ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Apenas unos días después del cierre de los Juegos Panamericanos de Lima, en La Habana parece prolongarse la porfía. Poner a cuatro respetables personalidades de la cultura musical cubana y a una musicóloga a repartir puntos en una pizarra equivale a llevar al arte la práctica evaluativa de algunas especialidades deportivas, cuando bien sabemos que componer e interpretar son actos para nada comparables con la gimnasia, los clavados y la natación artística.

Beatriz Márquez, la más premiada de las cantantes en el concurso Adolfo Guzmán.,,En la foto, durante la edición del certamen en el 2000. Foto: Alberto Borrego

Por más que al cierre de la primera emisión del concurso Adolfo Guzmán 2019, la novel presentadora –el adjetivo va por el desempeño primerizo de este oficio, no por la demostrada calidad vocal– haya dicho que esta no era una competencia, sí lo es, sobre todo a partir del modo de medir y confrontar resultados.

Cuando se informó que el ICRT, luego de años de silencio, rescataría el evento, muchos nos alegramos, pues no solo se honraría la memoria de un autor fundamental en la cancionística cubana del siglo XX, sino se reflotaría un espacio esencial en la promoción de autores y obras para el desarrollo de la música popular actual.

Que se tuviera en cuenta al equipo de RTV Comercial que produjo los certámenes de canto, baile y jóvenes instrumentistas que en los últimos años, más allá de discutibles aciertos, atrajeron apreciables audiencias y removieron modos productivos en función de la renovación del telespectáculo de factura nacional, nos pareció una apuesta interesante, siempre y cuando se tuviera en cuenta el perfil original que el Guzmán fue asentando a lo largo de su trayectoria.

Lo visto y escuchado en el primer programa de la serie –puesto que ahora se trata de un espectáculo seriado, de domingo en domingo– hace pensar en que solo se aprovechó una parte de la experiencia productiva y no la mejor. No me refiero únicamente al sistema de competencia –las puntuaciones aludidas, en tanto es difícil traducir una evaluación cualitativa a los fríos guarismos reflejados en una pantalla, y eso de dejar dos puestos en «zona de peligro» no hace más que reproducir una fórmula populista y veleidosa–, sino a la naturaleza de la propia competencia.

El Guzmán fue, es y debe ser un concurso para la canción cubana, en todas sus especies y variantes. Un concurso profesional, entendida esta condición más allá de la dedicación exclusiva o no del compositor al desempeño autoral, es decir, a partir del talento, el conocimiento y el oficio para redondear un producto que enriquezca la canción como expresión cultural. Basta con revisar la nómina de premiados y finalistas en la historia del evento para comprobar que lo que afirmo es una verdad tan grande como una montaña.

No es un encuentro para descubrir talentos interpretativos, sino para que las canciones, luego de una rigurosa selección, sean defendidas por intérpretes que le vengan como anillo al dedo, o al menos se aproximen al contenido de la pieza, tanto en sus aspectos estrictamente literarios como discursivos musicales. Para descubrir intérpretes hay otros concursos.

Al jurado no se le puede pedir más. El televidente ignora –aunque suponga existan– los tiempos para la reflexión y la consulta, para la discusión y el intercambio que deben mediar entre la exposición del hecho artístico y el juicio. Pero como se presentan las cosas pareciera que al jurado se le exige una valoración apresurada: alguien canta, la animadora pregunta y a bocajarro uno o más jurado habla. Por cierto, casi ningún criterio se detuvo en el análisis de la composición ni en la pertinencia de la orquestación; la mayor parte de los juicios fueron a  parar a la interpretación.

El televidente también aguza los oídos y echa mano a su memoria para encontrar en las muestras del primer día bachatas que recuerdan otras bachatas, baladas aflamencadas con sabor a Rosalía y baladas sin aflamencar en el más puro, duro y barato pop latino.

De cada tema, la producción armó una telenovela. Cierto que cada obra tiene su historia, pero lo que vale es la canción por sí misma. Cuando uno escucha una canción no le pregunta al autor cómo se inspiró, sino le toma el pulso a la composición y ello debería bastar.

Habrá tiempo y espacio para abordar en próximas entregas los aderezos de la producción –coreografías, diseño de luces, escena y ropa, la dramaturgia de la presentación, así como la correspondencia entre la justeza de los homenajes a creadores imprescindibles y su plasmación artística–, pero no puedo poner punto final sin apuntar un detalle. ¿Por qué a Luna Manzanares no le suprimen la preguntica de cómo te sentiste al final de cada interpretación? Recuerdo que una vez llevaron a un estudio de televisión al inefable Samuel Feijóo y una afamada presentadora le soltó la preguntica de marras. El viejo zorro intelectual respondió: «¡Mal, muy mal! ¿No está viendo lo bien que me siento?».

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Francisco Jiménez dijo:

41

22 de agosto de 2019

13:29:36


Comparto la opinión de Pedro el programa se parece más al logrado Sonando En Cuba que lo que fueron estos programas que tuvieron gran teleaudencia a través de los años Ojalá que rectifiquen a tiempo

jorgito dijo:

42

22 de agosto de 2019

14:18:45


Estimado Arielmg. Ojala lea mi comentario. Me sumo a los que usted llama pasaditos de edad conservadores, aunque solo tenga 28 años. Hay concursos tradicionales y hay espectaculos comerciales. No viví los Guzman de los 80. Mis padres si lo hicieron y hablan maravillas. De esas figuras que hicieron epoca y hoy son imperecederas como la propia Beatriz, Omara, Elena, Farah María, Rosita, y otras tantas, como hoy pueden lucir a gran nivel divas como la propia Luna, Haila, o Laritza. Por qué recurrir a nuevos talentos, si hemos tenido buenos eventos de Sonando en Cuba y esos muchachos pudieran hoy defender las obras de este Festival. Mis respetos para Manolito porque lo considero brillante, pero no denigre del profesionalismo de Eva, Consuelo o Pinelli que eran joyas de nuestra animación. Preguntese donde están los nuevos animadores o locutores de hoy. Si vamos a buscar el 90 % de ellos son actrices, actores o los propios cantantes. A Luna mi respeto la considero una estrella, con voz genial, y capaz de conducir un programa de factura como lo ha hecho. Pero el Guzman nacio con una idea y debe respetarse y preservarla. Estamos viendo el Festival Adolfo Guzmán o la cuarta temporada se Sonando en Cuba.

catmar dijo:

43

22 de agosto de 2019

14:56:48


Muy buen artículo y un análisis muy objetivo y respetuoso sin que falte el rigor. Y ud apunta a algo esencial: lo que compite es la canción y sus componentes, esta claro que la interpretacion importa pero la canción es lo que hay que defender y evaluar. otro tema es por que habiendo profesionales de la locución y artistas escénicos tenemos que poner a una cantante tan espectacular como lo es Luna Manzanares a hacer algo en lo que no es profesional? por que arriesgar su imagen en algo que no la define? por otra parte, coincido en que saber lo que inspira una canción no es lo importante, sino que estética transmite, pretender otra cosa es ignorar los valores del arte, en fin, yo hasta ahora estoy decepcionada, y la primera experiencia llego a aburrirme. Manolito sabe muy bien su oficio y lo ha demostrado. hay que revisar el concepto.

LazaroNuñez dijo:

44

23 de agosto de 2019

02:40:33


Creo,que todo está bien enfocado,qué pena que muchos artistas,que estamos a punto de jubilación y pertenecemos al catálogo de Excelencia de la Empresa,Adolfo Guzmán,no tengamos la oportunidad de defender una canción en dicho certamen,nos quedaremos con las ganas.o será en la otra vida,luz y progreso para Adolfo Guzmán y que vea las injusticias que se cometen en el plano de la tierra, gracias.

Karel Alexei Leyva dijo:

45

23 de agosto de 2019

13:30:55


Pedro, esto un ejemplo mas de la conolizacion mental de los productores de estos espectáculos una y otra vez apegados a las propuestas hegemónicas del norte, sin contar siquiera con la calidad de imagen y propuesta estética de esos enlatados de distinto nombre e igual sustancia. Con nuestro modestos recursos podemos hacer mejores obras ademas de mostrar lo mejor de la música cubana pada deleite del público nacional y foráneo

RACA dijo:

46

25 de agosto de 2019

11:39:11


Aunque no soy especialista en musica, si veo multiples programas musicales y este me parece muy iluminado y con poco rigor en los resultados de las puntuaciones. Es una lastima que la cancion de mas puntaje en esta edición se pareciera a una interpretacion de Malú. gracias a reinaldo cedeño por su comentario.

eleazar hernandez dijo:

47

26 de agosto de 2019

15:43:37


el programa no esta malo que digamos pero creo que se esta imitando un poco a los programas extranjeros como la voz kid en la parte de los artista con los arreglista y la profesora de canto hay que ser un poco mas originales y no tratar de imitar programas de otros países ,en la ultima emisión creo que llevaron recio al ultimo cantante que canto una salsa ,después que lo elevaron tanto lo dejaron caer. gracias

Carlos dijo:

48

3 de septiembre de 2019

19:01:41


Un abrazo, como se de tú profesionalidad, estoy totalmente de acuerdo con tus razonamientos, hay que ser consecuentes con nuestra cultura

diosdany dijo:

49

5 de septiembre de 2019

10:24:10


pienso que no debemo copiar aunque el momento histórico sea otro no podemos perder la esencia porqué tenemos que hacer las histoias de las canciones se pierde tiempo eso está mal no es cambiar el estílo pero un a cosa es sonando en cuba y otra el guzman y otra era el OTI