El bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba es el sistema de sanciones más prolongado en el tiempo aplicado contra un país. Sus efectos negativos llegan a todos los cubanos en el plano personal y social, y la Educación Superior no escapa a esta realidad.
Este año, por el impacto de esa política hostil, Cuba tuvo una afectación de 4,8 millones de dólares, cifra que —al decir de la doctora María Victoria Villavicencio Plasencia, directora de Relaciones Internacionales del Ministerio de Educación Superior— refleja cuán fuerte ha sido la afectación en cuanto al acceso tecnológico, ingresos dejados de percibir y reubicación geográfica de los bienes a los que necesitamos acceder.
Uno de los ejemplos palpables de las limitaciones que genera el bloqueo es la dificultad para el acceso a determinados sitios (más de 200) y bases de datos reconocidas internacionalmente, que hoy están bloqueadas para los profesores e investigadores cubanos.
Cuba tiene negada la posibilidad de acceder de manera directa a plataformas muy utilizadas en el mundo, como ZOOM. Otro tema que ha marcado en el último año al Ministerio de Educación Superior es la imposibilidad de inscripción en el sitio web del Sistema de Identificación de Objetos Digitales, lo que dificulta el acceso a revistas y bases de datos.
«Muchas veces nos vemos limitados a que no se puedan hacer transferencias hacia Cuba, y a que determinados servicios no se puedan ofrecer, porque no es posible efectuar el pago. No poder recibir las transferencias también nos limita de poder ofrecer esos servicios», explica la funcionaria del MES.
Las medidas de la administración Trump dañaron la movilidad de profesores, estudiantes e investigadores entre ambos países —subraya—, y desde antes de la COVID-19 ya había un descenso considerable de ese intercambio motivado por el recrudecimiento de las medidas del gobierno norteamericano.
Sobre cómo afecta el bloqueo el aporte de las universidades para el desarrollo de las empresas cubanas, la doctora Villavicencio Plasencia subraya:
«En la medida en que nuestros profesores e investigadores tengan menos recursos disponibles para la innovación, también habrá menos recursos disponibles para la innovación que hoy se requiere en el sector empresarial. Por eso la importancia de buscar alternativas que nos permitan (…) acceder a lo más elevado del acervo que existe a nivel mundial, de manera que se pueda revertir en función del desarrollo».
De manera general, según indica el informe que Cuba presentará en la ONU este miércoles, en los servicios de educación gratuita e inclusiva, a los cuales el Estado cubano destinó el 23,7 % del gasto social presupuestado para el año 2020, las afectaciones se estiman en 21 226 000 dólares.
Todos los niveles educativos se vieron afectados durante el curso escolar 2019-2020 con dificultades en la transportación de trabajadores y estudiantes debido al déficit de combustible. En la educación superior, las principales afectaciones registradas se relacionan con dificultades para acceder a la tecnología y equipamiento para la docencia e investigación científica, y los ingresos dejados de percibir por servicios brindados.
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