Milaimy Marín quedó muy cerca, por segunda ocasión, del mayor encumbramiento, observó otra vez cómo la final de un gran certamen le respondía «no» a sus deseos. Quizá esa amargura le pareciera inmedible durante varias horas, pero la borrará el tiempo. En cambio, permanecerá su huella de pionera entre las gladiadoras cubanas.
¡Primera medallista olímpica y mundial de la Isla entre mayores! Los colchones del finalizado campeonato mundial de luchas en la capital croata de Zagreb registraron esa hazaña a mediados del pasado mes.
«Pasé a la historia. Antes fui la primera en dominar dos citas del orbe seguidas en distintas categorías (Sub-20 y Sub-23) y llevé a la Mayor de las Antillas a su título inicial en Juegos Olímpicos de la Juventud. Esos logros me llenan de orgullo sin límites y quiero proporcionar más alegrones», nos comenta, consciente de su obra fundadora.
Le confiere una gran importancia a su bronce en los 76 kilogramos de la lid efectuada en días recientes, así como al de París-2024, y los celebró con igual intensidad, confiesa.
Aplicó la estrategia trazada junto a su entrenador Filiberto Delgado, consistente en conseguir una ventaja temprana para arrastrar a las rivales a su estilo y desesperarlas en busca de puntos para una remontada.
Con esas indicaciones derrotó por superioridad de 10-0 a la rusa, auspiciada por la Unión Mundial de Luchas, Anastasiya Zimiankova y a la japonesa Nodoka Yamamoto. Sin embargo, en semifinales protagonizó un combate mucho más cerrado con la ecuatoriana, en definitiva campeona, Génesis Reasco.
El marcador favoreció a la sudamericana 5-3. «La semifinal se definió cuando yo lideraba 3-2, realicé una proyección que nos llevó fuera del colchón y debían otorgarme el punto, pero se lo dieron a ella. No reclamamos para evitar irnos por debajo en caso de perder el desafío, pero ese resultó el momento de inflexión.
«Después me sentía mal anímicamente, pero debía reponerme porque creo que la disputa por el bronce constituye la más fuerte por una razón: si pierdes quedas sin nada». En esa instancia, contra la india Priya Priya, repitió la pizarra arrolladora de sus presentaciones en octavos y cuartos de final.
Considera la carencia de roce competitivo el principal impedimento para franquear ese penúltimo obstáculo y acceder a las discusiones de las coronas.
Para esta justa le faltó fogueo y existían insuficientes parejas en los entrenamientos del Cerro Pelado, opina, pero aun así asumió una mentalidad positiva y a partir de ahora siempre la evocaremos como la primera en los podios olímpicos y mundiales. Por suerte, le falta escribir mucha más historia antes de entregarnos a su recuerdo.

















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