ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada del periódico Venceremos

GUANTÁNAMO.— Después de Melissa, en las montañas de este suelo oriental hay tramos de carreteras bajo promontorios terrosos desprendidos por las aguas que el huracán arrojó sobre el Alto Oriente.

En algunos caminos se ven ramas de árboles rotos, y gigantes vegetales enteros, terciados sobre la vía. A otros senderos les faltan trozos que algún río desbocado, o cañada rabiosa, les arrancó, dejándoles brechas imposibles de transitar.

Ahora mismo, por vía terrestre no hay manera de acceder a comunidades como Casimba de Filipinas y Maca Arriba, en Niceto Pérez, o San Fernando del Realengo 18, en El Salvador, convertidos, a golpe de viento y lluvias, en islas al oriente de esta Isla grande y de tierra firme.

Pero no hay gente desamparada en esas geografías quebradizas, sobrevoladas en estos días por un rumor de alas metálicas giratorias, que han runruneado esperanza y abrigo.

Dicen que hubo regocijo en aquellos asentamientos cercados por aludes y corrientes fluviales del lomerío, cuando tocaba tierra la única versión de desembarco helitransportado que cualquier barrio de este país admite de buena gana, por su naturaleza y propósito.

Los anfitriones sabían que las naves son de la Isla, de sus Fuerzas Armadas Revolucionarias. Y también que, en vez de invasores y proyectiles, en las entrañas llevaban azúcar, aceite, frijoles, arroz,  harina para el pan; alivio para las jornadas postciclónicas duras que nos dejó Melissa.  

Productos de la canasta familiar normada forman parte de la carga a la que el mal tiempo le había cerrado el paso hacia aquellos destinos; el resto son donativos del Programa Mundial de Alimentos, para los afectados por el meteoro en la región oriental.

Otro paraje recóndito de Guantánamo, la Caridad de los Indios, hace unos días registró un hecho de matiz diferente pero similar en esencia, cuando un helicóptero rescató a un lactante en peligro. Lo mismo, pero en magnitud agrandada, ha sucedido en Granma, Santiago de Cuba y Holguín, vapuleados más duro aún por el huracán.

Lo común del hecho está en sus protagonistas -que son en todos los casos los mismos-, y en la audacia de desembarcar voluntad y esperanza hasta en los rincones más apartados. El amparo de Cuba a sus hijos nunca pierde el camino.

RESTABLECE POCO A POCO GUANTÁNAMO LOS SERVICIOS ELÉCTRICOS

El restablecimiento escalonado de los servicios eléctricos afectados aquí, tras paso del huracán Melissa es un hecho que ya beneficia a más de 114 000 de los 181 765 clientes afectados por el meteoro en esta provincia.

Fuerzas de la Organización Básica Eléctrica (OBE) desplegadas en el terreno, trabajan por restablecer en el menor tiempo posible el suministro de electricidad a los más de 67 000 clientes del territorio que no lo habían recibido al momento de redactar esta información.

Melissa ocasionó daños importantes en la infraestructura eléctrica de Guantánamo. Decenas de circuitos, en su mayoría primarios, sucumbieron a la fuerza del huracán, cuyos vientos echaron por tierra 149 postes y casi tres kilómetros y medio de conductores, además de averiar 60 transformadores.

Según la OBE guantanamera, entre los circuitos a los que se le ha podido devolver la vitalidad se encuentran los que suministran energía eléctrica a centros de producción de los combinados Cárnico y del Lácteo.

En ese grupo de entidades también figuran, entre otras, establecimientos de La Pesca, el Combinado Poligráfico Juan Marinello, y dos sistemas de bombeo de agua en la cabecera provincial de Guantánamo.

A ese saldo del esfuerzo restañador de la OBE tras el paso del meteoro reciente por esta oriental provincia, se suman más de tres decenas de postes devueltos a sus lugares y en posición de servicio, y dos kilómetros y medio del tendido que había sido derribado.

En el caso de los transformadores con averías, de acuerdo con un informe de La Eléctrica de Guantánamo, la reparación se efectuará en el taller especializado que existe para esos fines en el municipio granmense de Manzanillo.

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