La sociedad cultural y comercial Artex S.A., bajo la guía de su Comité del Partido (PCC), asumió el proceso de discusión del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, con varias ideas y propuestas concretas encaminadas al aporte específico de esa entidad a los objetivos y metas recogidos en el documento.
Raúl Valdés Dorta, secretario del núcleo del PCC en la Agencia Clave Cubana, preguntó por qué la empresa estatal socialista queda en algunos aspectos rezagada si aparece como la punta de lanza en la concepción de la sociedad. Al respecto, el vicepresidente ejecutivo Eduardo Tomé Consuegra, convocó a otorgarle mayores facultades para definir su plan, salario y otros aspectos, a partir de las utilidades.
Un empleo digno va más allá de una buena remuneración, opinó Valdés Dorta. También consideró la inflación un problema formado por múltiples variables, más allá de la relación precios-salarios, y alertó cómo un encarecimiento de la electricidad puede volver más caros, a su vez, los servicios brindados por ellos.
En cuanto al ahorro de energía, el presidente de Artex, Eladio Marrero Florido, señaló la experiencia en ajustar los horarios de la programación, en dependencia de los momentos de máxima demanda.
También se refirió a la necesidad de potenciar la labor de los inspectores de precios, pues en muchos establecimientos existen sobornos, las facturas quedan por debajo de lo vendido u ocurre invasión de mercancía ajena, reconoció.
Sugirió no aplicar, al menos hasta controlar la inflación, el Impuesto sobre el Valor Agregado, pues conllevaría otro incremento desmedido de los precios en todas las esferas. Sobre la bancarización, compartió que ya alcanzan, por esa vía, el 73 % de lo recaudado en total, aunque en sus centros ni siquiera llegan a las dos quintas partes.
En lo referido a la dolarización parcial, detalló que 94 tiendas y 44 centros comercializan en divisas. Propuso un tratamiento salarial diferenciado para lograr que obtengan más riquezas quienes participan, en mayor medida, en su generación.
Aunque el incremento de la producción de alimentos pareciera muy alejado del objeto social de la empresa, Marrero Florido aludió a cuánto pueden contribuir, desde la espiritualidad, a reactivar y mantener las comunidades agrícolas.



















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