Bienal de La Habana, entre la integración y el respeto

El ministro de Cultura, Julián González Toledo, afirmó en recientes declaraciones a la Agencia de Información Nacional, que la duo­décima Bienal de La Habana —que se extiende en distintos espacios de la capital hasta el 22 de junio próximo— ha superado, indudablemente, todas las expectativas.

El titular subrayó que esto se debe, sobre todo, “a la calidad de los artistas cubanos, a su extraordinaria consagración y entrega, lo cual evidencia la calidad del arte que se produce en Cuba”.

González Toledo resaltó, además, la multitudinaria respuesta del público a una manifestación que normalmente en cualquier país del mundo es para minorías y aquí se ha convertido en un suceso popular de alta convocatoria.

Elogió que las personas acudan en masa a ver las obras de sus artistas, les pidan un autógrafo, catálogos y quieran fotografiarse con ellos, lo cual genera un gran antecedente para este tipo de eventos.

Sin embargo, es necesario acotar que debe existir respeto por el bien común. Las obras de arte, aun cuando convocan a la interacción, son, y pueden llegar a ser, de un valor incalculable.

El público debe cuidar y velar también por la conservación del patrimonio artístico y cultural que esta Bienal pone al alcance de la mano. Hay que tener siempre presente que tanto el arte como los artistas merecen la consideración y reverencia de los espectadores.