Ciego de Ávila e Industriales salieron de las primeras subseries como líderes de la iii Liga Élite de Beisbol, un certamen que en los cuatro partidos iniciales de cada equipo volvió a mostrar un gran desbalance entre ofensiva y pitcheo. Sin embargo, esta ha sido de las mejores arrancadas en cuanto a defensa.
Los bateadores promediaron 293, con 10,23 jits por juego de nueve entradas, pero con casi cuatro boletos por desafío. Gravan más a los de la lomita los encargados de continuar el trabajo de los abridores, pues compilan un pésimo 6,01, y casi embasan a dos adversarios por inning (1,77), por sus acciones negativas, entiéndase jit, boletos o pelotazos, el conocido whip; y le han pegado diez de los 16 jonrones del bisoño calendario.
Por ejemplo, Industriales es el pitcheo menos bateado, con 235 de average de sus rivales; el único que permite menos de ocho jits por juego. El whip de sus serpentineros es de 1,17, también el mejor, como lo es el promedio de carreras limpias, con 2,83, cuando todos están por encima de tres puntos.
En cambio, sus relevistas son los de números más rojos, pues les batean para 342 (solo Granma lo hace peor, con 351), y su whip es de un maltrecho 2,11, el quinto de los seis participantes.
Mas, de forma general, Industriales arrancó con buen balance en los tres aspectos de juego: es primero en pitcheo, segundo en ofensiva (317), detrás del 326 de Granma, y es el número tres en la defensa, al promediar 974, un punto por encima del aceptable 973 de la Liga, y solo superado por los excelentes 981 de los avileños y el astronómico 994 de los Leñadores de Las Tunas.
Aunque es positivo que la defensa, al menos en el prólogo de la lid, alcance 973 después de estar por debajo de 970 en campañas anteriores, debe alertarse sobre otros errores que no van a las estadísticas, y son más costosos que dejar caer una pelota. En el juego entre Las Tunas y Ciego de Ávila hubo varios lances, dos en un mismo inning, en el que no jugar bien costó carrera.
A propósito de la mención de los Tigres avileños, hoy colíderes de la Liga, a cualquiera le puede llamar la atención su presencia en tan destacado lugar. No debe pasarse por alto la conducción de Dany Miranda, mentor joven, o al menos un «bebé» en esta función, quien en la toma de refuerzos se hizo de un equipo funcional: rápido, de buen contacto, con seguras manos en todas las posiciones y un montículo que nos es nada del otro mundo, pero sí en la media de la calidad que tenemos en el pitcheo. Sin nombres muy mediáticos, al no ser el del Dios Frederich Cepeda.
Además, en los principales fundamentos del juego, pitcheo y defensa, son segundos (3,60) en la lomita y ocupan igual sitio en la custodia del campo. Es solo el comienzo pero, por ahora, los rayados gustan sobre el terreno de juego.

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