
“La FAO nos viene reiterando su alerta acerca de que ‛los suelos constituyen la base para los alimentos, los combustibles, las fibras y los productos médicos. En consecuencia (apremia) aumentar el nivel de conciencia y la cabal comprensión de su importancia”, dijo la víspera el doctor Ismael Clark —presidente de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC)— en la apertura del Congreso Suelos 2015.
La degradación que experimenta ese recurso en el orbe, lejos de ser un proceso pretérito, se ha incrementado de manera alarmante, al considerarse “inevitable la pérdida sistemática de unos seis millones de hectáreas anuales”, añadió Clark en el capitalino Palacio de Convenciones, sede del Congreso.
Variables y multifactoriales son las causas de esa situación, pero la de mayor incidencia y, a la vez, la más controlable resulta ser la actividad humana. Cada año, como consecuencia de ese accionar, los suelos del mundo pierden un promedio de 23,5 millones de toneladas de humus; afirmó el presidente de la ACC. Y de ahí la urgencia de promover estrategias de desarrollo con vistas a lograr un manejo sostenible de los mismos, en coyunturas donde se demanda mayor disponibilidad de alimentos y persisten 795 millones de hambrientos en el planeta, mientras se espera un ostensible crecimiento demográfico.
Dagoberto Rodríguez, director estatal de Suelos y Fertilizantes del Ministerio de la Agricultura (Minag), ofreció una panorámica del tema en Cuba y los resultados hasta la fecha. Recordó que nuestro país posee una superficie agrícola de 6,7 millones de hectáreas y el área cultivable corresponde a 3,3 millones. Cinco han sido las etapas transitadas por la historia de los suelos en la nación.
Sobre ese particular, destacó la creación y actualización del Programa Estatal para la Conservación y el Mejoramiento de Suelos y la trascendental significación del concepto de Manejo Sostenible de Tierras, cuerpo conceptual este último concretado en la utilización de los llamados polígonos de conservación de suelo, agua y bosque, como plataforma de trabajo.
Actualmente se estima que el 71,23 % de la superficie agrícola en la Mayor de las Antillas cuenta con alguna de las tipicidades de afectación por erosión y, de esa cifra, el 43 % está calificada de fuerte a media. En tanto, alrededor de un millón de hectáreas se encuentran aquejadas por la salinización o sodicidad, monto equivalente al 15 % del área agrícola nacional, abundó el funcionario del sistema de la Agricultura.



















COMENTAR
Maximiliano Cruz dijo:
1
4 de junio de 2015
01:12:38
Sheyla D.G. di Silvestrelli dijo:
2
4 de junio de 2015
16:47:03
David Gómez Concepción dijo:
3
5 de junio de 2015
05:59:50
Responder comentario