Ojalá por todos los canales o espacios (propiamente televisivos, de la más variada comunicación, institucionales, sociales, familiares…) fluyesen fantasía y ternura a favor de la niñez, del modo que lo está haciendo, sobre todo en este verano, la Televisión Avileña (TVA).
Estelar, de enero a diciembre, en el universo infantil de la provincia, el programa Colorisoñando inscribe pautas totalmente nuevas en julio y agosto, al dedicar ocho deferentes y diferentes emisiones a niñas y niños acogidos y beneficiados por la enseñanza especial cubana.
El patio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) es tomado cada domingo por el asalto de cámaras y lentes, vacas, gatas, cucarachas Martinas y otros seres, quienes junto a la muñeca Albarina (Reina Torres Pérez) y a Yudeisys Viera (el Hada Coloreada), hacen posible el imaginario milagro de la visión entre niños invidentes y débiles visuales o la magia del sonido en sordos e hipoacúsicos que hasta bailan la melodía nunca antes escuchada.
Cuentos cargados de enseñanzas, amor a bordo de un pequeño tren humano, anécdotas, ocurrencias, telón abierto a la originalidad, la timidez en fuga… eso y más, ofrecen también en la casa para niños sin amparo familiar, en plena área pediátrica del hospital Antonio Luaces Iraola.
Con razón, aquel día José Miguel Armengol no sabía si encantar su cámara en la humilde naturalidad con que la invidente Dianita cargaba y acariciaba a la niña que acaba de “ver” por vez primera, o si enfocar el semblante de padres que casi sollozaban de gratitud, o si atrapar, otro domingo, la picardía con que Bartolito, de cinco años, sonsacaba a la vaquita blanquinegra, o si declararse incapaz de captar el desbordado síndrome de alegría en aquellos niños que, cantando y bailando, dejaban bien abajo (down) su genético síndrome.
Y, aunque no quede constancia audiovisual, el patio de la Uneac es testigo, también, del nudo que comprime la garganta de Aymée Rabaza y de Ana Luisa Pino, quienes desde la dirección y producción general del programa descubren cuán factible puede tornarse el mejor guion escrito a priori, frente al verdadero libreto que pone la realidad a punta de lente y de pupila.
Bien difícil debe resultarles a Amada Molerio, Katia Zamora y René Alejandro Díaz la tarea de editar, en un puñado de minutos, lo mejor de un “producto en bruto” donde nada es bruto y cada nuevo segmento o toma parecen mejores aún.
Diga, entonces, su última palabra lo que cada avileño puede apreciar, jueves por jueves, a las 5:45 p.m, mediante la TVA, en tanto, desde septiembre, en igual horario, podrán seguir haciéndolo miles de cubanos, por Cubavisión, de acuerdo con una solicitud realizada en el 2015 por la dirección de programación infanto-juvenil de la Televisión Cubana.












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Aymeé Rabaza Romeu dijo:
1
5 de agosto de 2016
19:26:02
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