Riad, Reino de Arabia Saudita.–Cuando se repasa el avance de las relaciones bilaterales entre Cuba y esta nación árabe, en los últimos años hay dos hitos que marcan su fortalecimiento: la colaboración médica y la huella trasformadora del Fondo Saudita para el Desarrollo (FSD), cuyos financiamientos han materializado proyectos de significativo impacto económico y social.
«Quiero asegurarle que en los momentos tan complejos que ha vivido Cuba, y particularmente en los últimos tres años, con el bloqueo recrudecido, en medio de esa situación estamos desarrollando las inversiones más importantes y de mayor envergadura en el ámbito de los recursos hidráulicos, y eso ha sido posible por el apoyo del Fondo».
Así lo reconoció el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al recibir en 2023, en La Habana, a Ahmed Bin Aqeel Al-Khateeb, ministro de Turismo de este país. Esa declaración, como los vínculos entre las dos naciones, no podrían escribirse sin contar con la contribución del Fondo, especialmente en el sector hidráulico y la producción de alimentos.
Precisamente, Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, detalló que el FSD ha sido decisivo en el plan nacional del sector, a partir del aporte de más 146 millones de dólares para la rehabilitación y el completamiento de la construcción de redes de acueducto, alcantarillado y drenaje.
–¿Y en estos momentos en qué se trabaja?
–Con los aportes del FSD se construirá la conductora de la presa Lebrije en el municipio de Jatibonico, en Sancti Spíritus. Asimismo, se avanza en el proyecto de abasto y saneamiento de la ciudad de Santa Clara; y se ejecuta la segunda fase del acueducto de Camagüey.
«En sus diferentes etapas, los proyectos impulsados por la entidad árabe beneficiarán a más de 2,4 millones de personas».
EN LA AGRICULTURA
El impacto del Fondo Saudita se extiende, también, al estratégico sector de la producción de alimentos. Isander Aguilar Pérez, director de la Empresa de Proyectos e Ingeniería del Ministerio de la Agricultura, explicó cómo las inversiones han tributado a programas arroceros, de granos y cultivos varios.
Entre las acciones más significativas, destacó la adquisición de más de 90 máquinas de riego, que benefician más de 3 500 hectáreas en diferentes etapas de producción.
Además, explicó que se han adquirido máquinas enrolladoras para la producción de alimento animal en Matanzas y Sancti Spíritus. De igual manera, se ha respaldado la adquisición de las primeras máquinas de riego que serán explotadas con sistemas fotovoltaicos.
«También hubo un beneficio importante de la importación de resina con la que se ha fabricado más del 60 % de todas las tuberías que respaldan la rehabilitación de las infraestructuras hidráulicas de los principales polos agropecuarios».
Como evidencia de esa colaboración, José Fernando Tomás Lencina, representante del grupo empresarial Alkhorayef, destacó que su entidad lleva varios años trabajando con el Ministerio de la Agricultura.
Al referirse a los proyectos logrados, explicó que se puso en marcha, con la Empresa de Proyectos e Ingeniería del Minag ueb Granma, un convenio para producir una parte de los componentes de nuestras máquinas de riego.
Añadió que han intercambiado con empresarios sauditas de diferentes sectores, para participar, en noviembre próximo, en la Feria Internacional de La Habana.
Desde el comienzo de esta fructífera colaboración en 2010, la ejecución de múltiples acuerdos entre Cuba y el Fondo es una prueba visible de la voluntad de ambas naciones por profundizar su intercambio económico y comercial. Lejos de ser solo una relación financiera, se ha convertido en una alianza que siembra desarrollo para nuestro pueblo.















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