Con un discurso casi unánime sobre lo innecesario de jugar un partido por el tercer lugar en el Mundial de Fútbol arrancó el juego por el metal bronceado en la cita universal de Brasil, donde los anfitriones se estrellaron nuevamente contra Holanda, ante la mirada atónita de una torcida fiel, a pesar de las tempestades.
Sí, porque si algo debemos valorar de este choque es la presencia de 60 mil personas con camisetas verdeamarelhas en el estadio Mane Garrincha, de Brasilia, las cuales marcharon en apoyo a la Seleçãocon el recuerdo de la humillación sufrida en semifinales frente a Alemania.
Pero ese empuje no fue suficiente, no alcanzó y el consuelo que todo Brasil veía en el duelo por el bronce jamás se concretó, y lo peor, jamás estuvo cerca de concretarse, porque la canarinha deambuló otra vez, sin ideas, sin esperanza y con un océano de dudas para el futuro.
De inicio, las cosas no salieron nada bien, en gran parte por la pésima visión del árbitro argelino Djamel Haimoudi, quien a la altura del minuto dos, en la misma jugada, cantó un penal inexistente a Arjen Robben y perdonó una roja indiscutible a Thiago Silva.
Lo de Robben, a simple vista, parece un piscinazo alevoso. Más que parecer, yo diría que fue un cliff diving de alto nivel de complejidad. Cierto que hubo un manotazo de Thiago Silva (roja por ser último hombre), pero jamás en la vida un contacto de esa naturaleza podría generar una caída tan brusca como la montada por el holandés.
Además, ¿cómo pueden tocarte a cuatro metros del área y tu caer después en franca zona de penalidad máxima? Imposible. Sin dudas, el perfeccionismo de Robben con esta “técnica” nos rebasa, y es una lástima, porque solo con su velocidad endemoniada le alcanza para destruir cualquier defensa, aunque ya resulta evidente su miedo de encarar y definir contra el portero.
De cualquier forma, el tempranero hecho propició el primer tanto holandés, anotado sin dificultades por Van Persie, quien después activó el modo zombie y solo apareció en la celebración de los otros dos tantos, casi calcados, con desborde por las bandas, lentitud de la zaga brasileña y solitarios remates en el centro del área de Blind y Wijnaldum, por ese orden.
Fue suficiente para Holanda, equipo correcto pero sin estridencias, equipo de semifinales al fin y al cabo, cuyos argumentos resultaron más que suficientes para desbancar a un rival que, a lo sumo, pudiéramos considerarlo de octavos y ya.
Aunque les duela a algunos, aunque parezca una pesadilla terrible, aunque quede la justificación de dos posibles penales birlados por el árbitro, Brasil naufraga estrepitosamente en su patio, sin vestigio alguno de consuelo, confirmación ineludible de que atraviesa por el peor momento de su historia futbolística.
De este episodio, muchos serán los damnificados, con varios jugadores incluidos, pero lo más sensato, en honor a la verdad, sería que Luiz Felipe Scolari y todos los federativos que lo apoyan decidan tomar unas vacaciones en Malta o cualquier otro paraje inhóspito del planeta.
Scolari, antitesis del fútbol y traidor del paradigma brasileño, tendría que marcharse por voluntad propia con sus compinches, y dar paso a otro grupo que limpie un desastre monumental en todos los sentidos, desde confusiones en fundamentos básicos del juego hasta caídas en el apartado estadístico, que deja cifras desconsoladoras.
Para tener una idea, los datos de Mister Chips descubren a Júlio César como el portero brasileño con más goles en contra en Copas Mundiales (17), y a esta selección sudamericana como la primera que pierde dos choques oficiales consecutivos en sus cien años de trayectoria. Increíble.
Si algo de consuelo le queda a este conjunto, es que ha enterrado para siempre las penas de Moacir Barbosa, el portero del Maracanazo, quien vivió medio siglo con la cruz del “peor villano”, título que ya no le pertenece, por méritos propios Scolari y su banda se lo ha arrancado.
Ficha del partido
Brasil (BRA): Júlio César; Maicon, David Luiz, Thiago Silva y Maxwell; Paulinho (Hermanes 57’), Luiz Gustavo (Fernandinho 46’), Ramires (Hulk 85’), Oscar y William; Jô
Holanda (HOL): Cillessen (Vorm 94’); Vlaar, Vrij y Martins Indi; Kuyt, Wijnaldum, Clasie (Veltman 91’), Blind (Janmaat 70’) y De Guzmán; Robben y Van Persie.
Goles: Van Persie 3’ (HOL), Blind 17’ (HOL), Wijnaldum 90’ (HOL).
Tarjetas: Thiago Silva 2’ (BRA), Robben 9’ (HOL), De Guzmán 36’ (HOL), Fernandinho 54’ (BRA), Oscar 68’ (BRA)
Árbitro: Djamel Haimoudi (ALG)
Estadio Nacional, Brasilia
Estadísticas
Posesión: BRA (58 %) HOL (42 %)
Disparos a puerta: BRA (5) HOL (5)
Faltas: BRA (16) HOL (20)
Fuera de juego: BRA (1) HOL (2)
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IS dijo:
21
15 de julio de 2014
14:00:52
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