ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Cruzamientos en el Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar (INICA) permiten trabajar en el país con 24 variedades de caña. Foto: Cortesía del entrevistado

Fundado por Fidel Castro Ruz el 11 de noviembre de 1964, el Instituto de Investiga­ciones de la Caña de Azúcar (INICA) está próximo a cumplir 50 años de trabajo. Dicha entidad destaca por ser la única del país que produce variedades de caña, de ahí la im­portancia que tiene para el desarrollo de este sector.

Desde la época en que se creó, comenta a Granma José María Mesa López, director de Fitomejoramiento de la institución, también se formó un grupo de técnicos agropecuarios, los cuales se fueron distribuyendo en todo el país para realizar estudios. Por aquel tiempo la red de investigaciones estaba suscripta básicamente a la estación de Jo­vellanos, en Matan­zas, y a la de Holguín. El desarrollo de las pesquisas fue dando consigo la creación de una red experimental, que tenía una estación en cada provincia.

Mesa señala que el surgimiento de dichas instalaciones se basa fundamentalmente en estudios realizados a nivel internacional que se relacionan con la interacción genotipo-am­biente: “Muchos autores refieren que las variedades de cualquier cultivo responden en su comportamiento a las condiciones ambientales, es decir, que una variedad que tenga muy buen comportamiento en un ingenio no tiene que tenerlo en otro.

 “Cuba tiene dos estaciones bien diferenciadas, una de lluvia y una de seca, pero la de lluvia tiene una distribución diferente en el país, ese es un elemento que unido a los disímiles tipos de suelo que existen contribuye a crear ambientes específicos, microclimas, en las diferentes provincias”.

Por ello, el INICA ha debido fortalecer su labor a lo largo de estos años, en aras de hacer cruzamientos que den como resultado variedades que se adapten mejor a las caracte­rísticas del clima. En ello tiene gran importancia la base genética que se utilice para realizar las hibridaciones. En ese sentido, Mesa des­taca que desde aproximadamente el año 2002, el país es reconocido por tener el cuarto germoplasma más grande del mundo, con 3 428 individuos.

“En este momento alrededor del 87 % de las variedades que se cultivan aquí provienen del programa de mejora cubano, creado por Fidel, y que ya está dando frutos desde hace varios años. El resto, son variedades extranjeras, seleccionadas a través de este programa”, refiere el también ingeniero agrónomo.   

Actualmente en el país se trabaja esencialmente con 24 variedades, distribuidas en las diferentes regiones. La principal de ellas es la Cuba 86-12, que ocupa casi el 18 % del área nacional sembrada de caña; la segunda variedad con alrededor del 10 % del área del país es la 323-68 y la tercera, la Cuba 86-56, con aproximadamente el 6 %. El especialista indica que la política actual del país es que ninguna variedad ocupe más de un 20 %.

“A finales de la década del 70, por ejemplo, éramos un país monovarietal, teníamos una sola variedad, la B43-62 (la Reina del Caribe), con más del 50 % de las áreas. La atacó la roya común y la desbastó completamente. Es un riesgo contar con una sola variedad. Hay que diversificarlas porque hay algunas que son más resistentes a determinadas enfermedades que otras.


OBTENIENDO NUEVAS VARIEDADES

Para hibridar dos variedades se determina cuál de las flores de la caña es la femenina y cuál la masculina y a partir de ahí se hace el cruzamiento. De acuerdo con Mesa, obtener una variedad desde que se realiza la hibridación hasta que se recomienda finalmente para hacer extensivo su cultivo, dura entre 10 y 12 años.

“Actualmente, afirma, tenemos nuevas va­rie­dades cada año, porque todos los años se cruza, se siembra, lo que se plantó hace 10 años ya se está evaluando para su recomendación”.

Mesa también alega que el proceso no está exento de dificultades, pues al realizarse en condiciones naturales, hay ocasiones en que a veces no florece una de las variedades que se desea hibridar o no coincide en el periodo en el que lo hizo la otra.

Muchos países para lograr la sincronización deseada utilizan las casas de fotoperiodo, tecnología que permite inducir la floración, a partir de hacer un control del periodo luminoso, pero que lamentablemente también resulta muy cara.

“Para atenuar el problema, hemos de­sarrollado una estrategia en las áreas de Sancti Spíritus, en Pinares de Mayarí, en las montañas. Tenemos cinco lotes de hibridación que hemos puesto a diferentes altitudes y eso junto a la duración del periodo luminoso, hace que florezcan las cañas”, explica Mesa, quien también añade que ello trae consigo dificultades a la hora de acarrear la caña, ac­tividad que generalmente realizan con bueyes.

Una vez que se ha aprobado una nueva variedad, existen dos métodos para reproducirla. “Uno es el procedimiento de semilla normal, es decir, por la vía convencional, sostiene Mesa. Hay que resaltar que tenemos el mejor sistema de semilla, reconocido por el MINAG, que existe en todos los cultivos del país. El otro método es en la Biofábrica —ubicada en Villa Clara y con un laboratorio anexo— donde a partir de un tallito y bajo condiciones de biotecnología, se pueden hacer hasta 500 individuos o vitroplantas”.

Además de estas actividades, los investigadores del INICA han desarrollado disímiles softwares informáticos que contribuyen a mejorar el trabajo que realizan pues les permiten, por ejemplo, estimar cuando van a florecer las cañas, qué cantidad de flores darán; cuando deben ser aplicados los maduradores en aras de acelerar la concentración de azúcar en los tallos de la gramínea, entre muchos otros. 

Entre los principales servicios que ofrecen a otros organismos del sector azucarero así co­mo a entidades de otros países destacan SERVAS (servicio de variedades y semillas); SEFIT (de protección fitosanitaria); SERFE (de recomendación de fertilizantes)  y SELCIM (servicios pa­ra el control de malezas).

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Ricardo Martínez dijo:

1

13 de octubre de 2014

02:47:43


Un centro de prestigio y resultados: variedades para todo el País con alto potencial de rendimiento y un sistema agro técnico adecuado para cada una de ellas; sin embargo vemos la destrucción total de nuestra primera industria, reducido a los niveles de inicios del siglo XX. Es hora de eliminar las trabas y recuperar tan importante recurso.

abelboca dijo:

2

13 de octubre de 2014

10:52:23


Yo no sé qué están haciando ahora en el INICA, pero el diámetro de las cañas actuales es del gordo de mi dedo gordo, cuando en la zafra de 1970 cuando yo estuve en ella la variante Joronú y otras eran 4 veces más anchas, y altas. Tan gordas eran que no podría abrazar un mazo para de un tajazo llevármelas todas. Tenía que cortarla UNA A UNA. Aquellas cañas sí eran productivas, no las de hoy que son pura paja. Son tan finas que la paja se confunde con la caña. Señores del INICA, cuándo vamos a tener otra vez aquellas supercañas?. Han sacrificado eficiencia para evitar las plagas con los tantos cruces que han hecho que han conllevado a que las cañas actuales sean IMPRODUCTIVAS. ¿No se han dado cuenta aún de esto, compañeros? Además, cuando se corte a mano hay que LIMPIAR BIEN LA CAÑA si no el central tiene que molerla varias veces para quitarle las impurezas. E·l corte de caña tiene que ser LIMPIO. Al basculador debe ir CAÑA TOTALMENTE LIMPIA SIN HOJAS NI MATERIAS EXTRAÑAS. Así sí hay productividad. La calidad del corte tiene que elevarse muchísimo más a la actual.

Ávalos .Z dijo:

3

13 de octubre de 2014

15:24:52


Es cierto que el reordenamiento de la industria azucarera fue muy traumático; en poco tiempo se redujo a menos de la mitad la cantidad de centrales azucareros en el país, pero ya han empezado a soplar aires que indican que nos estamos recuperando, ya no es común ver un campo de caña mal atendido, abundan más los que se atienden bien, lo que queda es cuestión de tiempo para cosechar los resultados de nuestros adelantos científicos en el sector

hector dijo:

4

13 de octubre de 2014

20:23:38


Compañero Abelboca: Quizás las variedades de caña actuales no tengan un grosor similar al de las que ud denomina Jaronú, pero tampoco son tan delgadas. El diámetro es uno de los tantos criterios de selección que usamos para decidir si tomamos un clon dentro de los tantos candidatos que seleccionamos anualmente, y el valor tiene un límite inferior por debajo del cuál no se selecciona ningún clon. Todos los clones que son seleccionadas en las etapas iniciales son cotejados contra los estándares de las principales variedades comerciales precisamente para que no pase eso. Ahora bien el grosor como un componente importante del rendimiento agrícola tiene una alta influencia del ambiente, que quiere decir que si las condiciones no son buenas este no se expresa adecuadamente y puede que una variedad o clon que haya sido seleccionada en un ambiente bajo esas condiciones no presente el mejor diámetro, esto suele suceder mjuy frecuentemente cuando los campos comerciales son sometidos a una fuerte competencia con las malezas, cuando los son cultivados adecuadamente. En resumen la selección de variedades es un proceso como pudo percatarse en el artículo extremadamente complejo y trabajoso, donde los mejoradores del inica ponen todo su empeño para cumplir con el objetivo para lo que fue creado nuestro instituto, tener las mejores variedades de caña de azúcar del mundo cañero.

Carrizo dijo:

5

14 de octubre de 2014

11:32:07


Es una gran realidad, todo lo expuesto resulta pura ciencia aplicada a la producción cañero-azucarera para su mejoramiento, y tenemos que dar una vez más las gracias al líder histórico de la Revolución por avizorar tan tempranamente el desarrollo paulatino que debía tener el cultivo de la caña de azúcar en el país. En este caso, en el INICA con sus especialistas e investigadores la Ciencia y la Producción se dan la Mano.

Zidy dijo:

6

15 de octubre de 2014

09:35:17


Muchas felicidades al INICA por las investigaciones que han desarrollado durante esto 50 años a favor del mejoramiento de la caña de azúcar, de sus variedades y trabajo en el fortaclecimiento con respecto a plagas y enfermedades.

José Luis dijo:

7

15 de octubre de 2014

17:15:40


El rendimiento de las varidades es muy dependiente de las condiciones ambientales y de las labores que ha recibido durante su ciclo de producción. La misma variedad fruto del dedicado trabajo de nuestros especialistas del INICA se ve de diferente forma en diferentes entornos y cuando se le da al plantón las atenciones que necesita crece, engorda y por lo tanto aumenta su rendimiento por hectáreas. Hoy de la mano del INICA y con el esfuerso de los trabajadores del sector estamos en un proceso de recuperación que parte de la recuperación cañera. Si tomamos como base el 2010 podemos apreciar un crecimiento promedio sostenido aproximado de un 11% anual, lo que lleva a crecer de 27 tn/ha a 44 tn/ha promedio. Aún con reservas pero avanzando y aprovechando al máximo los recursos y conocimientos del sector.