.
Recordaron cómo la administración de Obama «buscó repensar la política y buscar un nuevo compromiso con Cuba, relajando las sanciones, permitiendo vuelos directos entre los dos países y aliviando las restricciones a los ciudadanos estadounidenses que viajan y hacen negocios en Cuba».
Recalcaron que el expresidente Donald Trump revirtió la estrategia del presidente Obama, cuando «volvió a colocar a Cuba en la lista de Estados Unidos de patrocinadores estatales del terrorismo internacional, cortó los viajes entre Cuba y Estados Unidos y prohibió a los ciudadanos y residentes estadounidenses enviar remesas a sus familiares en Cuba, cortando un importante sustento económico para muchos cubanos».
En una carta que invoca la compasión cristiana, y que alega que «hay un momento para derribar y un momento para construir. Hay un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz», los líderes religiosos pidieron que se tome una decisión audaz y se ponga fin al embargo contra el pueblo cubano. «Somos conscientes de que existen presiones políticas y obstáculos muy importantes para este curso de acción», reconocieron, sin embargo, propusieron una serie de medidas:
- Eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. No vemos evidencia pública real para creer que Cuba tiene la voluntad, los medios y la capacidad para patrocinar el terrorismo global.
- Suspender de nuevo la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, que estuvo suspendida por un largo periodo y fue reactivada por el expresidente Donald Trump el 2 de mayo de 2019.
- Reinstalar la categoría de viajes «de pueblo a pueblo» para el intercambio educativo, utilizando esta licencia general para mantener un horario de tiempo completo de actividades de intercambio educativo y cultural destinadas a mejorar el contacto con el pueblo cubano.
- Eliminar la prohibición de viajar en cruceros y reinstalar vuelos regulares de aerolíneas a todas las ciudades cubanas.
- Suspender la Lista de Alojamientos Prohibidos en Cuba del Departamento de Estado, permitiendo a los ciudadanos estadounidenses utilizar los hoteles y casas de alquiler que deseen.
- Eliminar el tope de USD 1 000 por trimestre para las remesas familiares que un remitente puede enviar a un ciudadano cubano.
- Reactivación de remesas no familiares de terceros países a través de Western Union y empresas como Fincimex y AIS.
- Suspender la Lista de Entidades Restringidas y Subentidades Asociadas con Cuba.
- Reactivación de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, incluidos sus servicios consulares.
- Suspensión de los requisitos de solicitud de visado en terceros países y concesión de visados –anuales– en virtud de acuerdos de inmigración.
- Reactivar los intercambios científicos en biotecnología, salud y otras áreas de la ciencia.
«Creemos firmemente que existen otras formas de relacionarse con las autoridades cubanas para discutir y superar los desacuerdos sobre temas y legados, sin afectar a las personas que quieren vivir con dignidad humana», explica la misiva, que concluye con la petición a Biden para «que considere la difícil situación y trabaje para superar los obstáculos políticos a la solidaridad y la justicia».



















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