La aglomeración de público, siempre acompañada de un bullicio extremo y no poca indisciplina social, prácticamente desapareció de las principales arterias comerciales de esta ciudad patrimonial, decretadas por el Consejo de Defensa Provincial como zonas especiales bajo vigilancia reforzada.
El propósito de tal decisión es limitar al mínimo indispensable la movilidad de las personas, sobre todo, en áreas del centro histórico de la urbe, hoy con una situación epidemiológica compleja provocada por el preocupante incremento de casos positivos a la COVID-19, muy agudo en estos primeros meses del año en curso.
Las medidas de carácter restrictivo, en lo que a movimiento respecta, se extienden a las céntricas calles Maceo, República, Independencia, Ignacio Agramonte y la Avenida de la Libertad, las cuales concentran el número más importante de establecimientos comerciales, gastronómicos, culturales y recreativos de la ciudad.
La necesidad de cortar lo antes posible la cadena de transmisión de la enfermedad, con énfasis en el municipio cabecera, que reporta casos en sus nueve áreas de Salud, llevó al órgano de dirección provincial a regular la entrada y salida de vehículos, a través de la activación de puntos de control en sus principales vías de acceso.
Decisiones de mayor rigor, que requieren del respaldo de la población en su cumplimiento, están relacionadas, además, con la limitación de la movilidad nocturna, el cierre de restaurantes, bares y centros recreativos, la reorganización de la atención médica y la prohibición de la presencia de menores en las calles.
No obstante tales limitaciones, se mantiene la vitalidad de los principales centros productivos del territorio, cuyos trabajadores asumen el reto de garantizar los alimentos y otros recursos imprescindibles a las instituciones hospitalarias, los centros de aislamiento y las zonas bajo régimen de vigilancia reforzada.
Se trata, ha declarado Ariel Santana Santiesteban, presidente del Consejo de Defensa Provincial, de un esfuerzo sin precedentes en la localidad, que exige el máximo de coordinación, responsabilidad, disciplina y solidaridad en el empeño por reforzar el confinamiento social sin afectar los servicios básicos a la población.
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