Mayarí, Holguín.–Con incomodidad, Eudelio Ricardo Mondeja, director general de la Empresa de Servicios Ingenieros Dirección Integrada de Proyectos Trasvases, reaccionó ante el aguacero que ha considerado el más inoportuno en su larga experiencia en la solución de emergencias.
La lluvia se presentó pasadas las 4 de la tarde del viernes 7 de noviembre, justo en el momento en el que debían ser unidas la tubería de polietileno de Alta Densidad (PEAD) de mil milímetros de diámetro, con punto de partida en la presa de Mayarí y comúnmente usada para riego de áreas agrícolas, con otra de igual material, pero de 630 milímetros y 830 metros de longitud, proyectada sobre el terreno, ya con uno de sus extremos acoplados a la tubería metálica que, habitualmente, conduce el agua con que opera la planta generadora de electricidad.
Esta obra se había iniciado el martes 4 del onceno mes. Con la imperiosa tarea de evitar que la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton, se quedara sin las reservas de agua creadas previsoramente antes de la embestida del huracán Melissa.
Sin embargo, pese al contratiempo, la reacción del directivo, igual que la del resto de los hombres que lo acompañaban, fue contrarrestar todo lo que impidiera continuar la tarea.
Entonces cubrieron con un toldo las máquinas de termofusión mediante las cuales se unen los tubos, para no detener las labores que, dadas las condiciones meteorológicas, se extendieron hasta la madrugada del sábado, cuando el nivel del agua acumulada en la termoeléctrica se acercaba, peligrosamente, al punto cero.
SIN ALTO EL FUEGO
Unidas las tuberías no hubo pausas. En plena madrugada del sábado 8 comenzó el proceso de llenado de la conductora de mil milímetros de diámetro, que hubo que vaciar previamente, narra, ahora con cierta calma, Eudelio.
«Pedimos apoyo a la Delegación Provincial del Instituto de Recursos Hidráulicos y nos envió la Comisión de Estudios de flujos de la Empresa Provincial de Acueducto. También llegó el proyectista de la conductora y en conjunto hicieron las regulaciones que garantizaron el caudal de agua a entregar, a través de la conductora de tubos plásticos recién ensamblada a la metálica que llega a la termoeléctrica.
«Arriba, en la toma de la presa, colocamos un equipo que mide el caudal, y hubo un proceso gradual de apertura. Abajo, en el punto de entrega a la tubería metálica, el manómetro acoplado a ella verificaba la presión, y en la termoeléctrica, el Director técnico y un grupo de especialistas, con los instrumentos necesarios, igualmente, comprobaban la entrada del agua».
De ese modo, a la Felton llegó agua al amanecer del domingo 9 de noviembre, 24 horas después de unir las conductoras. Hoy tiene reservas para diez días y puede seguir acumulando paulatinamente.
PRELUDIO DE LA BATALLA
Toda batalla tiene su preludio. Y el de esta comenzó a configurarse apenas el huracán Melissa abandonó el territorio nacional, reconoce Eudelio.
«Cuando los vientos cesaron y los helicópteros de las FAR pudieron volar, el presidente del Consejo de Defensa Provincial, Yoel Queipo Ruiz, abordó uno y realizó una exploración que incluyó sobrevolar la estación de bombeo de la que depende el abasto directo de agua a la termoeléctrica.
«El celaje por vía aérea confirmó que la instalación de bombeo, ubicada en un sitio llamado Corcovado, permanecía bajo las aguas del río Mayarí, que en ese momento mostraba su impresionante crecida. El compañero Queipo me comunicó que, en las evaluaciones hechas con la dirección de la termoeléctrica, se planteó que reparar la instalación de bombeo y colocarle los motores que quitaron antes del ciclón para protegerlos, implicaba acciones que durarían un mes o quizá un poco más, porque la industria no contaba con los recursos necesarios para la recuperación exigida.
«Seguidamente, me dijo que no se podía permitir que el país fuera privado, durante un mes, de los 200 megawatts de la Felton. También aseveró que la DIP Trasvases, por la magnitud de las tareas que cumple, estaba en condiciones de acometer las gestiones de localización y adquisición de los recursos necesarios y dar una solución a corto plazo».
Al llegar a ese punto, Eudelio y un grupo de trabajo ya habían revisado el impacto de la crecida sobre la estación de Corcovado. Aquella continuaba bajo el agua, y realizar allí cualquier acción demandaba detener el río, cosa imposible.
«Ni en la noche pude cerrar los ojos, pensando en la forma de solucionar el problema, lo cual llegó al analizar que en las cercanías del poblado de Chavaleta, a 830 metros de la tubería metálica que lleva agua desde la estación de bombeo de Corcovado hasta la Felton, está la conductora de mil milímetros que tiene origen en la presa de Mayarí. Esta tenía allí una rotura a reparar, lo cual fue tenido en cuenta para trazar, directamente sobre el terreno, la conductora nueva. En fin, dos problemas se solucionarían a la vez,
«Es importante señalar que el agua llegaría por gravedad a la Felton. Esto parte de una idea trabajada minuciosamente por Raudal, la Empresa de Investigaciones y Proyectos Hidráulicos de Holguín, a la que se le encargó, tiempo atrás, un proyecto que contempla utilizar la misma conductora para suministrar agua a la termoeléctrica.
«Las evaluaciones demostraron que no estaríamos ante una simple obra hidráulica acometida como alternativa temporal, sino como una solución a emplear cada vez que aparezcan complicaciones en el sistema de bombeo que nace a las orillas del río Mayarí».
Inmediatamente, fue creado lo que bien podría llamarse grupo táctico. En la nota de Granma de la edición del pasado sábado 8, que abordó la intensidad del combate que se libraba en la tarde del viernes, fueron resaltadas las unidades participantes: las empresas Constructora de Obras para el Turismo y Constructora de Obras Hidráulicas, ambas de la Unión de Construcciones Militares; así como de Mantenimiento y Rehabilitación de Obras Hidráulicas del INCH, de Acueducto y Alcantarillado, Aprovechamiento Hidráulico y de Obras Hidráulicas de Holguín.
LOS FIEROS COMBATIENTES
Se asegura que todas las fuerzas participantes en la misión se distinguieron. Aun así, merecen reconocimiento especial los 26 hombres que combatieron cinco días en el sector, en los alrededores de Chavaleta.
Es imposible no hablar de los dos especialistas de la Felton, quienes, a modo de avanzada, seccionaron la tubería metálica, soldaron las partes de la unión a la nueva conductora de tubos de PEAD y colocaron las válvulas reguladoras requeridas; de los operadores de la máquina de termofusión, cargadores multipropósito y retroexcavadoras, sin excluir a «Meñique», uno de los dos trabajadores de la Empresa Forestal del territorio, quien llegó con la idea de eliminar ramas y troncos de árboles que constituyeran obstáculos y le encomendaron la tarea de seccionar tubos, lo que le causó sorpresa, pero no lo intimidó.
Por estos días, entidades obreras y políticas promueven la condecoración de los hombres y entidades que cumplieron tamaña misión, prueba de un heroísmo que, en Cuba, es tradición, y actitud cada vez más cotidiana.



















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