ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Al clausurar el I Congreso Latinoamericano de Juventudes, en el Estadio del Cerro, Fidel anuncia la nacionalizaciòn de empresas estadounidenses radicadas en Cuba. En la foto, de izquierda a derecha, Juan Almeida, Osvaldo Dorticós, Fidel y Efigenio Ameijeiras. Foto: Rogelio Arias

Como parte de su agresión económica al pueblo cubano, en 1960 el gobierno de Dwight D. Eisenhower aprobó la rebaja de la cuota azucarera que correspondía a Cuba dentro del mercado de Estados Unidos. Sobre este tema, el pasado 6 de julio, el periódico Granma publicó el artículo Sin cuota pero sin amo, en el que se recogen algunos momentos del proceso y la posición asumida por el Gobierno Revolucionario ante la aprobación de una ley que daba poderes al presidente norteamericano para decretar rebajas de nuestra cuota azucarera, como instrumento de coacción y de represalia.
Al decir de Fidel, esa ley pretendía “arrasar la economía de nuestro país, rendirnos por hambre y doblegar a nuestro pueblo”.

Tal como se había advertido previamente, en correspondencia con las decisiones tomadas por el gobierno norteamericano, el Con­sejo de Ministros del Gobierno Re­vo­lucionario aprobó la Ley de Nacio­na­lización, cuyo primer artículo autorizaba al Presidente de la República y al Primer Ministro para que “dispongan, conjuntamente, mediante resoluciones, cuando lo consideren conveniente a la defensa de interés nacional, la nacionalización, por vía de expropiación forzosa, de los bienes o empresas propiedad de personas na­turales o jurídicas nacionales de los Estados Unidos de Norteamérica o de las empresas en que tengan interés o participación dichas personas, aunque las mismas estén constituidas con arreglo a las leyes cubanas”.[1]

UNA MALA NOTICIA PARA EL IMPERIALISMO YANQUI

La tarde del 6 de agosto de 1960, todas las gradas del Estadio del Cerro —hoy Lati­no­ame­ricano— se colmaron con decenas de mi­les de habaneros en representación del pueblo cu­bano y cientos de jóvenes de Nuestra Amé­rica que participaban en el Primer Congreso La­tinoamericano de Juventudes. Ante el anun­cio de que Fidel Castro haría la clausura del magno evento e informaría sobre la aplicación de una ley revolucionaria, bastaron muy pocas horas para movilizar esa multitud que desbordaba todos los espacios.

Afectado por una ligera disfonía, Fidel inició su intervención valorando la historia de los pueblos de Nuestra América, los elementos que nos unen a pesar de los esfuerzos del imperialismo yanqui por separarnos. El Co­man­dante en Jefe se refería a la precaria situación de los pueblos latinoamericanos y a las ideas que hicieron posible el triunfo de la Revolución cuando, inesperadamente, quedó sin voz.

En ese dramático instante —mientras el pueblo le pedía a Fidel que descansara y él intentaba continuar—, Raúl tomó la palabra y llamó a la calma:
“No es una simple casualidad que esto suceda en momentos que han de ser históricos para Cuba y para la América nuestra, ¡que es la verdadera!, no es ni cosa del destino, ni cuestiones de malos augurios; eso es, simplemente, un ligero revés sin importancia, porque se ha ido una voz por un momento; ¡pero ahí está él y estará!

[…] en estos momentos, sufre él y sufrimos nosotros, porque los magníficos pronunciamientos que hacía […] al pueblo y a nuestra América de los frutos que hemos conquistado, ¡es una gloria que solo le cabía a él! Por lo tanto, no vamos a ser extensos, ni a mantener por mucho más tiempo vuestro desesperado interés en conocer el objetivo de esta reunión […] Leeremos estas leyes revolucionarias, que es lo que hay aquí hoy”. [2]

De inmediato, Raúl inició la lectura de la Ley No. 851, del 6 de julio de 1960. Al terminar el primero de los Por Cuantos, con alegría inmensa, Raúl dejó de leer para anunciar que tenía “una mala noticia para el imperialismo yanqui” porque a Fidel le estaba volviendo la voz.

Raúl pidió esperar cinco minutos y solicitó que todos hicieran un esfuerzo: Fidel “hablando bajito, y ustedes haciendo silencio”. Por último, convocó a cantar el Himno Nacional.

REAFIRMACIÓN DE NUESTRA LIBERTAD POLÍTICA

Luego de la emoción de cantar el Himno Nacional dirigidos por Juan Almeida, todos los presentes ocuparon sus puestos. Fidel volvió a los micrófonos para leer, íntegramente, el texto de la Ley de Nacionalización:

“Por Cuanto: En la fundamentación de la expresada Ley, se contempló la actitud asumida por el Gobierno y el Poder Legislativo de los Estados Unidos de Norteamérica de constante agresión, con fines políticos, a los fundamentales intereses de la economía cubana, evidenciada en la enmienda acordada por el Con­greso de dicho país a la Ley Azucarera; me­diante la cual se concedieron facultades exc­e­p­cionales al Presidente de dicha nación para reducir la participación en el mercado azucarero del mencionado país, a los azucareros cubanos, como arma de acción política contra Cu­ba.

“Por Cuanto: El Ejecutivo del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, haciendo uso de las expresadas facultades excepcionales, y en notoria actitud de agresión económica y política contra nuestro país, ha procedido a la reducción de la participación en el mercado norteamericano de los azúcares cubanos, con la indiscutible finalidad de agredir a Cuba, y a su desarrollo y proceso revolucionario.

“Por Cuanto: Este hecho constituye una reiteración de la continuada conducta del Go­bier­no de los Estados Unidos de Nortea­mé­rica, dirigida a evitar el ejercicio por nuestro pueblo de su soberanía y su integral desenvolvimiento, co­rrespondiendo así, a los deleznables intereses de los monopolios norteamericanos, que han obstaculizado el crecimiento de nuestra economía, y la afirmación de nuestra libertad política”.

Así, Fidel fue leyendo los Por Cuantos que argumentan cómo, ante tales hechos, el Go­bierno Revolucionario, consciente de sus altas responsabilidades históricas y en defensa legítima de la economía nacional, tenía la obligación de proveer las medidas necesarias para contrarrestar el daño causado a nuestra na­ción por esas agresiones; y, en conformidad con nuestras leyes y el ejercicio de nuestra so­be­ranía, aplicar esta ley “como decisión justificada, por la necesidad que tiene la nación de resarcirse de los daños causados en su economía, y afirmar la consolidación de la independencia económica del país”.

En los Por Cuantos se corrobora la legitimidad de la aplicación de la ley a los monopolios extorsionistas y explotadores que han succionado y burlado la economía de la nación y los intereses del pueblo; a las compañías azucareras que se apoderaron de las mejores tierras de Cuba amparadas por la Enmienda Platt; a las compañías petroleras que estafaron de manera continuada la economía de la nación, co­braron precios de monopolio y fraguaron el cri­minal boicot contra Cuba que obligó al Go­bierno Revolucionario a su intervención.

Tras declarar que era “deber de los pueblos de América Latina propender a la recuperación de sus riquezas nacionales, sustrayéndolas del dominio de los monopolios de intereses foráneos que impiden su progreso, promueven la injerencia política y menoscaban la soberanía de los pueblos”, Fidel ratificó que la Re­volución Cubana no se detendrá hasta la li­beración total y definitiva de la patria.

Por último, Fidel expresó que “en uso de las facultades de que estamos investidos, de conformidad con lo dispuesto en la Ley No. 851, del 6 de Julio de 1960”.

“RESOLVEMOS:

“PRIMERO: Se dispone la nacionalización, mediante la expropiación forzosa, y por consiguiente se adjudican a favor del Estado cu­bano, en pleno dominio, todos los bienes y em­presas ubicados en el territorio nacional, y los derechos y acciones de emergentes de la explotación de esos bienes y empresas, que son propiedad de las personas jurídicas nacionales de los Estados Unidos de Norteamérica, u operadoras empresas en que tienen intereses predominantes nacionales de dicho país, que a continuación se relacionan.

“¡SE LLAMABA!” ¡SE LLAMABA!”

Resulta inolvidable el momento en que Fidel da lectura a la relación de las 26 empresas nacionalizadas. La mención de cada uno de esos nombres fue seguida por aplausos y un coro de miles de voces, surgido espon­tánea­mente, que repite: “¡SE LLAMABA!”. Con esa simple frase, los presentes reafirmaban su aprobación ante tal decisión.

De este modo, el 6 de agosto de 1960, quedaron nacionalizadas las empresas y los bienes de la compañía eléctrica y de la compañía de te­léfonos; las empresas de la Texaco, de la Esso y la Sinclair; y los 36 centrales azucareros que tenía Estados Unidos en Cuba.

No obstante, los fuertes aplausos y gritos de “¡SE LLAMABA!” a medida que había ido men­cionando los nombres de las empresas nacionalizadas, Fidel consultó al pueblo presente si estaban de acuerdo o no con la Ley de Nacionalización y pidió levantar la mano a todos los que suscribían esta determinación del Gobierno Revolucionario.

POR LA UNIDAD DE NUESTRA AMÉRICA

Junto al pueblo cubano, por la nacionalización también votaron los delegados del congreso de juventudes, porque, al decir de Fidel:
“El problema de Cuba no es solo el problema de Cuba; el problema de Cuba es hoy el problema de toda la América Latina, pero no solo de la América Latina; el problema de Cuba es el problema del negro del sur de Esta­dos Unidos; el problema de Cuba es el problema de los ‘espaldas mojadas’ que trabajan en la zona fron­teriza con México; el problema de Cuba es el problema del intelectual progresista de Es­tados Unidos, es el problema del obrero norteamericano, del campesino norteamericano y también del pueblo norteamericano.
“Por eso ellos tienen derecho aquí también a vo­tar…”.
Ese día, antes de concluir el histórico acto, se tomó la decisión de que cada uno de esos centrales azucareros —que habían sido propiedad de la Compañía Atlántica, de la United Fruit Com­pany, y otras empresas norteamericanas—,­ a partir de ese momento llevaran el nombre de una república de Nuestra América como muestra de nuestra unidad inquebrantable con los pueblos hermanos del continente.

[1] Revolución, 8 de agosto de 1960, pp. 4 y 6.
[2] Revolución, 8 de agosto de 1960, pp. 4 y 6.

Nombre de las empresas nacionalizadas

6 de agosto de 1960

1.-Compañía Cubana de Electricidad.

2.-Compañía Cubana de Teléfonos.

3.- Esso Standard Oil, S.A. División de Cu­ba.

4.- Texas Company West Indian.

5.- Sinclair Cuba Oil Company, S.A.

6.- Central Cunagua, S.A.

7.- Compañía Azucarera Atlántica del Gol­fo, S.A.

8.- Compañía Central Altagracia, S.A.

9.- Miranda Sugar States.

10.- Compañía Cubana, S.A.

11.- The Cuban American Sugar MilI.

12.- Cuban Trading Company.

13.- The New Tuinicú Sugar Com­pa­ny.

14.- The Francisco Sugar Company.

15.- Compañía Azucarera Céspedes.

16.- Manatí Sugar Company.

17.- Punta Alegre Sugar Sales Com­pa­ny.

18.- Baraguá Industrial Corporation of New York.

19.- Florida Industrial Corporation of New York.

20.- Macareño Industrial Corporation of New York.

21.- General Sugar States.

22.- Compañía Azucarera Vertientes Ca­magüey de Cuba.

23.- Guantánamo Sugar Company.

24.- United Fruit Company.

25.- Compañía Azucarera Soledad S.A.

26.- Central Ermita, S.A.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Alex Michel dijo:

1

5 de agosto de 2015

23:30:40


Es correcto que la Revolucion nacionalizara las propriedades de extranjeros, sobretodo de los americanos. Pero no entiendo por qué se nacionalizaron también las propriedades de los cubanos. Esto hoy dia crea un problema en las discusiones entre Cuba y Estados Unidos por restablecer relaciones. Hoy dia con el «nuevo modelo économico» que se esta implantando en Cuba, se comparte las propriedades cubanas con empresas extranjeras y se esta permitiendo de nuevo ciertas propriedades que antes todo fue a parar a manos del Estado.

Alex Michel dijo:

2

5 de agosto de 2015

23:33:55


El central azucarero Hershey, conocido por los chocolates y por el tren Casablanca-Matanzas, fue nacionalizado, le cambiaron el nombre por Camilo Cienfuegos y tristemente hoy dia esta abandonado :-(

William dijo:

3

5 de agosto de 2015

23:45:36


Se entiende la nacionalización como desicion soberana de nuestro país, lo que no se entiende es el por que no se compenso monetariamente como lo establece los protocolos internacionales en la materia. El artículo también debe referirse a las nacionalizaciones de nacionales, y no solo de grandes compañías, también de negocios familiares.

Suarez Caner dijo:

4

6 de agosto de 2015

01:13:20


Buen articulo. Preciso y claro. Momento historico de reafirmacion popular a las necesarias medidas que hoy nos permiten que nuestros enemigos nos respeten. Fidel el ha dado muchas malas noticias al imperialismo. Gracias

anamaria dijo:

5

6 de agosto de 2015

08:31:33


el problema no es dar malas noticias, la solucion esta en renegociar estas empresar o centrales que estan en malas condiciones, ya lo escuche o lo leí en uno de estos articulos, donde se dijo clarito, que todo esto se pude hablar y resolver entre cubanos.

Luis Serrano TERRY dijo:

6

6 de agosto de 2015

09:08:55


Ví el acto por televisión y leí los periódicos de la época; fuí administrador de ingenios durente 19 años. Al señor William le informo que cuando Cuba quiso compensar a Estados Unidos, su gobierno se negó. Serrano TERRY.

jose antonio dijo:

7

6 de agosto de 2015

09:59:46


dias gloriosos,se recupero el poder productivo y economico en manos extranjeras, accion que permitio continuar la revolucion hasta estos dia

Karel dijo:

8

6 de agosto de 2015

11:29:15


La nacionalización, como bien ha sido puesto en el artículo, no se hizo de entrada, sino para responder a las agresiones económicas brutales de los Estados Unidos. La medida que anteriormente había dispuesto la Revolución había sido la Reforma Agraria, que eliminó el latifundio de cuajo en Cuba, afectando, es cierto, a numerosos latifundistas extranjeros. Pero con respecto a eso también hay elementos: primero, por las tierras confiscadas a extranjeros se ofrecieron compensaciones, a ser pagadas a plazos, en un período de varios años, cosa que fue rechazada. Segundo: la mayor parte de las tierras que muchos norteamericanos habían "comprado", lo habían sido para precios irrisorios, con el desalojo previo de decenas de miles de campesinos que ocupaban esas tierras, muchos de ellos con títulos legales, y algunos de esos títulos incluso databan de tiempos coloniales. Sin embargo, fueron brutalmente desalojados por las autoridades rurales pseudorrepublicanas, que se hicieron cómplices de un masivo y sistemático robo a los campesinos, bajo una ley que habían rechazado desde el inicio patriotas como Salvador Cisneros Betancourt, Manuel Sanguily y Juan Gualberto Gómez. Esta primera nacionalización fue simplemente una respuesta defensiva, para evitar que el país se paralizara. Después vendría el corte absoluto del suministro de petróleo norteamericano a Cuba, lo que en esa época incluía, por supuesto, el petróleo proveniente de América Latina, sobre todo el venezolano. Y cuando la URSS decidió a un tiempo comprar nuestro azúcar y vendernos petróleo, el personal apátrida y comprado de las refinerías se negó en redondo a refinar el petróleo soviético, buscando, una vez más, paralizar el país. Hubo que nacionalizar la industria petrolera de aquel entonces. Era imprescindible nacionalizar las ramas estratégicas de la economía cubana, no quedaba otro remedio. También era imprescindible nacionalizar el comercio exterior y establecer un monopolio estatal sobre él. ¿Por qué? Pues porque en un país como Cuba, tan subdesarrollado (que en gran medida lo sigue siendo), NO HABÍA una burguesía nacional autónoma y establecida, interesada en desarrollar una industria nacional y enriquecer al país. Tampoco se puede decir que en Cuba hubiera una verdadera clase media. En Cuba sólo había una burguesía cliente, de nuevos ricos y pro-yanqui, cuyo único interés era llenar sus bolsillos a costa de su servilismo a la burguesía norteamericana. Cuando esas son las condiciones, el comercio exterior en manos privadas sólo significa un intercambio descaradamente desfavorable y una constante y masiva fuga de capitales, lo que se completa con el endeudamiento forzoso, la privatización hasta del agua y la pérdida de cosas tan importantes como la salud y la educación, que en Cuba, en 1958, andaban por los suelos. Pero sí coincido con algunos comentaristas en que luego hubo nacionalizaciones innecesarias. Sobre todo, la nacionalización masiva de los servicios, como la gastronomía y el hospedaje, y un elemento cercano al agro: la ganadería. Esos renglones comenzaron a decaer rápidamente, y aún en la década de 1980, la más boyante de la historia revolucionaria, la gastronomía cubana siempre fue desastrosa. En cuanto a la ganadería, no soy un experto. Pero ha habido una disminución desde los 7 millones de cabezas de ganado alcanzadas en 1967, hasta poco más de 4 millones en el 2000 (http://dspace.geotech.cu/jspui/bitstream/123456789/21/1/4ct2_10.pdf; aunque hay quienes hablan de una caída de 6 millones a 1 millón y medio en el mismo período). Una caída así, en lugar de un aumento al menos lento de la masa ganadera, no puede explicarse simplemente por el bloqueo. Hay que enfrentarlo: la nacionalzación absoluta del ganado vacuno desestimuló a los ganaderos a producir, por eso la tasa de reproducción siempre ha sido tan baja. Pero de lo que habla el artículo, era una medida insoslayable, si no, Cuba colapsaba. Saludos.

Jorge dijo:

9

6 de agosto de 2015

11:57:27


Este artículo se queda a medias: no dice nada de la propuesta que hizo el gobierno cubano para indemnizar a esas empresas y la negativa del gobierno de EEUU a aceptarlo. En este momento, es imprescindible que la prensa del Partido esclarezca estos temas. Hay comentarios en la población que se preguntan ¿por qué Cuba exige que EEUU nos indemnice por el bloqueo si nosotros no lo hicimos cuando nacionalizamos sus empresas?. Los autores de este artículo perdieron una oportunidad tremenda de esclarecerlo. ¿Los autores saben cuántos jóvenes desconocen estos temas? Y en realidad, no es justo culpar a los que preguntan, es que nosotros tenemos la obligación de dar las respuestas correctas con hechos. Por eso, Fidel dijo que la Batalla de Ideas era hechos y realizaciones. Los autores del artículo debieron tener más "sentido del momento histórico" y llevar la explicación hasta el final.

jose cuervo dijo:

10

6 de agosto de 2015

12:37:13


QUEREMOS SEGUIR EN EL PASADO Y EN EL PRESENTE TENEMOS UN PAIS CON UNA POBRE ECONOMIA, CON UN FUTURO QUE SOLO CON LOS QUE ESTABAN EN EL PASADO SALDREMOS ADELANTE. NO SE CUANTAS MAS COSAS USTEDES DIRAN PERO LLEGARA EL 2016 Y... DESPUES EL 2017, HASTA LLEGAR AL GRAN PUNTO DE PARTIDA EL 2018, TRES AÑOS QUE COMO LOS ESCALONES CUBA Y SU PUEBLO SUBIRAN. RECUERDO AL PRESIDENTE OSVALDO DORTICOS Y A MARIA CARIDAD SU ESPOSA QUE FUERA MI PROFESORA DE INGLES Y COMPARTIA CON NOSTROS. ESTIMADO WILLIAM NO SE ENTIENDEN MUCHAS COSAS QUE COMO ES LOGICO TIENEN UN PORQUE, PERO NO ES EL MOMENTO. GRACIAS.

Jose R. Oro dijo:

11

6 de agosto de 2015

14:23:07


A lo que pasó hace 55 años, cuando tenía 7 de edad, lo sigo considerando hasta el sol de hoy, justo y correcto. No lo olvidaré jamás. Frente al televisor en blanco y negro mi papá y yo gritábamos ¡Se llamaba! Lo gritamos muchas veces esa tarde-noche Pero más allá de lo nostálgico e histórico, en el actual proceso de mejoría sucesiva de relaciones con los EE.UU., este va a ser un tema de gran alcance e incontestablemente materia de profunda negociación y álgido debate. Me aventuro a decir que es casi seguro que haya un proceso de mutuas indemnizaciones, al que no creo que se le deba temer. Las reclamaciones por empresas estadounidenses intervenidas por el Estado Cubano están evaluadas en un poco menos de 8,000 millones de USD. Por su parte la Cepal, en su informe a la Asamblea General de la ONU, hizo un cálculo de aproximadamente 117 000 millones de dólares al 2014 del costo del cruel y anacrónico Embargo contra Cuba, y eso lo detalló recientemente la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. Las enormes pérdidas que el Embargo ha causado a Cuba y los perjuicios materiales (las vidas no tienen precio) de muchas otras agresiones de todo tipo contra Cuba (incluyendo los desproporcionados gastos en defensa y seguridad que Cuba se vio forzada a incurrir), el congelamiento de activos cubanos en EE.UU, etc., son un hecho indiscutible. No se debe temer al tema de las indemnizaciones, pues resulta evidente que EE.UU. debe indemnizar a Cuba por un factor de muchos múltiplos de lo que Cuba consideraría pagar por las propiedades de individuos y compañías estadounidenses intervenidas. Y muchos estadounidenses inteligentes y con conocimientos están claro de ello. Creo que habrá que agarrar al toro por los cuernos y establecer un proceso de mutuas indemnizaciones, que serán necesariamente asimétricas a favor de Cuba. Pero deben ser también recíprocas, y la menor proporción que le corresponda pagar a Cuba debe ser pagada, y hay muchas razones más allá de la pura legalidad, en mi opinión. Se debe mostrar al mundo entero que pueden invertir en Cuba (cumpliendo como es obvio con las leyes cubanas), y que el sistema legal defiende el derecho a la propiedad. A pesar de lo cual cualquier intento de injerencia en los asuntos internos de Cuba y el derecho del pueblo cubano a dirimirlo por sí mismo, debe ser combatido con las estipulaciones de la ley cubana e internacional, inclusive con confiscación si fuese tristemente necesario

Rolando Torres Pérez dijo:

12

7 de agosto de 2015

15:51:52


Señores(as) que tienen alguna duda sobre este maravilloso artículo, por favor, remítanse a leer lo escrito en estas mismas opiniones por Karel y José R. Oro, no hay mas que decir. Esto, de una forma u otra deben conocerlo (si no es que estudiarlo) los jóvenes de nuestro país, es algo esencial de nuestra historia reciente, aunque me recuerda la Protesta de Baraguá. Saludos.

Ramon Fernández lopez dijo:

13

22 de noviembre de 2024

10:45:34


Hola soy NIETO de Francisco Macareño Martinez. Dueño de aquel central. Nacido después del 59 . Agradesco cualquier información sobre mi abuelo pues no lo concibo y me interesa saber sobre su historia en vida .