En una de las salas del Centro Wifredo Lam, la 46A —para ser más exactos—, se exhibe por primera vez en Cuba una obra del artista anglo-alemán Tino Sehgal (1976), como parte de las acciones de la 12 Bienal de La Habana. El creador, ganador del León de Oro de la última Bienal de Venecia y con exposiciones en los museos más importantes del mundo, llega a esta plataforma de las artes visuales con un proyecto titulado This is Exchange (Esto es Intercambio).
Interactiva, efímera y experimental, esta pieza de Tino vuelve a repensar los caminos contemporáneos del arte donde, para muchos, los cuestionamientos no se centran ya en qué es arte, sino en cuándo y por qué. Esto es Intercambio rompe con los esquemas artista–espectador y supone una verdadera revolución participativa entre ambos entes.
Aun cuando el propio Tino ha impedido la difusión de imágenes sobre su trabajo para demostrar —por sobre todas las cosas— que el arte es una experiencia vivencial, le pedimos a la curadora del proyecto, Merly Knoerle Izquierdo, que nos describiera con una visión crítica esta obra, que durante toda la Bienal va a ocupar la 46A del Lam.
“Esta es una obra del 2003 que no ha perdido su vigencia y contemporaneidad y que se ha presentado en Alemania, China, Brasil, México y Francia. Es llevada a cabo por nueve aficionados cubanos (Tino se refiere a ellos como intérpretes), que fueron previamente seleccionados a través de audiciones y pasaron por un riguroso entrenamiento. No utilizan artefactos, sino el diálogo y sus cuerpos, que se convierten de esta manera en la obra de arte. Esta pieza, como toda la obra de Tino, tiene lugar exclusivamente con la participación del público.
“El visitante que entra en la sala de exposición se encuentra con una persona que le ofrece dinero a cambio de su opinión sobre economía de mercado.
Esta manera de abordar al visitante es solo el preámbulo de lo que se convierte en un intercambio animado de opiniones entre dos desconocidos.
“Esto es Intercambio nos abre vías hacia nuevas formas de interpretación de los ciclos actuales de producción y consumo. El tema nos hace reflexionar sobre las relaciones entre economía y poder que tantas veces han causado crisis económicas y sociales como la que sufre hoy Europa.
“A diferencia de muchos artistas del performance que venden la filmografía de sus obras, Sehgal prohíbe estrictamente cualquier registro visual de sus piezas. Nada de fotos ni videos. Lo que cuenta es el momento y lo que logremos llevarnos en la memoria”.
—Es la primera vez que la obra de Tino llega a Cuba, conocemos poco su trabajo aunque lo avalan las referencias de sus éxitos, puede hablarnos de su línea estética y de su trabajo, ¿suele ser tan experimental y buscar siempre la interacción con el público?
—Las obras de Tino suponen una auténtica revolución y han logrado cambios importantes en la forma de percibir el arte contemporáneo. Sus piezas se sirven únicamente de la voz, el movimiento y las relaciones interpersonales, negando totalmente la producción de objetos y el arte contemplativo. Sus obras siempre son efímeras e inmateriales y consisten simplemente en provocar encuentros entre personas, donde lo que verdaderamente importa es la interacción de estas dejando de lado la idea del artista como protagonista.
“La producción artística de Tino Sehgal genera momentos y experiencias vivenciales a través de un proceso comunicativo, interactivo y de retroalimentación donde el visitante se convierte en interlocutor y, por tanto, en parte esencial de la propia obra. Pero quizá lo que verdaderamente marca la diferencia en sus obras es la temporalidad.
“A diferencia de un performance, la obra de Tino Sehgal se desarrolla durante todo el horario regular de apertura del museo o institución donde se presente”.
—¿Cómo le parece que ha sido la recepción del público en esta Bienal?
—Excelente. Esta Bienal ha logrado hacer de los ciudadanos los verdaderos protagonistas. De eso se trata el arte contemporáneo. El arte, en estos tiempos más que nunca, debe ser una experiencia social.
—Tino parece ser una persona especial, poco común... y creo que, como a cualquier artista, le hubiera gustado vivir esa interacción de los espectadores cubanos con su obra, ¿por qué no vino a Cuba?
—Tino venía a Cuba en barco y, lamentablemente por problemas de organización de la compañía, se tuvo que suspender el viaje a última hora. Tino es un ecologista muy consecuente y está en contra de la polución y la producción de CO2. Por esta razón no vuela. Eso sí, todo el tiempo ha estado al tanto del desarrollo de la obra. Me escribe todos los días y quiere saberlo todo.









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neydis dijo:
1
1 de junio de 2015
12:39:54
Rosa dijo:
2
1 de junio de 2015
16:12:18
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