Tan pronto el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz proclamó, el 28 de octubre, la posición de Cuba ante la retirada de los cohetes –sin consultar con la dirección de la Revolución– en sus Cinco Puntos, el Indio Naborí escribió unas décimas que expresaron esa disposición.
Punto cubano por los Cinco Puntos
PUNTO 1
Quiero, teniendo en mi mano
la llave de mis asuntos,
por Cinco Cubanos Puntos
cantar un Punto Cubano.
Si soy libre y soberano
desde que alumbró la Sierra,
tengo que seguir en guerra
con el brazo de Maceo,
mientras persista el bloqueo
económico a mi tierra.
PUNTO 2
Firme el brazo y duro el pecho
solo en hechos creeré,
porque en los yanquis, yo sé
lo que va del dicho al hecho.
Mientras el yanqui maltrecho
siga creando invasiones
mercenarias, filtraciones
de espías y sabotaje,
no dormiré mi coraje
ni acostaré mis leones.
PUNTO 3
Dormir no puede el Turquino
mientras se muevan corsarios
«marines» o mercenarios
en nuestro paso marino.
Mientras salgan al camino
de nuestras embarcaciones
piratescas agresiones
en una actitud salvaje,
no dormiré mi coraje
ni acostaré mis leones.
PUNTO 4
Ni navegación ni vuelo
debe el yanqui realizar
sin permiso de mi mar,
sin permiso de mi cielo.
Mientras, como reto a duelo,
persistan las violaciones
de piráticos aviones
y barcos en torvo viaje,
no dormiré mi coraje
ni acostaré mis leones.
PUNTO 5
No dejaré mi trinchera
ni en un año ni en mil años,
mientras existan extraños
caimanes en «Caimanera».
Un trozo de mi bandera
está en manos de ladrones,
y antes que nuestros cañones
se hagan hierro de taller,
lo tendrán que devolver
por Fidel… y sus leones.
Los artistas cubanos entregaron su arte a la patria. Allí estaban en todos los rincones de la Isla, donde se encontraban movilizados los combatientes. Los músicos, poetas, pintores y escritores, los artistas todos, vivieron, como parte del pueblo, las horas de peligros y principios. Inspirados en la disposición de los cubanos difundieron sus obras por la radio y la televisión y a través de los periódicos. Los grupos artísticos actuaron en las trincheras, no importaba el lugar donde estuvieran. Otros poemas fueron los de Rafaela Chacón Nardi y Ángel Augier:
Canción para un artillero
Artillero
de boina verde y ladeada,
ya te he visto disparar
sobre el barco traicionero
o el avión aventurero
que nos roban cielo y mar.
Antes que ellos,
Compañero,
Pólvora en lluvia graneada
sin cesar.
Como en Girón.
Artillero.
Su mal sueño bandolero
En sangre hay que sepultar.
Muerdan el polvo primero,
Rápido,
Furia y acero
Si se atreven a pelear...
¡Qué pueblo es mi pueblo entero,
qué bien te ves,
artillero,
centinela de aire y mar!...
Rafaela Chacón Nardi
Radiograma a U. S. A.
La muerte en tus aviones,
en tus barcos la muerte,
acecha en el cielo y mar el rumor de la vida.
La vida está creciendo
en el surco, en el hombre,
fuerte en la savia nueva como en la vena henchida.
Olfateas en el aire
la sangre que trabaja,
la sangre que levanta la patria amanecida.
Pero ni tus aviones ni tus barcos de muerte
podrán esta llama enardecida
que enciende nuestros pechos gritando Patria o Muerte
para forjarnos Patria y Vida.
Ángel Augier

El 10 de noviembre, un grupo artístico de la Unidad 1700 del Ejército Occidental ofreció en horas de la noche, en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, un acto de homenaje a los artistas que días antes habían actuado, donde ellos se encontraban en las trincheras. Sincero y emotivo fue este homenaje, donde los soldados-artistas interpretaron magistralmente canciones y marchas revolucionarias. Inicialmente, el presidente de la Uneac, compañero Nicolás Guillén, pronunció breves palabras de agradecimiento.
El 13 de noviembre fue un día feliz para los combatientes holguineros. En sus trincheras recibieron la visita de la gran bailarina cubana Alicia Alonso, con quien sostuvieron un agradable encuentro.
Mientras, en el occidente del país, el Indio Naborí, escribió:
La Unidad Mil Setecientos
(Con un saludo al Comandante Vitalio Acuña,bravo campesino de la Sierra Maestra).
—1—
La Unidad Mil Setecientos
del Ejército valiente
que cuida en el occidente
la flor de los cuatro vientos,
en bosque de monumentos
vivientes de la hidalguía,
río de sangre bravía
que con el peligro canta,
¡y hasta la muerte se espanta
de su trueno de alegría!
—2—
La Unidad Mil Setecientos
es huracán de banderas...
¡Qué fuertes son las trincheras
con soldados tan contentos!
No hay temblor ni sufrimientos
Aun en la prueba más dura...
Jamás en la noche oscura
o ante el abismo imponente,
el peligro vio la frente
de tan alegre bravura.
—3—
Enfermeros, estudiantes,
médicos extraordinarios,
capitanes proletarios,
campesinos comandantes,
claros ojos vigilantes,
brazos fornidos, violentos,
tan valientes, tan atentos
que no habrá enemigo en pie
donde vibre, donde esté
La Unidad Mil Setecientos.
Artistas y combatientes se fundieron en uno solo, y el arte, como siempre, demostró ser un arma más de la defensa de la Revolución, sobre todo cuando los intereses de uno y del otro coinciden y el contenido del arte refleje la actitud del pueblo.



















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Guillermo Morán Loyola dijo:
1
27 de octubre de 2017
12:45:57
Amaya dijo:
2
27 de octubre de 2017
20:08:34
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