Fidel de pueblo, de cultura y de Revolución

Fue Fidel ese hombre gigante que iba al futuro y regresaba para contárnoslo. El mismo que utilizaba la historia en cualquier circunstancia porque, colmado de praxis, difundía la teoría como recurso cultural. Y por eso debemos pensar en él y desde él para salvar la esperanza.

De ahí que en el relevo de esa filosofía política tan suya se encuentre la construcción de un pueblo que «no puede nunca bajar la guardia ni abandonar su tarea creadora», porque justamente en el pensamiento que el líder histórico legó se sostiene el compromiso que define a la Revolución.

«La práctica revolucionaria ha demostrado con mucha nitidez la concepción fidelista, aun cuando las condiciones actuales reconvocan a realizar los ajustes y desarrollos pertinentes», expresó Camilo Rodríguez Noriega, profesor titular del Centro de Estudios sobre Dirección Política de la Sociedad, de la Universidad del Partido Ñico López.

En la presentación del libro Pueblo, Cultura y Revolución. La concepción de Fidel, –como parte del evento científico en conmemoración del aniversario 65 de la creación de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria– el creador, Rodríguez Noriega, resaltó que en las páginas se evidencia la «argamasa necesaria al ensamblaje definitivo entre la voluntad popular y los vertidos nacionales. Cuestión que obsesionaba a Fidel».

En ese sentido, el texto también contribuye a pensar desde la exposición del pensamiento de Fidel y su discurso público. Procura palpar la manera en que se conjuga aquello que ha de ser cambiado por la dirección necesaria del cambio y la posibilidad real del pueblo.

Por eso, Rodríguez Noriega aborda tres pautas fundamentales para continuar la obra revolucionaria: «a través de los presupuestos teóricos en la concepción filosófica política de Fidel; divulgar un método político general para concebir, orientar y consolidar el desarrollo cultural y político del sujeto. Y al visibilizar un recurso político estratégico para habilitar la posibilidad del cambio coherente con la expresión histórico-concreta».